VALÈNCIA. El debate sobre la tasa turística ha llegado al Ayuntamiento de València. En el pleno del mes de noviembre, que se celebró este mismo jueves, tanto el PSPV como Compromís llegaron a un acuerdo para instar a les Corts Valencianes a aprobar este gravamen con el que se pretende compensar las consecuencias negativas del turismo y cuyo pago recae exclusivamente sobre los visitantes a la ciudad. Concretamente, una horquilla que va de los 0,5 hasta los 2 euros por día dependiendo del tipo de estancia.
Aunque, para llegar al acuerdo, ambos partidos tuvieron que extender una negociación no tanto sobre el fondo de la cuestión sino sobre la forma y los tiempos. Y es que, aunque los dos ven como algo positivo la incorporación de este impuesto, disciernen sobre el momento en el que se tendría que proceder a la implantación. Mientras que Compromís llevaba una moción en la que instaba a revisar la tasa lo más pronto posible, los socialistas presentaron una segunda moción alternativa para enmendar la anterior con un punto clave: la petición no se elevará al gobierno autonómico hasta que la economía y, muy concretamente la salud del sector turístico, no se restauren a niveles previos a la pandemia. Es decir, el año 2019.
Tanto PSPV como Compromís defendieron durante el pleno que la implantación de la tasa no tendrá ningún impacto ni en el número de pernoctaciones ni tampoco en el atractivo de València como destino turístico. Y, en este sentido, se apoyan en la experiencia de otras ciudades europeas que ya la han regulado y que a día de hoy siguen presentando un volumen muy elevado de negocio: desde Milán hasta París, pasando también por las dos autonomías españolas que sí que han regulado en este sentido, Cataluña e Islas Baleares.
A este respecto, el defensor de la moción por parte de Compromís, Carlos Galiana, puntualizó que el objetivo de implantar este impuesto no es otro que el de compensar los gastos que genera para la ciudad el elevado uso turístico. De este modo, consideró a través del escrito que los ingresos extra para el consistorio ayudarían a contrarrestar ciertos aspectos como por ejemplo la gestión de residuos o el impacto sobre el acceso a la vivienda que tiene el desarrollo de esta actividad.
De este modo, la propuesta de acuerdo de Compromís rezaba: "Instar a les Corts Valencianes a establecer un impuesto sobre las estancias turísticas para que los visitantes de nuestra ciudad colaboren en la asunción de los costes que ahora mismo asumen en exclusividad los valencianos y las valencianas".
Sin embargo, el concejal de Turismo, el socialista Emiliano García, presentó su moción alternativa con el ajuste temporal: "Solicitar a les Corts Valencianes abordar la implantación de la tasa turística en la ciudad en el momento en el que la recuperación de la actividad sea una realidad y una vez alcanzados, al menos, los resultados de 2019 en términos anuales". Y también añadía la puntilla: "Y una vez trabajada la misma con los diferentes agentes implicados". La moción fue finalmente aprobada con los votos a favor de los dos partidos, después de ceder Compromís en la aceptación de las condiciones.
De esta forma, los socialistas de la ciudad de València siguen las mismas premisas pero se muestran más laxos en la ejecución que sus compañeros de partido. Y es que, mientras que mientras que el PSPV en Les Corts se ha cerrado a apoyar la propuesta de sus socios de Compromís y Unides Podem para introducir la tasa turística, el grupo municipal sí que abandera voluntad para seguir adelante con esta materia. Aunque con cautela.
A este respecto, cabe recordar que el PSPV ha rechazado apoyar la enmienda a la ley de Acompañamiento que han presentado las otras dos patas del Botànic para introducir la tasa a lo largo de 2022. Todo ello incluso a pesar de que Compromís y Podem incorporaron las dos condiciones indispensables que los socialistas habían propuesto inicialmente con el ánimo de pactarla: que fuera municipal y voluntaria. Pero, por el momento, ni siquiera ese guiño ha sido suficiente para conseguir el 'sí', aunque aún hay tiempo hasta la votación de diciembre.
El propio president de la Generalitat, Ximo Puig, se unió recientemente a la tesis de que todavía "no es el momento" para implantar la tasa, puesto que lo que ahora necesita el sector es "comprensión y apoyo". Así, la moción presentada por el grupo municipal podría confirmar las aspiraciones de retrasar el gravamen al menos hasta que se vean los primeros indicios de recuperación. Una idea que en esta ocasión sí que ha aceptado Compromís, a diferencia de lo que sucedió el pasado miércoles en Les Corts, cuando el grupo parlamentario adscribió igualmente la enmienda para 2022 sin el apoyo socialista.
En esta línea, también salió al paso Manolo Mata, quien por su parte se mostró partidario de regularla "más adelante" a través de una proposición de ley y no "deprisa y corriendo" para la aprobación de los presupuestos de la Generalitat para el año 2022.
Tanto Vox como Ciudadanos y el Partido Popular votaron en contra de la moción en el Ayuntamiento de València al considerar que la iniciativa podría ser lesiva para el sector turístico, especialmente en un momento en el que todavía no se ha recuperado de la crisis. Así, sostienen que la implantación de la tasa podría restar atractivo a la ciudad y equilibrar la balanza a favor de otros destinos.
Asimismo, también afearon el afán "recaudador" del gobierno. En este sentido, la concejala del Partido Popular, Paula Llobet, consideró que el impuesto "servirá para ahuyentar turistas y perder competitividad frente a otras ciudades que no la tienen". Y, en esta misma línea, añadió: "Es hora de apoyar a un sector que ha estado más de un año cerrado por la crisis y que aún no se ha recuperado. Las empresas han sobrevivido a la pandemia pero están endeudadas y necesitan más que nunca aumentar su facturación, concluía".
También el portavoz de Ciudadanos, Fernando Giner, rechazó la implantación de la tasa: "El sector no se ha recuperado, todavía hay miles de profesionales en ERTE y hay negocios que no han podido abrir sus puertas". Y cuestionaba en este sentido: "¿Han consensuado esta medida con los representantes del sector para negociarla? Porque las empresas lo han calificado de un auténtico disparate".