El PSPV quiere cerrar su proceso interno en toda la provincia antes del 28. Después ya se centrará en ganar alcaldías como la de la capital de la Ribera Alta
VALÈNCIA. La asamblea para elegir la nueva dirección del PSPV-PSOE en Alzira se dilata en el tiempo. No se celebró el 9 de abril debido a una impugnación, aduciendo que no había sido comunicada por el conducto oficial -correo electrónico- la cita, lo que provocó su anulación. Tampoco se ha llevado a cabo en la primera quincena de mayo, como preveía el partido. Y ahora corre el riesgo de no producirse antes del día 28, cuando el Partido Socialista tiene previsto constituir su Comité Nacional y configurar ya su Comisión de Listas. Esto último significa que se centrará a partir de esa fecha ya en las elecciones locales, con el cierre de candidatos en todos los municipios de la provincia, y que el proceso interno quedará relegado.
La situación actual por parte de las direcciones local y comarcal es de expectativa. Aguardan a que la cúpula autonómica mueva ficha, como responsable de los procesos orgánicos en localidades con más de 20.000 habitantes.
No obstante, y después de haber transitado por un proceso tranquilo de primarias locales con contadas excepciones de rivalidad en algún municipio como L'Alcudia o con la salvedad de Chiva, con gestora, la dirección del PSPV en Valencia prefiere aguantar mientras busca el acuerdo entre las dos candidaturas enfrentadas el pasado mes de abril. Alzira constituye uno de los escasos grandes municipios de la provincia que no dirigen -el alcalde de Compromís, Diego Gómez, está muy asentado- y saben que divididos el sueño de ganar se convierte en quimera.
Las dos candidaturas que iban a competir en la pasada asamblea, hasta que se postergó, eran la encabezada por Adrià Sarria, respaldado por la secretaria general, Isabel Aguilar, y la crítica de Gemma Alós. La propuesta de Sarria se basa en la comunicación constante como eje vertebrador, impulsar la participación activa de cada militante y la evaluación continua a la gestión. Defiende "dar una imagen de unidad y credibilidad de cara a poder ganar las próximas elecciones". Por su parte, su contrincante, Gemma Alós, reclama un cambio interno del partido, para lo que habla de proyecto renovador y una nueva forma de hacer política.
El PSPV pretende convocar asamblea y refrendar el nuevo liderazgo en Alzira si a lo largo de esta semana o principios de la próxima cierran un acuerdo de consenso ambas candidaturas para confluir en una sola. Si no ocurre esto antes del 28, la dinámica cambiará. El Partido Socialista iniciará el último año de mandato centrado en las elecciones del último domingo de mayo de 2023. Estará en otra fase y dejará atrás la de reorganización interna.
Esto incluso podría abocar al socialismo de Alzira a verse dirigido por una gestora nombrada desde Valencia, que sería quien lo conduciría a los próximos comicios. El PSPV quiere evitar guerras internas en estos últimos 12 meses que puedan deteriorar la imagen del partido ante el electorado.
En el caso de Alzira, no olvida los malos resultados de 2019, donde el partido se quedó en tres concejales, un tercio de los conseguidos por Compromís y una séptima parte del total del pleno. En una población fundamental por su carácter referente en su comarca, la Ribera Alta, por su número de habitantes y por la influencia de sus votos en el reparto de los dos diputados del partido judicial, el PSPV quiere afinar con su apuesta electoral.
Por tanto, en la situación actual o se precipitan los acontecimientos en los próximos días con una lista de consenso o de no ocurrir esto podría ocuparse una gestora de conducir a la agrupación socialista de Alzira a los comicios locales de 2023.