VALÈNCIA. El Consejo Rector de la Corporació Valenciana de Mitjans de Comunicació (CVMC) eligió este miércoles a Alfred Costa como nuevo director general de À Punt. Una resolución que ahora deberá ratificar la comisión de RTVV y del Espacio Audiovisual de Les Corts Valencianes en las próximas semanas, donde deberá comparecer para demostrar su idoneidad para el cargo y así poner punto y final al proceso de renovación iniciado el pasado mes de diciembre y que hará efectivo el relevo de Empar Marco al frente de la institución.
Casi 12 horas costó tener una resolución en firme. Los diez consejeros del ente iniciaron la jornada en torno a las 9.00 horas y emplearon toda la mañana en leer los proyectos presentados por los dos finalistas -Alfred Costa y Francesc García Donet-, que en esta ocasión tenían una extensión de 50 páginas. En ellos, cada uno debía desgranar los objetivos a perseguir y las estrategias de implementación que iban a emplear para ello; una valoración de los medios públicos valencianos actuales; el cronograma temporal para desarrollar sus planes en À Punt; e, incluso, realizar una propuesta de organigrama acompañada del perfil del equipo directivo del que se rodearía el nuevo director general.
Finalizada esta fase, el Consejo Rector comenzó las entrevistas a los dos candidatos a media tarde -a las 16.00 horas- y estos encuentros no finalizaron hasta casi tres horas después. Desde ese momento, los miembros del órgano de administración tardaron aproximadamente una hora en emitir su fallo. En primera instancia votaron a Costa, que obtuvo cuatro votos a favor, cuatro en contra y dos abstenciones. Al no obtener los 6 votos requeridos para alzarse como nuevo director general, los consejeros hicieron lo propio con García Donet, que obtuvo tres votos a favor, seis en contra y una abstención. Finalmente, en el tercer sufragio, el sucesor de Empar Marco sumó el apoyo de seis consejeros y cuatro votos en contra. Esto es, las tres quintas partes del Consejo requeridas tal y como fija la ley de creación de la CVMC aprobada en julio de 2016 en Les Corts.
Con estos mimbres, para que el nombramiento sea efectivo, Costa deberá comparecer en la comisión del Parlamento para sumar el apoyo de la mayoría absoluta de los diputados que la componen. En este sentido, bastaría con que los representantes del Botànic -PSPV, Compromís y Unides Podem- dieran su visto bueno, ya que cuentan con seis de los 11 parlamentarios que la integran.
Si bien la coalición valencianista había mostrado sus reticencias al perfil de los finalistas por su vinculación al PSPV, resultaría complicado que Compromís dificultara en el Parlamento el relevo tras esta elección del Consejo Rector, dado que desde la legislatura pasada se viene haciendo mucho hincapié en la independencia de este órgano de administración, por lo que resultaría significativo que una decisión adoptada por el consejo "independiente" fuera tumbada por una formación en la cámara.
Una vez estas circunstancias queden resueltas, el nuevo director general tiene un importante número de retos que solventar durante su mandato y por el que se cuestionó la gestión de Marco durante los últimos meses al frente de la nueva radiotelevisión pública valenciana. Estos son los cinco más significativos.
1. Mejorar los datos de audiencia. Desde que comenzaron las emisiones, À Punt no ha logrado superar la barrera del 2% de cuota de pantalla. Ésta solo ha mejorado en situaciones excepcionales como la cobertura de los efectos de la DANA, donde se alcanzó el 2,7%, o la retransmisión de fiestas como las Fallas. Una circunstancia que la dirección general anterior trató de revertir con cambios puntuales de parrilla sin demasiado éxito y que generó cierta presión sobre Marco, lo que propició un cuestionamiento sobre su modelo de televisión y las programaciones propuestas. Con todo, este será uno de los principales retos de Alfred Costa al frente de la Societat Anónima de Mitjans de Comunicació (SAMC): conseguir que sea un medio referente y lograr sintonizar con la audiencia. No en vano, de esto dependen los ingresos publicitarios.
2. Aumentar los ingresos de publicidad. Los bajos datos de audiencias no han sido un buen atractivo para los anunciantes, por lo que los ingresos de publicidad se han visto afectados a lo largo del primer año y medio de emisiones. En 2018, de hecho, se incumplió el contrato programa al no alcanzar el millón que exigía este documento pactado entre la CVMC y el Consell que preside Ximo Puig. Una circunstancia que situó al Consejo Rector en situación de cese y que salvaron los partidos del Botànic tras la comparecencia del presidente del mismo, Enrique Soriano, en la comisión de Radiotelevisión Valenciana y del Espacio Audiovisual de Les Corts.
A pesar de este 'final feliz' para los consejeros, esta coyuntura supuso un punto de inflexión en la relación del Consejo con la dirección general anterior: parte del órgano directivo hizo en cierta medida responsable a Marco de haberse visto con un pie fuera de la Corporació, ya que atribuyeron esta falta de interés de los anunciantes a que la programación televisiva diseñada por la directora no seducía al espectador, lo que repercutía indudablemente en la audiencia. Aún así, huelga resaltar en favor de la primera directora de À Punt que la propuesta de programación la aprueba siempre el propio Consejo Rector antes de iniciar cada temporada.
