VALÈNCIA. La futura terminal de cruceros del Puerto de Valencia se ubicará en un nuevo muelle de 546 metros sobre los terrenos rescatados a la antigua Unión Naval de Levante que eran titularidad del grupo Boluda. Esta es la ubicación alternativa en el que la entidad ha decidido situar definitivamente después de haber tenido que renunciar a la localización prevista inicialmente, en la futura ampliación norte.
La Autoridad Portuaria de Valencia (APV) acaba de licitar la redacción del proyecto constructivo de este nuevo muelle que incluirá el detalle de las obras que han de efectuarse. La fundamental consistirá en el alineamiento de dos muelles preexistentes que dará como resultado uno nuevo con el calado y la longitud suficientes para prestar servicio tanto al atraque de cruceros como a las líneas de ferries.
Para ello será necesario adecuar, reforzar o sustituir esos dos muelles, el de la Unión Naval de Levante, donde están los antiguos astilleros, y el contiguo, el muelle Espigón Turia Norte, ninguno de los cuales tiene actualmente el calado suficiente, ya que se limita a 9 metros. Entre las labores previstas, que según la documentación de la licitación no precisan de evaluación ambiental, está el dragado de la dársena ante la que se ubican esos muelles.
las obras previstas, que no precisan evaluación ambiental, incluyen el dragado de la dársena
La APV indica a los posibles licitantes que la redacción del proyecto constructivo, cuyo coste se ha estimado en 222.000 euros, debe procurar el dragado de la mayor superficie posible y, como mínimo, la que se derive del correspondiente estudio de maniobrabilidad. Para ello, dentro de ese proyecto deberá incluirse un estudio para determinar el calado requerido por los buques, teniendo en cuenta su probable evolución futura, por ejemplo la desconexión total de motores durante su estancia en puerto y el uso exclusivo de energía eléctrica.
Será a partir de dicho estudio cuando se determinará el calado recomendado para el dragado, "que en cualquier caso nunca será inferior a 11 metros, siendo probable, a priori, un calado de 12 metros".
El material extraído y que resulte apto para su vertido en el mar podrá ser ubicado en el interior del Puerto de Valencia. Antes, la entidad que preside Aurelio Martínez hará un estudio sobre las características del suelo de la dársena para determinar qué usos se le puede dar en función de sus propiedades.
El Puerto también obliga a los aspirantes a tener en cuenta y proyectar las medidas correctoras del posible impacto ambiental de las obras, tanto en la fase de construcción como en la de explotación para lograr reducirlos.
Actualmente el Puerto de Valencia dispone de dos muelles que permiten el atraque de buques de hasta 300 metros de eslora, en los muelles de Poniente y Transversales, donde tiene su terminal la naviera Trasmediterránea. Además, se habilitaron otros tres muelles para barcos más grandes en los diques de abrigo de la futura ampliación norte, que desaparecerán porque el rediseño de esa obra prevé dedicar ese espacio a la nueva terminal de contenedores.
El consejo de administración de la APV aprobó el año pasado el rescate de la concesión de la que era titular Boluda Corporación Marítima de los terrenos sobre los que se encuentran los antiguos astilleros de la Unión Naval de Levante, que en 2012 abandonó la actividad de construcción de buques.
A cambio, la APV le otorgó a la empresa de Vicente Boluda una nueva concesión sobre una parcela de 4.700 metros cuadrados y los edificios existentes para 35 años y la construcción de un nuevo edificio de 8.021 metros cuadrados para las oficinas del grupo naviero valenciano.
El antiguo astillero, que data de principios del siglo XX (1914), acogerá la futura terminal de cruceros, cuyo diseño será objeto de otra licitación.