VALÈNCIA. Carlos Mazón ha iniciado una estrategia de decibelios elevados contra el Gobierno central que lidera Pedro Sánchez. No sólo por lo que comporta en cuanto a discurso público sino a nivel económico. El presidente de la Generalitat se ha lanzado a la desobediencia financiera por lo que considera un trato injusto a la Comunitat Valenciana con una serie de decisiones que, en la práctica, suponen un órdago al Ejecutivo nacional en toda regla.
El jefe del Consell resumió su posición durante una entrevista en la Cadena Cope este martes: "La batalla acaba de empezar", dijo hasta en tres ocasiones. El enfado fue verbalizado, aunque ya se vio en la postura de la Generalitat durante la reunión –después de casi año y medio– del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) el lunes. El motivo es el choque con el Ministerio de Hacienda que dirige María Jesús Montero en diversos asuntos.
Uno de los principales es que la Comunitat contará con menos transferencias del Estado en comparación con las previstas por parte de la Generalitat en los Presupuestos de 2024. El motivo son las entregas a cuenta: los miles de millones de euros procedentes del sistema de financiación autonómica dirigidos a cubrir las necesidades de gasto. El Consell las calculó en 12.799 millones. Lo hizo basándose en las estimaciones de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) debido a que cuando el Ejecutivo valenciano elaboró el proyecto de Presupuestos autonómicos de 2024, el pasado mes de octubre, el Ministerio de Hacienda se negó a facilitar estos datos por estar en funciones.
La cifra fue finalmente comunicada el lunes por Montero a la consellera de Hacienda, Ruth Merino. Serán 12.555 millones en concepto de entregas a cuenta, 243 millones menos de los previstos, por tanto, en las cuentas del año que viene.
El otro dato importante para la previsión de ingresos es la liquidación del sistema de financiación autonómica del ejercicio 2022 –se efectúa dos años después–, que será más alta que nunca. Ahí los datos sí son más ajustados a los dibujados en las cuentas. Se cifró en 2.719 millones de euros y finalmente la Comunitat recibirá 2.699 millones, 20 menos. Sumados a los 243 millones de menores entregas a cuenta, el descuadre totaliza 263 millones de euros.
Esta situación obligaría a hacer un recorte de ese importe en los gastos previstos en el Presupuesto de 2024, pero el Consell ya ha dicho que no. Lo aseguró el lunes Merino y este martes Mazón. "Mi respuesta es que no: no voy a cambiar los presupuestos. Ni puedo ni quiero. Los recortes de Pedro Sánchez no se van a aplicar cuando vienen tarde, mal y con irresponsabilidad", afirmó rotundamente el presidente de la Generalitat en una rueda de prensa ofrecida junto a su homóloga madrileña, Isabel Díaz Ayuso, durante la II Cumbre Comunidad de Madrid-Comunitat Valenciana organizada por Conexus.
El jefe del Consell recordó que realizaron las cuentas del próximo año "sin ninguna previsión" por parte del Estado antes de iniciar su elaboración, sólo con "estimaciones de la AIReF". "El Gobierno no nos puede decir donde dije digo, digo diego; pretenden que las autonomías hagan a ciegas sus deberes", señaló.
Además de las transferencias del Estado, el gran punto conflictivo del CPFF fue que el Ministerio de Hacienda hiciera uso de su mayoría de voto para aprobar un límite de déficit del 0,1% para el próximo año. Todas las demás CCAA –excepto Asturias y Castilla-La Mancha, gobernadas por el PSOE– se posicionaron en contra. Pero en este asunto la Generalitat ha ido más allá. El Consell que preside Mazón elaboró su presupuesto con un déficit del 0,3%, lo que significa el triple de desfase entre ingresos y gastos. Concretamente, 431,9 millones de euros.
