VALÈNCIA. "Ai están los machos acicalaus con cubertores"; "equilicua. A medianoche to el pueblo irá a la rocha de la ilesia y en las escalericas se cantarán las mayas". Frases como las citadas se escuchan en la Serranía y, especialmente, en la localidad de Chulilla este fin de semana.
"To el mundo quie ver el pueblo". Claro, porque sus encantos cada vez atraen a más visitantes y en verano multiplica sus moradores hasta rondar los 3.000 moradores. "Agarra la branca qu´has databicar bien el carro". Sí, como antes hemos citado, La Enramá (característica por la romería por el casco urbano y las ramas de chopo) y los Mayos -una especie de chirigota serrana que resume los sucesos del último año- tienen lugar este primer fin de semana de mayo.
¿Y por qué se expresan los habitantes de esta zona de una manera tan curiosa? "No es que hablen mal, como siempre han pensado, sino que lo hacen de una manera singular", explica Vicent Sebastián, arqueólogo y cronista local.
Especificado con mayor detalle, se comunican en churro o xurro -si alude a ese dialecto alguien de zona de habla valenciana-. Se trata de un lenguaje propio que mezcla castellano y valenciano con dejes y expresiones aragonesas, posiblemente importadas con la repoblación de Jaume I, en el siglo XIII, y que se han quedado con el tiempo.
¿Y de dónde viene el término churro-nos quedaremos con la ´ch´ que utilizan los autóctonos-? No parece saberse con certeza, aunque sí existen leyendas que lo atribuyen al paso por una churrería situada en los arrabales de València. Esa historia iniciática del vocablo guardaría cierta similitud con la de 'aixó es hort, xata' a la que se atribuye el origen del término horchata dicha en boca de Jaume I, el omnipresente y heroico monarca.
Hasta la fecha se ha transmitido por vía oral, sin tener un reconocimiento escrito. La situación ha cambiado con la iniciativa del citado Sebastián, impulsada por la Diputación de Valencia y la Academia Valenciana de la Lengua, de redactar un cómic en valenciano y xurro -con ´x’ porque al ser en lengua vernácula esta vez la reproducción aparece así en el tebeo-. Núria Tamarit lo ha ilustrado. Se trata de una recopilación escrita pionera.
"En 1945 una obra de teatro titulada La Rosa del Molino empleaba palabras del churro. Y posteriormente hubo alguna traducción a nuestro dialecto pero no un producto original como este cómic", indica el cronista local.
"Lo hemos planteado como un instrumento para poner en valor el habla xurra, como un trabajo divulgativo que muestre la interacción entre dos realidades lingüísticas y que evidencia la importancia de nuestro legado cultural", apunta Sebastián.
El cronista de Chulilla resalta el churro como "un instrumento de comunicación en una comarca que se distingue por la interrelación entre lenguas frontera, pero permeable y entrelazada. No es barrera de división, sino ventana y espacio de encuentro y enriquecimiento recíproco".
Y esa realidad sorprende a dos de los protagonistas del cómic. Se trata de una chica y un chico originarios de una localidad costera valencianoparlante que acuden a casa de unos amigos a disfrutar de la fiesta de La Enramá (nueva mezcla de artículo en castellano y sustantivo en valenciano) y se produce una constante conversación que mezcla la lengua vernácula de la autonomía y el churro. Se entienden sin problemas.
"Queremos que gente de Algemesí o Torrent vea escrito el churro, y no piense que es un dialecto perdido de las montañas, sino una forma de expresarse que se utiliza en la misma provincia de Valencia", apunta Sebastián.
Picher, forcat, gromera (con b), orage, a boca noche… son términos que forman parte de ese acervo léxico de la Serranía y el Rincón de Ademuz. Intercalan palabras en valenciano en frases en castellano con múltiples terminaciones en ‘ ico’ o ‘ au’.
En estos singulares festejos de Chulilla, población que se aproxima a los 700 habitantes censados, estos términos abundarán. No obstante, ya no se limitarán a expresiones que se trasladen a conversaciones orales. Ahora, por fin, tendrán un reflejo escrito. "Por primera vez existe una recopilación de palabras en churro trasladadas a un libro, aunque en este caso sea un cómic", ratifica Sebastián.
Mayorales, obreras, floreras, ofrenda, carro repleto de ramas, baile de jotas, pollos, grupas… las acciones e intervenciones se suceden este fin de semana en Chulilla para desarrollar su singular fiesta local. Siempre con ese hilo comunicativo del dialecto propio de la comarca.
Esta celebración, acompañada ya de esa plasmación literaria en cómic, resultará una especie de presentación, una forma de dar la bienvenida del norte o al noroeste de la provincia a personas de otros puntos. De este modo comprobarán los contrastes en el habla. Aunque escuchados pueden sorprender esos términos y frases, escritos tienen una estructura más lógica y reconocible.