VALÈNCIA. Varias semanas después de que el nuevo coronavirus se expandiera por la Comunitat comienzan a constatarse sus consecuencias en el tejido laboral valenciano. Durante el mes de marzo, el número de parados registrados en los servicios públicos de empleo obtuvo su mayor alza de la serie estadística con 35.565 inscritos más que en febrero, una cifra que supera incluso el aumento de 31.021 personas de enero de 2009, en plena crisis económica.
Así se advierte en los últimos datos publicados este jueves por el Ministerio de Trabajo y Economía Social, que apuntan a que el total de desempleados registrados se sitúa en la Comunitat en 401.827 personas, la cifra más elevada desde mayo de 2017. No obstante, y pese a que todos los grandes sectores productivos han acusado subidas en el número de parados, el sector servicios, que agrupa entre otras ramas económicas al comercio y la hostelería, acumula los peores registros.
Hasta un 66,7 % de los nuevos desempleados se concentran en alguna actividad de este ámbito productivo, que desde 2012 veía disminuir el desempleo en marzo incluso cuando crecía en el resto de grandes grupos. Ahora, con 23.728 nuevos parados, lidera los registros en las oficinas públicas de trabajo tras verse más perjudicado por la crisis sanitaria y la contención del virus. Un escenario en el que influyen, entre otros factores, el cierre de establecimientos y la cancelación de eventos y fiestas populares.
De hecho, la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV) ya ha indicado que el aplazamiento de las Fallas de este año ha producido “un mayor impacto” en la provincia de Valencia, donde el crecimiento del paro vinculado a lo servicios ha sido superior, en términos absolutos y porcentuales, al dato obtenido por Castellón y Alicante. También la parálisis general de la actividad turística y hostelera, que en esta ocasión no ha podido servirse de la cercanía de la Semana Santa para incentivar la contratación, ayudan a comprender por qué el terciario es esta vez, con diferencia, el sector que más ha padecido el avance del paro.
En este sentido, desde los sindicatos se apunta a que los sectores más afectados por este retroceso son también “los más precarizados y con mayor temporalidad”, como aseguraba el secretario general de UGT-PV, Ismael Saéz, tras conocerse que el segundo grupo productivo donde más ha crecido el desempleo autonómico es la construcción. Allí se han registrado 6.179 nuevos parados, su mayor incremento en un mes de marzo desde el inicio de la serie histórica, un fenómeno que también se produce en la industria, que suma 4.992 nuevos desempleados.
No obstante, cabe destacar que el dato del paro registrado no contabiliza a los afectados por los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que se han producido en industrias tan relevantes como la automovilística o la cerámica, ya que la metodología del Ministerio los considera demandantes de empleo no ocupados y no desempleados registrados. Por su parte, el tejido agrario obtuvo también en marzo un aumento del paro, aunque mucho más moderado. Con 282 nuevos desempleados en territorio valenciano, presenta un aumento similar al que ya registró en 2019, cuando la cifra creció en 201 personas.
Por su parte, el número de personas registradas en los servicios públicos de empleo también experimentó un alza histórica en el conjunto del Estado, con su mayor repunte en cualquier mes de toda la serie (302.265 nuevos parados) y un volumen total de parados que alcanza las 3.548.312 personas. Al igual que ocurre en la Comunitat, el impacto del coronavirus afectó sobre todo a los servicios y la construcción.
El primero de los dos sectores registró igualmente el mayor aumento del desempleo en términos absolutos con 206.106 personas más, por lo que concentra más de dos tercios de todos los nuevos parados a nivel nacional. Mientras, la construcción cerró el mes de marzo con 59.551 desempleados más, por delante de la industria, que elevó su cifra de parados en 25.194 y la agricultura, donde el desempleo creció en 6.520 personas.
En este sentido, el Gobierno ha incidido además en que el nuevo coronavirus ha modificado la tendencia de la evolución del paro con la que se había iniciado el mes de marzo, ya que en los doce primeros días, justo hasta la víspera del anuncio del estado de alarma, el desempleo solo ascendía, de manera global, tan solo en 2.857 personas. Ese cambio de ritmo, de hecho, se observa igualmente en los datos que ilustran la otra cara de la moneda, como son los referidos a la afiliación a la Seguridad Social y, por tanto, a la ocupación.
El propio ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, ha señalado que en las dos últimas semanas de marzo se registró casi el mismo descenso de afiliados (898.922 personas) que entre octubre de 2008 y febrero de 2009, cuando la disminución superó las 900.000 personas. En relación a ello, una de las ramas de actividad más perjudicadas vuelve a ser la hostelería, que en ese tiempo perdió 181.148 afiliados.
También la construcción se vio especialmente perjudicada con un descenso de 151.969 personas afiliadas, mientras que en las actividades administrativas y los servicios auxiliares la afiliación se redujo en 116.524 personas. Otros subsectores que también han experimentado un retroceso en la afiliación a la Seguridad Social son el comercio y la reparación de vehículos, la industria manufacturera, el almacenamiento y el transporte, la educación y las actividades científicas, mientras que, en el lado opuesto, la única rama de actividad que experimentó un crecimiento de la afiliación desde el 12 de marzo fue la relacionada con las actividades sanitarias y los servicios sociales, que aumentó en 7.085 personas.