VALÈNCIA. A menos de cinco días de que se constituya el Ayuntamiento de Valencia y de que María José Catalá sea alcaldesa de la ciudad, la futura primera edil mantuvo este lunes una reunión con el alcalde en funciones, Joan Ribó, para abordar cómo se producirá el traspaso de poderes. Una cita que aprovechó para subrayar, como ya había hecho días antes, que su intención es gobernar en solitario y buscar "acuerdos puntuales en la legislatura".
Al menos, hasta que pase el día 17 no se espera ninguno de esos "acuerdos" con Vox. La popular aseguró que no se ha puesto en contacto con los concejales del partido de extrema derecha para pedirles su apoyo o abstención para ser investida alcaldesa (de hacerlo, lo sería por mayoría absoluta). De hecho, Catalá afirmó que el encuentro de este lunes con Ribó fue el primero que mantenía con un miembro de otra formación tras las elecciones del pasado 28 de mayo que le dieron la victoria al PP en la ciudad de València.
Acto seguido, ella y el resto de portavoces de lo grupos estaban citados con el secretario municipal para que este explicara a los partidos el funcionamiento del pleno de constitución del consistorio. Pero, por el momento y según fuentes del entorno la edil, no se han producido contactos informales ni reuniones bilaterales con Vox. Y no hay previsión de que esto se produzca antes del próximo sábado.
En realidad, los votos de los cuatro concejales que obtuvo el partido de Santiago Abascal en las elecciones municipales no son necesarios para que sea elegida alcaldesa. Esto es porque la Ley Orgánica de Régimen Electoral General (Loreg) establece que, si ningún candidato obtiene la mayoría absoluta, será proclamado alcalde aquel que encabece la lista que haya obtenido mayor número de apoyos. Por lo que, aunque no haya acuerdo de mayoría absoluta (17 ediles en el Cap i Casal) para que Catalá gobierne en Valencia, la popular seguirá siendo elegida alcaldesa igualmente porque fue la más votada el pasado 28M: obtuvo 13 concejales y ello le sitúa en una posición de fuerza en cualquier negociación.
Mientras tanto, y hasta que llegue el pleno de constitución del Ayuntamiento, Catalá se centrará en otras cuestiones: su prioridad es reunirse con sus concejales y poner en marcha cuanto antes un plan de choque en limpieza -"queremos que se vea que estamos trabajando para los ciudadanos", expuso Catalá-, además de empezar a trabajar en la rebaja de impuestos que prometió en campaña electoral. En concreto, la rebaja del 20% del IBI, la bonificación al 95% de la plusvalía en el caso de transmisiones de negocios familiares y la bajada del Impuesto de Actividades Económicas (IAE). Junto a esto, busca la manera de aumentar el número de policías de forma ágil, si bien cabe recordar que para ello es necesaria la convocatoria de oposiciones.
Por su parte, el candidato de Vox y futuro portavoz del grupo en el consistorio, Juanma Badenas, sí piensa en el pleno del sábado y el rol que tiene opciones de jugar su formación. Así, asegura que tiene "la mano tendida" a Catalá para que esta cuente con los apoyos de sus cuatro ediles. Pero el ofrecimiento, no obstante, no ha interesado por ahora en las filas del PPCV: "No he tenido ninguna reunión con ella ni con nadie de su partido", aseguraba a este diario el concejal.
Ahora bien, el contexto actual no tiene por qué ser el definitivo durante todo el mandato. El próximo 17 de junio, previsiblemente, cada grupo municipal votará a su candidato, que es lo que suele ocurrir cuando no existe ningún acuerdo. Por lo que la futura alcaldesa será investida con el apoyo de los concejales de su partido. Sin embargo, es consciente de que necesitará mayoría absoluta para sacar adelante cuestiones tan importantes como los presupuestos municipales. En ese caso, se da por hecho que hará alguna concesión a Vox para lograr sus votos favorables.
Con todo, cabe recordar que los populares buscan evitar escenificar acuerdos con Vox de manera previa a las elecciones generales del 23 de julio ante la posibilidad de que ello les penalice en las urnas. Por lo que, a pesar del desdén inicial, nada permite asegurar que a partir de esta fecha no pudieran iniciarse las negociaciones con Vox para contar con su respaldo a lo largo del mandato a cambio de alguna cesión de competencias. Algo que, si llega a ocurrir, sin duda no se producirá antes de esa fecha.
Lo que sí es seguro es cómo se desarrollará el pleno municipal del próximo sábado: en primer lugar, los concejales prometerán o jurarán el cargo en una sesión que tendrá una duración de tres horas aproximadamente. A continuación, tomarán la palabra los portavoces de cada grupo municipal: Ribó lo hará por Compromís, Badenas por Vox, Sandra Gómez por el PSPV y es una incógnita quién lo hará por el PP, puesto que no será Catalá quien lo haga. Una vez se hayan fijado posiciones de todos, se procederá a la votación y, cuando concluya, Ribó será quien entregue la vara de mando a Catalá.
Ese mismo día, la entonces alcaldesa tiene previsto firmar una delegación de competencias en cuatro o cinco concejales para que estos también puedan encargarse de firmar cuestiones que requieran de tramitación ordinaria. Una responsabilidad que se da por hecho que recaerá en los concejales más próximos a Catalá: María José Ferrer San Segundo, José Marí Olano, Juan Giner y Juan Carlos Caballero. De la primera se especula con la posibilidad de que se encargue de la gestión de personal del consistorio, mientras que del segundo se piensa en una concejalía de grandes proyectos, y del tercero se presupone que asumiría las competencias de Hacienda. Las responsabilidades que asuman el sábado, no obstante, no tienen por qué ser las que finalmente vayan a ejercer el resto del mandato, según fuentes municipales.