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ENTREVISTA A LA PRESIDENTA DE LA ASOCIACIÓN DE VIVIENDAS DE USO TURÍSTICO 

Silvia Blasco (Viutur): "El sector de pisos turísticos es la nueva clase en riesgo de exclusión social"

24/06/2024 - 

VALÈNCIA. La regulación del sector de viviendas turísticas se ha convertido en los últimos años en un eje central del debate público en las grandes ciudades. Madrid aprobó una moratoria de licencias; Barcelona ha anunciado que pretende acabar con los pisos turísticos en los próximos años; y València también acaba de aplicar una moratoria para toda la ciudad mientras veta por completo las viviendas turísticas en una parte de Ciutat Vella. El sector se ve atacado hasta el punto de que la presidenta de la Asociación de Viviendas de Uso Turístico en la Comunitat Valenciana (Viutur), Silvia Blasco, responde tajante: "Me he convertido en clase de exclusión social como sector".

Blasco recibe a Valencia Plaza en un señorial despacho de la calle Roger de Lauria, en el centro de la ciudad. Se reconoce incomprendida porque, dice, el problema de las viviendas turísticas es "complejo" de entender. En la entrevista, lamenta la "discriminación" del sector frente a otros negocios que ejercen en viviendas, critica la "falta de coordinación" en la regulación entre las administraciones y cuestiona los datos con los que trabaja el Ayuntamiento -"yo no digo que la alcaldesa mienta" pero "se basa en datos que no son correctos".

Foto: EDUARDO MANZANA

"Una vivienda de uso turístico es un medio de vida. Es algo que no consigo que nadie entienda, pero es la realidad", asegura la presidenta de Viutur, quien insiste en que el negocio de las viviendas turísticas "es un negocio tan local como la panadería de al lado". Todo ello preguntada por la moratoria recién aprobada por el Ayuntamiento de València para toda la ciudad tras haber recibido sólo este año 733 peticiones de licencia, que "correspondían a la segregación de 200 locales comerciales en espacios chiquititos para dos personas que iban a impactar nada o menos en el espacio público, porque encima era en periferia". 

"No eran macroedificios de 400 apartamentos de LimeHome, al que le han dado licencia, o de BlackRock, al que también le han dado licencia", critica. Al final, dice Blasco, "es una cuestión de clases". "Me he dado cuenta de que solo en un mes, me he convertido en clase de exclusión social como sector. La unanimidad da muchísimo miedo, no tienes ni al Defensor del Pueblo para defenderte. Ahora mismo soy la nueva clase en riesgo", insiste en subrayar la presidenta de la asociación. 

El mes de mayo, justo antes de que datos para toda la ciudad, el Ayuntamiento recibió 506 solicitudes de licencia. Lo cual responde, según Blasco, a que la alcaldesa había "soltado el bulo", lo cual hizo que "todo el mundo, por miedo, busque asegurar sus inversiones". ¿Hubo un efecto llamada? "Hubo un efecto de aquel que había hecho una inversión y no quería que le pillara la inseguridad jurídica. Hubo 506 solicitudes de licencia en las semanas antes de aprobarse la moratoria. Normal. Si compro un bajo que va a ser mi plan de pensiones...", justifica.

No considera "justo" el trato que se le está dando a las viviendas turísticas. "Las viviendas nunca van a dejar de ser viviendas y un uso turístico de la vivienda es como el uso distinto del de vivienda habitual, como una oficina, un dentista o un psicólogo. Si el psicólogo puede estar porque su actividad es inocua, el que viene a residir cuatro días no entiendo por qué no; no entiendo la discriminación de usos", lamenta, para cifrar en un 23% las viviendas que se dedican a actividades económicas diferente a la turística en viviendas frente al 10% de viviendas turísticas que según la alcaldesa hay en Ciutat Vella -"aunque yo rebato ese dato"-. Con todo, está de acuerdo en "ordenar" ambos casos.

