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abre al público con visitas guiadas tras una restauración que ha recuperado su imagen original

El castillo de Bétera: cambia el aspecto de una fortificación urbana histórica y poco conocida 

1/10/2023 - 

VALÈNCIA. La imagen actual de castillo responde a una fortificación, o, en muchos lugares, a sus restos, elevada sobre el casco urbano de un municipio. El Puig, Xàtiva, Corbera, Sagunt, Cullera… los ejemplos resultan incontables en la provincia. No obstante, ni mucho menos siempre es así. En otros casos se sitúa en pleno centro del casco urbano, como ocurre en Benissanó, Riba-roja… o Bétera. En esta última población, además, arrastra una curiosa historia que ha terminado con un cambio de fisonomía.

En el catálogo de la Asociación de Amigos de los Castillos, entidad que recopila y fomenta el interés por estas construcciones con historia, relata que fue  “conquistado en el 1238, pasó a la orden de Calatrava, hasta que en la primera mitad del s. XV fue rescatada por la familia Boil, a finales s. XIX paso a la familia Dos Aguas. La titularidad es pública y de uso por el Ayuntamiento”.

A este resumen histórico le añade la calificación respecto a su estado de “muy bueno”, y resalta su “gran torre del homenaje, lienzos en parte almenados y torres angulares de menor tamaño. Son visibles restos del antemuro con vestigios de torres”. Desde esta asociación, al preguntarles por algún aspecto especial que lo identifique, remarcan como singularidad del castillo su antigüedad, el hallarse dentro de una población y el ya aludido estado más que bueno de conservación.

Las almenas del castillo en dirección a la torre del homenaje.

El Ayuntamiento de Bétera directamente lo describe como "uno de los monumentos más importantes de la Comunidad Valenciana” y ha iniciado su apertura al público con visitas guiadas desde septiembre, un domingo al mes en recorridos organizados a las 10 y a las 12 horas. En días diferentes también puede visitarse, con cicerone igualmente, los yacimientos de torre Bofilla y l´Horta Vella. Eso sí, matizan desde el Consistorio que las obras todavía no han finalizado.

No obstante, retomando la historia del castillo, y una vez sabidos sus orígenes y traspaso de titularidad, falta conocer qué le ha ocurrido en las últimas décadas y cómo ha desembocado en el cambio de imagen que ha experimentado y que se puede observar con plenitud desde hace escasas semanas. Ha desaparecido el color rosa que lo ha identificado desde los años ochenta del pasado siglo y ha vuelto el original.

Imagen anterior del castillo tras la restauración de los años 80.

“Hemos eliminado todos los revestimientos modernos y hemos recuperado una fachada enorme y tapiales intactos. Todo había quedado oculto desde los años 80 que también acabó con restos ibéricos existentes”, señala Tirso Ávila, arquitecto especialistas en acometer reformas en castillos y que ha dirigido la restauración con un proyecto que se ha extendido de 2019 a 2022

“Redactamos el correspondiente plan director, conseguimos la subvención de fondos Feder e iniciamos la rehabilitación con el objetivo de recuperar y restituir lo que se había perdido. La actuación de los 80, basada más en perspectivas de utilidad práctica del patrimonio como se hizo en otros lugares en aquella época (el teatro de Sagunto, por ejemplo), se guiaba por actuaciones de mayor agresividad, como no dejar tejido original de la fortificación islámica del siglo XII”, continúa relatando.

Aspecto de la restauración interior.

Este cambio de criterio ha derivado en que “hayamos recuperado tapiales con un gran interés científico y que nos proporcionan información muy interesante sobre el conjunto de la edificación” o en que “hayamos encontrado tramos de muralla ibérica del siglo V antes de Cristo”. 

“Lo que iba a ser un contenedor de un museo de la fiesta se ha convertido en una recapitulación histórica”, indica Ávila, que va más allá al afirmar que “entre lo encontrado en esta restauración podrían estar los restos más antiguos de todo el municipio, de un ibérico temprano”.

En la estructura que ha pulido de esta fortificación de origen musulmán resalta “las seis torres conservadas o los tapiales recuperados”, para hacer hincapié en que “hemos querido evitar la polémica de la restauración anterior respetando al máximo lo original y buscando una integración cromática para que lo nuevo no sea agresivo con lo anterior”.

Quizás esta metamorfosis realce la imagen de un castillo que en la actualidad pasa desapercibido dentro de un municipio que destaca por sus alfàbegues, sus yacimientos o su ubicación de acceso a la sierra Calderona.


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