David Cameron, primer ministro británico, ha tensionado las relaciones con Europa tras su anuncio de poner en manos de sus ciudadanos seguir o no anexionados a la UE
MADRID. Son muchos los frentes abiertos en cuestión de incertidumbre dentro de la Eurozona. Si durante este año hemos pasado por una de las mayores inestabilidades en cuanto conservación de la estructura de la zona euro, tal y como la conocemos en la actualidad, con el ya conocido tema de Grecia. Muchos han sido también los otros frentes de menor relevancia que se han ido dando durante todo este 2015 y que han causado una volatilidad extrema en un año sumamente convulso.
El florecimiento de estos problemas parece no terminar y ahora le toca el turno a Reino Unido, resumiendo y sin ir a detalles que analizaremos más adelante, el planteamiento que realiza Cameron provoca el tensionamiento de las relaciones que actualmente conserva con Europa, incluso ve flaquear la salida de la alianza.
Poniendo por delante la promesa electoral que hizo cuando fue elegido, pondrá en manos de los británicos la continuidad o no de seguir anexionados a la UE, en algunas relaciones.
El planteamiento que realiza es tremendamente ambiguo y ventajista, ya que con la simple referencia a los retos a los que se enfrenta Europa en el Siglo XXI, deja un abanico de opciones abiertas sin ser concreto ni en el problema en sí, ni en la solución del mismo.
Lo que debemos analizar cada uno de nosotros es el posible movimiento estratégico, en estas declaraciones, antes de una posible subida de tipos de interés que se puede estimar para principios de 2016, dado que el Banco de Inglaterra (BOE) parece haber tomado el relevo a la Reserva Federal de Estados Unidos (FED). Recordemos que la institución presidida por Janet Yellen ha estado allanando el camino haciendo referencia a factores exógenos hasta que no ha tenido más remedio que atacar la subida de tipos, con lo que este movimiento parece más una réplica de lo vivido anteriormente, que realmente una incertidumbre real sobre la alianza existente.
Los motivos principales que anunció Cameron para el distanciamiento existente entre la UE y Reino Unido fueron principalmente una regulación única sobre el mercado único, mayor control sobre la inmigración, eximir a Reino Unido de una mayor integración europea y la no discriminación de la libra británica. La respuesta por parte de la UE fue inmediata recalcando que muchas de las proposiciones eran prácticamente inviables, principalmente la desvinculación de un poder general y cesión del mismo a los gobiernos y parlamentos nacionales.
Resumiendo y sacando una conclusión, el movimiento demagogo por parte de Cameron puede tener los días contados, dado que es más una propuesta populista que una realidad, mientras que la disolución de dichos acuerdos sería un sinsentido ya que serían ambas partes las que saldrían perjudicadas, se puede dar una pequeña modificación. Pero nada que se salga de las reglas ya establecidas en dicha alianza porque lo que Reino Unido quiere es tener barra libre para actuar.
Se trata de otro foco de incertidumbre que se ha despertado de nuevo sobre Europa, pero como muchos otros será pasajero, porque los focos importantes de incertidumbre y decisión se siguen centrando el próximo mes de diciembre. No hay que olvidar que el BCE y la FED mantendrán sendas reuniones sobre los tipos de interés, lo que marcará el futuro de las políticas monetarias enfrentadas que tenemos en la actualidad, expansiva y restrictiva.
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