Foto: EDUARDO MANZANA 

A su juicio, la regulación va "de proporcionalidad, justificación y motivación". La justificación del Ayuntamiento, dice, "no justifica nada" por los estudios en que se basa y considera que también se ha vulnerado el principio de proporcionalidad, especialmente en Ciutat Vella, donde se ha prohibido la vivienda turística en la mayoría del distrito: "Yo no digo que se permita todo, pero tampoco que se prohíba todo", apunta. Dice, eso sí, que está a favor, por ejemplo, de una limitación con un tope por distrito, como se hizo en el Cabanyal.

Catalá "se basa en datos incorrectos"

 "En la motivación estoy con la administración si hay un fenómeno que se está saliendo de madre porque a mí me afecta. Nadie entendería que un gobernante no se lo plantee: si hay un sentir general y una percepción ciudadana, claro que hay que hacer caso", explica. Así, entiende que "pese a ser liberal", la alcaldesa de la ciudad, la popular María José Catalá "se haya subido al carro" de las restricciones para atender el "clamor popular". "Atiende al conjunto ciudadano, es lo que debe hacer cualquier gobernante", insiste, pero deja claro que realmente el fenómeno de la vivienda turística "no es un problema". "Yo no digo que la alcaldesa mienta", aclara, pero sí que se basa en datos incorrectos.

- ¿La alcaldesa tiene datos erróneos?
- Claro. Los informes en los que se ha basado para esto son datos que no son correctos.

Así, por ejemplo, cuestiona que el consistorio utilice el informe de las asociación turística Exceltur. "¿Qué datos creerías: los de una empresa que te vende datos de una manera sistemática que seguramente ni la entiendes o los de una fuente oficial, una empresa pública como el INE, que no tiene intención de incidir en ningún modelo de negocio?", plantea Blasco, quien explica que la asociación ha peritado dicho informe de València y de otras ciudades con Informa, "una empresa pública experta en datos". "Conclusión: 15 cuestiones de sesgo tiene el informe", expone: "Habla el lenguaje del grupo político de cada ciudad, ¿eso es normal?". Además, cuestiona que el consistorio se base en un informe de "un competidor natural" de las viviendas turísticas hecho "ad hoc" para "que diga lo malas que son". "Mucho de imparcial no tiene", afea.

- ¿Cree que se busca favorecer al sector hotelero?
- Absolutamente, sí. Pero no es aquí. Lo he visto en Nueva York, en Venecia... No me tengo que circunscribir al área de València.

Foto: EDUARDO MANZANA 

"Las viviendas turísticas no tienen la culpa"

Uno de los motivos en que se basan las restricciones es el impacto sobre el mercado del alquiler. Al respecto, la presidenta de Viutur subraya que ni las oficinas en viviendas ni las viviendas turísticas "inciden en el precio del alquiler, ni de las compras ni de las ventas". "No lo tiene por una sencilla razón: la vivienda con un uso distinto es una oferta estática, no se mueve. Las oficinas siempre van a ser oficinas por mucho espacio residencial que ocupen. Las viviendas en rotación son otras", explica, para añadir que en todo caso en las viviendas turística, "la gente reside", da alojamiento "en un espacio temporal a alguien que la necesita, venga a hacer lo que venga a hacer".

- ¿No hay casos en los que se cambia el uso de alquiler habitual al alquiler turístico?
- Tenemos una ley de vivienda que nos estrangula tanto, que cualquiera...

Según Blasco, desde la administración "nos están vendiendo que estamos en emergencia habitacional", pero afea que, en lo referente a viviendas turísticas, "no se basan por desgracia en ningún dato científico ni riguroso". "Es verdad que hay una dificultad de acceso a la vivienda, pero no significa que no haya vivienda, lo que hay es una vivienda inaccesible; pero la culpa de esto no la tiene la vivienda de uso turístico".