En la reunión de este lunes se mantuvo en la petición. El discurso del Consell se basa en criticar que, a la hora de determinar cómo se reparte el esfuerzo de reducción del déficit, el Gobierno central no haya tenido en cuenta la posición de partida de las CCAA y que el Estado se haya reservado el 97% del déficit autorizado. Algo que obliga a las autonomías de régimen común a cerrar el ejercicio con un déficit de 0,1% sobre el PIB "a pesar de que gestionan el 35% del gasto total".
Montero ha abierto la puerta a que "algunas Comunidades Autónomas" que lo han solicitado puedan tener en 2024 un objetivo de déficit diferenciado. Eso sí, mientras el conjunto siga siendo el del 0,1% (algo que supone que se tengan que poner de acuerdo los territorios). El asunto se debatirá en el próximo CPFF después de que lo decidido este lunes pase por el Congreso y el Senado, cámara esta última en la que tiene mayoría el PP. Montero ya se ha avanzado al posible rechazo por parte de la Cámara Alta y ha advertido de que si así ocurre se aplicaría lo establecido en el Plan de Estabilidad enviado a la Comisión Europea en abril, que fijaba un 0% para las CCAA. Un escenario todavía peor.
Mazón seguirá adelante con los presupuestos dibujados. No corregirlos y mantener el gasto se traducirá en más déficit precisamente el año en el que se vuelve a la senda de estabilidad presupuestaria con un objetivo de déficit del 0,1%, frente al 0,3% presupuestado, que el Consell tampoco modificará.
En una suerte de mensaje de insumisión, el presidente de la Generalitat remarcó este martes que una parte importante del déficit que tiene la Comunitat Valenciana es por el sistema de financiación" y "otra muy importante es por una muy mala gestión" del Consell del Botànic de los últimos ochos años. En todo caso, y aunque los presupuestos se encuentran en plena tramitación en Les Corts, éstos podrían cambiarse mediante decreto en cuanto entraran en vigor si el Gobierno valenciano así lo quisiera. Algo de lo que no se muestra partidario porque supondría un recorte directo de partidas.
El secretario autonómico de Hacienda, Eusebio Monzó, se manifestó en términos similares durante una entrevista en À Punt este martes. "No estamos pidiendo gran cosa, que se deje un déficit del 0,3% sobre todo para poder compensar de alguna manera a aquellas comunidades con financiación inferior a la media como la valenciana", reflexionó.
Monzó indicó que el Consell seguirá con el plan marcado y espera que el Gobierno de España "lo respete". "La Comunitat Valenciana no tiene un problema de gasto, no gasta más que otras CCAA, sino que ingresa menos. Sería injusto que tuviéramos que modificar el presupuesto. No se puede entender como un pulso. Manifestamos nuestra realidad y nuestra reivindicación. Venimos, con el Gobierno anterior, de un déficit real en 2022 del 3,1%, el más alto de toda España. Ahora, el déficit real previsto real es del 1,3%, lo hemos bajado a la mitad en los pocos meses que llevamos en el Consell. Otra cosa es lo que ponemos en el presupuesto", explicó.
En opinión de Monzó, aunque Montero abrió la puerta al déficit asimétrico si hubiera un acuerdo entre CCAA, "es el ministerio de Hacienda el que debería hacer ese ejercicio", no los territorios. Además, valoró que el aviso de aplicar el plan de estabilidad no era "una forma razonable de dialogar con las CCAA".
La pregunta es qué ocurre si la Generalitat se niega a modificar su presupuesto pese a las exigencias del Ministerio de Hacienda. Algo que, en realidad, no es ilegal. Una de las trampas que suele usarse es la de rehacer las previsiones de ingresos o de gastos sin tocar las partidas presupuestarias, algo que ya han hecho los territorios en anteriores ocasiones. En última instancia está la opción de que el departamento de Montero intervenga las cuentas de la Generalitat, algo que generaría un enfrentamiento absoluto entre el Consell y el Ejecutivo central y que seguramente no reportaría grandes beneficios para el PSOE a nivel nacional por el alto coste político.