VALÈNCIA. Los exconsellers de Sanidad Manuel Cervera y Luis Rosado han declarado este miércoles como acusados durante el juicio del caso Gürtel sobre la pieza relativa al presunto trato de favor de la Generalitat a siete empresas de Francisco Correa, que entre 2004 y 2009 recibieron varios contratos menores por valor de más de 1,8 millones de euros. Ambos exaltos cargos han afirmado que no conocían quién contrató con la trama para los actos relacionados con su departamento.
Cervera ha señalado que antes de ser conseller veía al que fuera director de Orange Market, Álvaro Pérez 'El Bigotes', en los eventos del PP. "Veía a un tío con un bigote impresionante", ha dicho. "Pero nunca me reuní, ni me tomé un café con él ni hablé con él de esto ni de nada", ha asegurado. Tampoco dio "nunca", ha añadido, "indicaciones de que contratáramos con Orange Market".
Sobre los actos, ha destacado que desconoce "absolutamente" de quién surge la idea de organizarlo, "quién contrató y quién conformó las facturas". "Yo ni contrataba ni organizaba actos", ha afirmado. Cervera ha hecho hincapié en que era "una persona muy austera", también en su "forma de trabajar".
El exconseller ha apuntado a que no recibió "ninguna orden" de contratar con Gürtel, y tampoco del expresidente de la Generalitat Francisco Camps. "Con el señor camps en este tipo de actos sólo me encargaba de hacerle un resumen de las cosas más importantes que tenía que decir en su discurso. También le insistía siempre en que mi presupuesto era deficitario", ha dicho.
Cervera ha asegurado que "de los 800 actos" de sus cuatro años al frente de la Conselleria de Sanidad no vio "ninguna factura", no sabía "qué órgano era el proponente de las mismas", ni sabía "que las facturas se abonaron a través de caja fija".
Por último, ha remarcado que dejó el escaño voluntariamente en 2013 como diputado nacional "sabiendo que si seguía y me imputaban tenía la ventaja de estar aforado". "Estaba convencido de que no tenía nada que temer", ha reflexionado.
Por su parte, Luis Rosado –quien era en aquel momento secretario autonómico y gerente de la Agencia Valenciana de Salud– ha comentado que no tuvo "ninguna intervención" en decidir cómo se iba a desarrollar el acto. "¿Qué pensó entonces cuando le giran la factura del sonido del vídeo que se proyectó en el evento?", le ha preguntado la Fiscalía. "A mí me llegaban todos los días unas carpetas con documentos que tenía que despachar. En uno estaba esta factura. Yo siempre compartía con mi asesor cualquier cosa que tenía que firmar y pregunté si procedía mi firma y firmé porque estuve en el acto y vi en lo que consistió. Siempre que hubiera estado dentro de los márgenes de contrato menor de12.000 euros lo habría firmado", ha explicado.
Rosado ha insistido en que pensaba "que esa factura había seguido los cauces normales" y que vio que estaba "autorizada por Presidencia". "Yo no solicité esa autorización. Pensé que como era una factura girada a la Agencia Valenciana de Salud por un acontecimiento que correspondía a la asistencia sanitaria lo tenía que pagar yo. Me pareció correcto", ha apuntado. En este sentido, ha admitido que él creía "que era el coste de todo el acto".
"Yo no hablé con ningún director general sobre ninguna factura porque es la única que pasó con mis manos. No sabía que se pagaba por caja fija. Creía que era la parte administrativa de la Conselleria la que se tenía que ocupar de esto. Desconocía los entresijos y desconocía en aquel momento a los funcionarios porque llevaba pocos meses a la Conselleria. Si hubiera sabido que este documento no lo tendría que haber firmado habría hecho lo mismo: ir a la parte administrativa y decir que no lo tenía que firmar", ha señalado.
Rosado ha hecho hincapié en que con 'El Bigotes' no ha hablado "nunca". "Nunca ha entrado en mi despacho, no lo conocía de nada. Permítame que esté indignado porque este señor se cruza conmigo por la calle y no sabe quién soy", ha afirmado.