Destaca que según el INE, el 47% de los turistas de València ciudad se alojan en hoteles, el 25% en casas de familiares y amigos, el 12% en segundas residencias, y el 11% se aloja en viviendas turísticas y apartamentos "sin tener en cuenta que sea legal o ilegal". "Mi pregunta es ¿quién está gentrificando o quién está turistificando?", expone. Blasco acude al informe elaborado por la Cátedra de Modelo Económico Sostenible de la UV, que estudia el impacto del de la vivienda turística en el alquiler en la ciudad de València, y al que le reconoce una "metodología absolutamente rigurosa" aunque al hacer los cálculos "tenía 23 errores".

Foto: EDUARDO MANZANA

"El estudio decía que el grado de afectación en el precio del alquiler en València era moderado", asegura, porque tiene en cuenta "cuánta vivienda vacía hay, cuanta vivienda por rehabilitar, cuántas viviendas de uso turístico hay registradas y cuántas se están comercializando, cuántos hoteles hay, etcétera. "El informe decía que había que empezar a preocuparse cuando el impacto superara el 3,9%, a partir de ahí debería estudiarse", explica la presidenta de Viutur. La Cátedra cifra en un 3,3% el impacto de las viviendas turísticas en los alquileres el Cap i Casal, aunque de manera desigual por distritos: en Poblats Marítims llega al 10,1%, y en Ciutat Vella, al 9,2%.

Blasco apunta que las 5.900 viviendas turísticas representan un porcentaje muy pequeño respecto a las 486.000 viviendas que hay en València, cerca de un 1,3%. Aunque admite que la concentración varía por distritos. "Eso es lo que yo ordenaría", aclara. ¿Cómo?, se le pregunta. "Si tuviera la receta mágica habría ido al Ayuntamiento a decirle cómo hacerlo", ironiza, pero tiene claro que debe hacerse "desde el punto de vista de la proporcionalidad: saber qué es lo que impacta en términos de gentrificación y turistificación". Así, por ejemplo, explica que las viviendas turísticas están ocupadas de media el 50% del tiempo, lo cual significa que el resto están vacías. "En un hotel que tiene una ocupación del 70% tiene una parte que no ha sido ocupado de todo el conjunto de explotación, pero una vivienda es una única unidad, o está ocupada o no".

La regulación: "Falta de coordinación"

La madre del cordero es, a la postre, la regulación del sector. A juicio de Blasco, "hay una falta de coordinación" entre la administración autonómica y la municipal. La Ley autonómica, aprobada en 2018, diferencia entre apartamentos en régimen de explotación hotelera (aparta-hoteles) y viviendas de uso turístico. "Un recurso lingüístico para diferenciar la vivienda de uso turístico suelta, mezclada con usos residenciales, y el bloque conjunto de apartamentos turísticos", explica en ese sentido. Sin embargo, subraya que el Ayuntamiento de València modificó el Plan General también ese año pero sin tener en cuenta esa diferenciación, por lo que apunta que en la ciudad de València "hay una falta de ordenación de la vivienda turística".

El cambio de planeamiento del consistorio "introduce que los apartamentos en régimen de gestión hotelera sólo pueden estar establecidos en planta baja y primera planta, pero eso es un aparta-hotel y corresponde a un uso terciario hotelero, no se refiere a viviendas turísticas". Así, relata cómo, durante la elaboración de la Ley autonómica, cuando estaba "muy avanzada" y todo el sector había llegado a un punto de encuentro "porque diferencia la vivienda turística de la hotelería", se le dijo "al PSOE de València y a Sandra Gómez -en aquel momento concejala de Urbanismo-" que "no modificara el Plan General hasta que no quedara definida la vivienda turística en la Ley, y que era cuestión de meses". Con todo, no fue así y el Ayuntamiento aprobó la modificación.

