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ESTE MARTES ESTÁ PREVISTO EL INICIO DEL DESMONTAJE

El desmontaje del TAC en el Hospital General deja en el limbo a nueve trabajadores de Eresa

24/06/2019 - 

VALÈNCIA. La situación vuelve a repetirse en el Hospital General de València en el proceso de internalizar el servicio de imagen médica. Tal y como ocurrió con el desmontaje de la primera de las resonancias de la empresa Eresa, el inicio del desmantelamiento del TAC previsto para este martes 25 de junio conllevará la salida de los trabajadores vinculados a éste, que pasarán a estar en limbo laboral. 

En esta ocasión serán un total de nueve los afectados, la mayoría enfermeras. Si la situación replica a la del desmontaje de la primera resonancia, la compañía liderada por Lorena Saus dará a estos trabajadores una carta para que el consorcio se subrogue y asuma a estos empleados, mientras que el departamento liderado por Enrique Ortega se negará al entender que no existe sucesión de empresas. 

En el primer desmontaje, siete trabajadores fijos y dos temporales quedaron en el limbo laboral al no ser despedidos por Eresa ni acogidos por el hospital. Una situación que el departamento público justificó al no traspasarse la maquinaria, hecho que habría sido clave para entender que el General continuaba la actividad de la empresa privada. Sin embargo, el consorcio tiene previsto montar dos resonancias y dos TAC propios.

Optan por un TAC móvil

El desmontaje de este TAC dejará al hospital sin un aparato propio para este tipo de pruebas, por lo que la gerencia ha tenido que recurrir a un TAC móvil de Alliance Medical, que fue instalado en la puerta de Urgencias el pasado viernes. Este se mantendrá en el centro el tiempo que dure el desmontaje del actual y puedan poner en marcha el nuevo. Según explican desde el departamento, se tardará aproximadamente unas cuatro semanas en desempeñar la primera tarea.

La segunda resonancia será desmontada entre el 27 y el 29 de julio, lo que supondrá la salida de los últimos cuatro trabajadores de Eresa. Actualmente, las resonancias y los TAC que no pueden ser realizados en el hospital se derivan a las instalaciones de Eresa, que facturan al centro a través del sistema de enriquecimiento injusto al no existir ya contratos en vigor. 

En previsión del nuevo escenario, el consorcio sacó un concurso para adjudicar el servicio de refuerzo, que actualmente se encuentra paralizado tras un recurso de la compañía Inscanner. A pesar de haberse cerrado el plazo de presentación de ofertas, la licitación sigue suspendida y Eresa, probablemente, seguirá prestando el servicio en sus instalaciones hasta que ésta se resuelva. 

En la memoria justificativa de la licitación se apunta a la insuficiencia de medios para abordar el servicio por la administración, debido al proceso de internalización que actualmente tiene en marcha el hospital,  al proceso desmontaje de los equipos actuales y a la instalación de los nuevos equipos con las obras de adecuación necesarias, lo que supondrá que durante un tiempo estén inactivas.

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