VALÈNCIA. El Ayuntamiento de València ya se prepara para la organización de las Fallas de 2025. Un proceso en el que destacan trámites como la elección de la falla municipal, la primera que se plantará en la Plaza del Ayuntamiento tras la victoria del bloque de derechas (PP y Vox) en las últimas elecciones municipales y que no se ha salvado de las primeras polémicas. Tanto por la forma de elegir al jurado como por las limitaciones instauradas sobre el contenido de los futuros monumentos.
Así, las bases elaboradas por el gobierno municipal, cuya concejalía de Fallas recae en el edil popular Santiago Ballester, cambian la forma de elegir los jurados que seleccionarán los proyectos tanto de la falla grande como la falla infantil, y prevén un método similar al que se empleaba por el ejecutivo que dirigió Rita Barberá, método que cuestionó la Sindicatura de Comptes en uno de sus informes de fiscalización del consistorio y que ha sido acusado de "politización" por parte del j
Concretamente, las bases para las fallas municipales de 2025 prevén que los comités de selección de los proyectos estén formados por nueve componentes, siete de los cuales serán a propuesta de los grupos municipales, con cualificación, y manteniendo la proporcionalidad del pleno (tres el PP, dos Compromís, uno el PSOE y otro Vox). A ellos, se suma el concejal de Fallas como presidente del jurado y el secretario general de la Junta Central Fallera (JCF).
Guarda cierta similitud con lo que se hacía antaño. El jurado de 2015, el último del anterior ejecutivo del PP, también se nombraba en representación de los grupos municipales, según las bases de entonces, y de manera proporcional a los concejales, si bien contaba con once integrantes, de los cuales nueve eran designados por los partidos políticos, además de la alcaldesa o un concejal del gobierno y un representante de la Junta Central Fallera.
Aquel sistema fue afeado por la Sindicatura de Comptes en un informe en el que cuestionaba la forma de seleccionar al jurado por no cumplir con la ley de contratos del sector público y estar formado "casi exclusivamente" por miembros de la corporación de los diferentes partidos políticos.
El gobierno municipal a partir de 2015, con el edil Pere Fuset al frente de la concejalía de Cultura Festiva, cambió el sistema. Así, el método empleado entre 2016 y 2024 contaba con cinco representantes en los jurados, "debidamente cualificados", pertenecer al "mundo artístico, fallero y creativo", y con la obligación de cumplir paridad de género, según las últimas bases.
Esta semana, el edil de Fallas, Santiago Ballester, aseguró que durante los años anteriores "lo que se hacía era elegir los cinco miembros a dedo". "Lo que hemos hecho ha sido dar un paso más allá y dar participación a todos los grupos políticos para que ellos puedan aportar a los miembros que puedan valorar la elección de la falla", explicó, en referencia al nuevo método.
Por su parte, Fuset, que ha recurrido las nuevas bases, señaló al PP por "politizar" el comité de selección al "cambiar un jurado independiente designado por entidades falleras y artísticas" por otro "de cuota" en el que el PP y Vox "suman el 70% de sus miembros". Algo que también afeó la edil del PSPV Nuria Llopis, quien aseguró que el jurado debe ser "independiente" y estar conformado por "personas expertas en el mundo del arte y en las fallas en sí".
El Gremio de Artistas Falleros de València también consideró "mejor" que el jurado esté compuesto por "grupos externos al Ayuntamiento", aunque "siempre relacionados" con las artes plásticas". Si bien matizó que esto "no quiere decir que fuese seguro un acierto al 100%" el sistema de elección anterior, pero "por lo menos", señalaron, los integrantes del comité tienen una visión "amplia" al ser personas que "participan en la fiesta".
Las bases de este año también recogen que "serán eliminadas aquellas propuestas que no respeten la objetividad y respeto que deben reflejar las fallas municipales de la ciudad de Valencia". Un punto que también ha levantado polvareda al considerar la oposición que el gobierno local busca "facilitar la censura en caso de que no sea de su gusto" el monumento. Catalá, sin embargo, negó que se buscara "ni mucho menos" coartar la libertad de expresión y la libertad artística y de creación" y consideró "bueno" que la falla municipal "sea crítica, irónica y aborde cualquier tema y problemática social".
Así, justificó ese cambio de modelo respecto a los últimos años tras la "polémica que suscitó" estas pasadas fiestas la falla municipal, obra de los artistas Escif y Pere Baenas. "Hubo determinadas comunidades que se sintieron ofendidas, hasta el punto de que el artista fallero me solicitó el día de antes de la 'Cremà' que algunos ninots fueran indultados", aseguró, para añadir que es algo que "no se debería repetir" y que a partir de ahora se pretende que con el monumento municipal "no pueda sentirse ninguna persona ofendida".