Foto: EDUARDO MANZANA 

"Así, lo que dice el Plan General no tiene nada que ver con la definición de la Ley de vivienda turística. Son dos figuras distintas: apartamentos en régimen de gestión hotelera (uso terciario) según el Plan General y viviendas de uso turístico, compatibles con el uso residencial, según la Ley", explica. De este modo, el cambio municipal "pasó desapercibido" para el sector de viviendas turísticas, dice Blasco: "No nos nombraba, no entendíamos que fuera para nosotros". Sin embargo, subraya, "a efectos prácticos, era sólo para viviendas de uso turístico", con lo que "muchos apartamentos se quedaron fuera de ordenación".

Según explica la asociación, hasta 2018 en València había "hasta 7.000 viviendas que tenían número de registro legal en la Generalitat Valenciana". Con las nuevas normas municipales, sólo se permitía la implantación en "los entresuelos y las llamadas plantas principales". "Dime en qué edificios de hace 30 años hay inmuebles que puedan cumplir eso: ninguno. Esa regulación estaba destinada a prohibir la vivienda de uso turístico", señala, para definirla como una "trampa mortal".  Así, muchas quedaron fuera de ordenación" y desde el consistorio "fueron discrecionalmente a por las viviendas turísticas en altura", a las que "empezaron a perseguir".

Con todo, insiste en que, en la práctica, lo que el Ayuntamiento estaba haciendo era "dar la compatibilidad urbanística a los bajos que se transformaban en apartamentos turísticos". "Estuvieron hasta el final del mandato pensando que el turismo no iba a elegir un bajo. Pero resulta que sí. El turista entiende que no hay ninguna diferencia si va a una vivienda de uso turístico en planta baja (aunque no son viviendas) que a una habitación estándar de hotel en la parte que da al patio de luces", expone: "La diferencia está exclusivamente en el espacio; a mí (vivienda turística) me obligan a tener un espacio habitable y al hotel no, porque no está hecho para habitar sino para pernoctar".

Blasco insiste en que desde la asociación están "súper alineados con la administración" en que los pisos turísticos que estaban operando antes de 2018, tras la normativa municipal, deben quedar "fuera de ordenación en toda regla" pero que los propietarios puedan "continuar con su medio de vida, que es su vivienda". "¿Eso significa que tengo que cerrar mi actividad porque tú lo decidas? No. Podrás no dejarme que haga nada diferente o que la transmita, etcétera", explica para rechazar lo que considera una persecución consistorial. Con el cambio, "aquellos que se asustaron se dieron de baja, y por tanto, el número decreció. Después hemos pasado una pandemia y también decreció", relata cronológicamente. Preguntada sobre cuántas cumplen con la ordenación urbanística de la ciudad, responde que alrededor de 1.100. Con todo, según los datos de las plataformas hay 6.542 anuncios de pisos turísticos. Según el INE, hay 5.892 viviendas turísticas. Y el registro de la Generalitat Valenciana presenta 5.770 viviendas de uso turístico inscritas.

Al respecto del posible régimen transitorio que la alcaldesa, María José Catalá, habría prometido antes de acceder al gobierno local a los pisos turísticos en situación de fuera de ordenación, como publicó eldiario.es, la presidenta de Viutur parece tajante: "No es que me parezca ni bien ni mal, a mí me molesta que la gente me mienta". Y en este caso, sobre este asunto, señala que Catalá "no ha cumplido" . En ese sentido, señala que "vería bien que la gente tuviera el tiempo necesario para poder desinvertir y volver a invertir en aquello que considera que es un medio de vida".

Foto: EDUARDO MANZANA 

Gestión del turismo y externalidades

- ¿Cree que la ciudad está en riesgo de desbordamiento?
- Yo creo que no.

