VALÈNCIA. La reurbanización del final de la avenida de Blasco Ibáñez costará 5 millones de euros, la mitad de los cuales se financiarán a través de los fondos europeos EDUSI. La intención del gobierno municipal, conformado por Compromís y PSPV, es remodelar esta zona que finaliza en una glorieta y que en su momento fue motivo de gran controversia al querer el anterior gobierno local, que dirigía Rita Barberá, emplearlo para iniciar la prolongación de la avenida hasta el mar por encima del barrio del Cabanyal.
Aquella idea ha quedado ya desechada y el nuevo Plan Especial de Protección del Cabanyal (PEC), elaborado por la concejalía de Urbanismo que encabeza la socialista Sandra Gómez, ya no contempla la prolongación de la avenida sino la remodelación de este extremo de Blasco Ibáñez. Una actuación que contempla "una gran zona verde" alrededor de la estación de Adif "que ponga fin en el debate sobre el cierre de la avenida", según palabras de Gómez en su momento: "Blasco Ibáñez acabará ya por siempre jamás en la estación del Cabanyal".
Para todo ello, se pretende desplazar la glorieta que ahora rige la circulación en este punto hacia el oeste, acortando así la gran vía y dejando a un lado la estación de Adif, rodeada de una zona verde. También se construirá una nueva plaza, un nuevo carril-bici conectado al actualmente existente en la calle de la Serrería. La actuación consistirá además en una reposición del pavimento y las aceras, la ampliación de alcorques y una mejora de la accesibilidad. Y en el espacio que da al conjunto de edificios del Cabanyal, se quiere dejar un espacio exclusivo para taxis.
La vicealcaldesa y concejala de Urbanismo, Sandra Gómez, ha destacado que esta actuación concreta afectará a “una de las zonas donde es más palpable el paso, la influencia y el impacto de la política depredadora que no respetaba el entorno, que no respetaba los barrios, que es precisamente donde iba el primer tramo de la ampliación de Blasco Ibáñez, es decir desde la estación del Cabanyal hasta Francecsc Eiximenis y Vidal de Canelles”.
Hay que recordar que para esta actuación urbanística en la superficie es necesaria la expropiación de terrenos colindantes a la glorieta y que eran propiedad de Adif -Administrador de Infraestructuras Ferroviarias-. Por ello, el Ayuntamiento de València inyectó recientemente en el presupuesto municipal unos 7,5 millones de euros para este menester, procedentes de los ahorros municipales.
Las obras tendrán un plazo de ejecución de un año a partir de que se adjudique el contrato, cuyo concurso público todavía no se ha convocado. Según el consistorio, se tratará del "proyecto más ambicioso" de reurbanización en el barrio que se van a pagar, en parte, con los fondos EDUSI.
En total, con estos fondos, se destinarán 11,7 millones de euros -el 50% pagado por la Unión Europea- a intervenciones en el barrio marítimo, especialmente en el entorno de la estación València-Cabanyal y el mercado municipal. El objetivo es la regeneración de espacios, el fomento de la accesibilidad, la creación de plazas y espacios verdes.
El conjunto de los proyectos ya están redactados y, una vez sean aprobados por la Junta de Gobierno Local, se comenzará el proceso de licitación. Sandra Gómez ha anunciado que espera que alguno de los proyectos pueda empezar antes de que acabe 2022.
Además del proyecto de Blasco Ibáñez, la otra gran iniciativa supone la reurbanización del entorno del mercado municipal del Cabanyal, donde se generará una plaza peatonal, con pacificación del tráfico, zonas de carga y descarga para los vendedores del mercado, juegos biosaludables para las personas mayores, zona de juegos infantiles y ampliación de las zonas verdes y arbolado. En este caso, el plazo de ejecución es de 9 meses.
Las inversiones previstas comportan también la rehabilitación de los ejes este-oeste del barrio, concretamente de las calles Conde de Alaquàs-Vicent Guillot, Poble Nuevo de la Mar y Vicent Gallart. La rehabilitación de los tres ejes, con un plazo de ejecución de 9 meses, generará también una movilidad transversal este-oeste más activa y amable que conectará la calle de la Serrería con el mar mediante jardines y zonas de recreo, áreas deportivas, plataformas peatonales, parques infantiles o gradas urbanas, entre otros elementos.
Por último, las obras permitirán también la creación de una manzana urbana formada por Serrería, Lluís Despuig, Martí Grajales y Sánchez Coello. El eje norte-sur, formado por Francesc Eiximenis y Vidal de Canelles, mantendrá el tráfico rodado con la plantación de nuevo arbolado. Por el contrario, el eje este-oeste, formado por la calle del Llavador y la calle del Millars, se destinará a los peatones con nuevo arbolado y mobiliario urbano.