VALENCIA. Cuando llegó a la Conselleria de Educación en 2012 se acababa de desatar la tormenta perfecta: el 'decreto Vela' que recortaba el sueldo a los profesores se aprobó tan sólo cuatro días después de su nombramiento y un mes después estallaba la Primavera Valenciana, protesta estudiantil que nació en el colegio público Luis Vives contra los recortes y la devaluación de la enseñanza pública. María José Catalá (Valencia, 1981) es licenciada en Derecho y tiene un máster de Administración de Empresas. Además de la cartera de Educación, en la anterior legislatura terminó asumiendo la portavocía del Consell en el gobierno del PP.
Su ascenso en política ha sido meteórico. Desde que con 26 años se convirtiera en alcaldesa de Torrent, su proyección dentro del Partido Popular ha sido notable, tanto que, después de convertirse en consellera de Educación algunos la situaban incluso en el cartel de sucesora de Fabra si este fracasaba en las elecciones autonómicas de 2015, puesto que finalmente ocupó la actual presidenta del PPCV, Isabel Bonig. Tras unos primeros meses de legislatura en segunda fila, poco a poco la diputada ha comenzado a volver a destacar como uno de los estiletes de la bancada popular.
-Usted ha estado en la primera línea en el Gobierno valenciano y, tras el cambio en el Consell y la entrada de PSPV y Compromís, ha tenido un papel más discreto en el PP. ¿Hubiera preferido no ser portavoz en la última etapa de Alberto Fabra?
-No, fue una experiencia muy enriquecedora. Me dio una visión del gobierno de la Generalitat muy amplia que de otra manera no habría tenido.
-Siempre ha sido señalada como una futura líder del PPCV, algo que le ha generado desconfianzas dentro de su propio partido. ¿Cuál es su relación ahora con Isabel Bonig? ¿Ha sentido tras pasar a la oposición que debía demostrar que estaba ahí para arrimar el hombro?
-Sí, pero no es nuevo, yo siempre he tenido que demostrarlo. En cuanto a Isabel, nuestra relación es muy buena y creo como presidenta del PPCV está haciendo un gran trabajo. Es una líder con coraje.
-¿Nunca ha sentido que le ponían la zancadilla dentro de su propio partido?
-La política es un mundo complejo, aunque la gente piense lo contrario, y se viven todo tipo de situaciones. En un partido político es normal el debate. En cualquier caso, estoy, como he estado siempre,comprometida con este proyecto y me he sentido en todo momento respaldada por los presidentes del PPCV, antes y ahora. Respeto todos los sectores del partido, pero nunca me he encasillado en ninguno concreto porque entré en el PP pensando que este, a diferencia del PSOE, no era un partido de familias. En definitiva, me siento parte del proyecto.
-¿Cree que es algo natural que cuando alguien destaca siendo muy joven la desconfianza tienda a crecer?
-Bueno, en general las mujeres en política lo tenemos difícil y las mujeres jóvenes en política lo tenemos mucho más difícil si cabe. Para mí lo más importante es mi hoja de servicios, que es algo que reitero con mucha frecuencia. Mi hoja de servicios es mi lealtad con todas las personas que han sido presidentes de mi partido y he desempeñado todas las funciones que me han encargado de la mejor forma posible. ¿Que he tenido que superar muchísimas desconfianzas? Sí, esto no es nuevo para mí.
-Los problemas judiciales han sido una constante para el PP. ¿Cree que Bonig acierta tratando de depurar responsabilidades políticas antes incluso de lo que marcan los estatutos, tal y como viene solicitando con los concejales de Valencia?
-Hay que analizar caso por caso, pero creo que el Partido Popular de la Comunidad Valenciana en el tema de la corrupción no puede hacer otra cosa que lo que está haciendo porque lo que necesitamos es coger aire. Es difícil, es la gestión más difícil que tenemos. Creo que debemos tratar caso por caso con la mayor justifica interna posible y al mismo tiempo transmitir un mensaje a la sociedad de que hemos superado una etapa realmente mala de nuestro partido y proyecto político. Estamos dispuestos a ofrecer la estabilidad y certeza que siempre ha ofrecido el PP.
-Después de todas las informaciones publicadas, ¿cree que sería conveniente buscar un relevo en la presidencia del PP de Valencia?
-No me gusta pronunciarme sobre futuribles y sobre procesos que no conozco en profundidad. Por tanto, creo que con ese desconocimiento mi opinión podría ser injusta y no quiero serlo. No obstante, defiendo el derecho a la presunción de inocencia de todos los compañeros.
-¿Le gustaría en el futuro ser presidenta del PP provincial de Valencia?
-Nunca he pedido nada y nunca he hablado de nada de forma previa a que sucediera. Estaré donde tenga que estar y lo haré lo mejor que pueda.
-¿En el PP os sentís los más fuertes ante la idea de unas terceras elecciones?
-No me gusta dar unas elecciones por ganadas nunca, pero sí que es verdad que los datos demuestran que recuperamos votos. Al final lo que destila la política nacional en este momento por los resultados del País Vasco o de Galicia es que al final la gente está siendo práctica. Es decir, está mirando quién va a gestionar mejor los intereses de su entorno más inmediato: en Galicia entienden que tienen un presidente sensato y honesto que gestiona bien la comunidad y la defiende, por lo tanto votan a Feijóo. Si en el País Vasco creen que el PNV es el partido que tiene el sentido de identidad propia y que al mismo tiempo gestiona correctamente la administración, lo votan. En las segundas elecciones ven que las izquierdas han sido incapaces de ponerse de acuerdo y que, a pesar de todo, votar al PP es lo que más estabilidad aporta al país, pues nos votan. Al final la gente está siendo práctica. El PP aporta una cosa que no aporta el resto de partidos y es certeza. Sabes lo que vamos a hacer. Ves a Podemos y no sabes qué van a hacer, ves al Partido Socialista y piensas que depende de quién lo lidere hará una cosa u otra. Y lo mismo con Ciudadanos.
-¿Qué opina de lo ocurrido en el PSOE? ¿Cree que puede cambiar el panorama de investidura a favor del PP?
-Siento preocupación por el PSOE porque este país necesita un partido de centro izquierda fuerte con sentido de Estado y trayectoria de gobierno. Con nuestros errores y nuestros aciertos, el PP es, en este momento, lo mejor para España. El PP va a gobernar, antes o después, porque es lo que los españoles han decidido.