Blasco señala en la importancia de que las administraciones sepan gestionar bien el turismo que atraen con sus campañas de promoción. "Hay que tener en cuenta quién lanza el mensaje de que somos Capital Verde, que somos la mejor ciudad para vivir. Cuando lanzas ese mensaje al exterior, no controlas la magnitud de la respuesta", asegura, para felicitar en ese sentido al departamento autonómico de Turismo, cuyas campañas de promoción turística de los destinos como València "han sido espectaculares antes y ahora".

Sobre el tipo de huéspedes que atrae la vivienda turística, la presidenta de Viutur apunta que es "el mismo" que el resto de alojamientos. "El hecho de que atraiga a un público u otro va a depender de la calidad del establecimiento" y "las necesidades de los huéspedes en cada momento de sus vidas, dependiendo de con quién quieran compartir o dónde quieran ir". Así, es tajante al apuntar que "los huéspedes de vivienda de uso turístico no son malos y los de hotel son buenos, que es lo que subyace de los comunicados tanto del Gobierno autonómico como del Ayuntamiento de València (el de Gandía o el de Benidorm no piensan lo mismo)".

Se le pregunta sobre las "externalidades negativas" de las viviendas turísticas. "No voy a aceptar que hay externalidades negativas, esta vez ya no", responde seria, para exponer que la gestión de las molestias que se puedan ocasionar entran dentro de "lo razonablemente cívico". "Estaría dentro de lo razonablemente cívico decirle, a alguien que molesta, que está molestando y esa persona deje de hacerlo. Si sabes que estás molestando, lo lógico si eres una persona educada y cívica es que no lo hagas. Pero si nadie te lo dice, lo lógico es que no sepas que estás molestando", explica sobre esto.

Además, recuerda que el Tribunal Supremo ya ha dicho que "la vivienda de uso turístico no es molesta per se, el inmueble no lo es: es molesto quien va al inmueble". Así, insta a diferenciar que "hay buenos huéspedes y malos huéspedes igual que hay buenos gestores y malos gestores. Así, apunta que "lo que parece ser que molesta, es el traqueteo de las maletas, pero puedo demostrar con datos que la gente que va a apartamentos turísticos está muy poco tiempo". "Entiendo externalidad negativa que alguien llegue a horas intempestivas, habitualmente dedicadas al descanso, y lo interrumpa por el ascensor, un portazo o una llamada. Podría entender como externalidad negativa que el tedio de que cada vez sea un huésped diferente y tengas que evangelizar y hacer pedagogía con cada uno, pero ahora tenemos tecnología para anticiparnos".

Foto: EDUARDO MANZANA

Así, explica que la asociación ha puesto en marcha el programa 'We Respect' para implantar "una tecnología, sin invadir la intimidad del huésped, que no graba pero sí mide la presión sonora del ambiente". Estos sonómetros, si se disparan, "al huésped le llega un mensaje preguntándole: '¿Estás bien? Se ha disparado la alarma de ruido', de manera amable, y al gestor se le envía un mensaje si esa presión sonora se mantiene tres minutos". Si sucede esto, hay una figura apodada como 'conserje nocturno' que "va con una moto para avisar a los huéspedes y que no lo tengan que hacer los vecinos", explica Blasco, quien resalta que los 2.500 apartamentos de la asociación están adheridos.

- ¿Hay mucha queja?
- Pues no. Lo mide una empresa externa que se llama Room Monitor y nosotros no podemos manipularlo, trabajan para muchos otros sectores. El nivel de quejas en total del año 2023 han sido 36 quejas. Que no son incidencias, que hay muchísimas y sirven precisamente para anticiparse y evitar que se convierta en un problema. La alcaldesa salió a decir que había habido 49 quejas en 2023 por viviendas de uso turística. Quejas habrá un montón sobre muchas cosas pero sobre viviendas turísticas dijo 49, y el año anterior, otras 47. Eso significa que nuestro sistema funciona porque quejas de vecinos no tengo, lo que tengo son incidencias, que se resuelven porque les damos muchísima importancia para que no lleguen a la cúspide del ruido.

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