Con este escenario, la comisión mixta integrada por la Generalitat y responsables de À Punt llegó a estudiar el cambio del contrato programa para rebajar en un 75% la previsión de ingresos por publicidad (de 4 a 1 millón anual) para evitar que la televisión pública incumpliera en los próximos ejercicios la ley y los consejeros se vieran reiteradamente en causa de cese. Algo que no ocurrió finalmente porque fue el Consejo Rector quien realizó una previsión de ingresos menor en los presupuestos de 2020 respecto a años anteriores. En concreto, de un millón de euros -venían ingresando en torno a 800.000 euros anualmente-. Con su validación en el Parlamento, la comisión mixta dio por hecho que si la cámara asumía estas cuentas, el cambio de previsión de ingresos se hacía efectivo 'de facto'. Para este ejercicio, así, el objetivo publicidad es mucho más asequible que el de cuatro millones que todos calificaban como un fin "demasiado optimista". No obstante, la cuantía no podrá bajar del 25% de la previsión (lo que supondrían 250.000 euros) tal y como fija el contrato programa, pero se espera que los resultados sean mucho más ambiciosos y mejoren los bajos beneficios actuales.
3. Enfrentarse a las oposiciones. Uno de los primeros desafíos que esperan a Costa en À Punt en los próximos meses son las oposiciones de la Societat y la Corporació cuyas bases el Consejo Rector ya ha diseñado. A la espera de que la Dirección General de Presupuestos de la Generalitat Valenciana dé el visto bueno a esta Oferta Pública de Empleo, las plazas ofertadas suman, de momento, un total de 528 tal y como avanzó Valencia Plaza, y el nuevo director tendrá que vivir la transición del personal actual que proviene de las bolsas temporales a los futuros empleados públicos que superen las convocatorias. Por otra parte, cabe apuntar que el baremo diseñado por el órgano concede una ventaja significativa a los trabajadores de À Punt y también a los exempleados de RTVV respecto a un profesional externo con experiencia en empresas privadas. Una circunstancia por la que el Consejo del Diálogo Social pidió al Consejo Rector que lo revisara. No obstante, los consejeros solicitaron dos informes para avalar que estas puntuaciones no eran desproporcionadas ni generaban desigualdad entre los aspirantes y por tanto pretenden a día de hoy mantenerlo. La Unió de Periodistes Valencians avanzó en su día que si no se modificaba, estudiaría "las medidas oportunas para evitar una situación aún más injusta que la planteada hasta el momento". De hacerse efectivo un posible recurso por parte de la asociación de profesionales de la información como ya hizo en 2017, la Dirección General, junto a la presidencia del Consejo, deberá verse en la tesitura de lidiar con el proceso judicial que se derivará.
4. Activar la ficción y las relaciones con las productoras. El producto audiovisual que más dinamiza el sector (en términos de presupuestos y puestos directos de trabajo) es la ficción, y las productoras valencianas contaron más de la cuenta con la puesta en marcha de À Punt. La realidad es que, desde la creación de la radiotelevisión pública, el ente tan sólo ha dedicado un total de 7,8 millones de euros en productos de ficción. Ni siquiera se han llegado a materializar los compromisos que adquirió el Alt Consell Consultiu en 2017. Producciones como La Vall, La Forastera o Parany no han entrado -además- en los grandes éxitos de la ficción valenciana, cosechando índices de audiencia discretos, e incluso por debajo de la media de la cadena. Paradójicamente, las series rescatadas de la antigua RTVV como L'Alqueria Blanca han contado con una suerte contraria, anotando habitualmente una de las mejores marcas del día en share. A la espera de una apuesta real por ellas, las productoras que se crearon a la luz de la esperanza de una reactivación del sector audiovisual, empiezan a resignarse con la situación actual.
5. La relación con la Presidencia y el Consejo Rector. En los últimos meses, la relación entre la dirección general y el Consejo Rector, así como con la Presidencia del mismo, no pasó por su mejor momento. Incluso, hubo miembros como Rafa Xambó que solicitaron la dimisión de Empar Marco por su gestión al sentir que cuestionaba las decisiones que emanaban del máximo órgano directivo o no acataba las resoluciones que se le dictaban. La conexión entre ambas partes llegó a resentirse tanto que, de hecho, se vetó la entrada a la directora en una de las reuniones del Consejo. Un hecho insólito porque solía acudir con normalidad a todas ellas y que fue más significativo si cabe porque en esa sesión debían debatir sobre su última propuesta de programación para la temporada de otoño. Uno de los objetivos es evitar, por tanto, que la historia se repita para que la relación sea fluida y no lleguen a tensionarse para evitar una pérdida de sintonía entre la Dirección General y el Consejo.