VALÈNCIA (EFE). Exceltur y los ayuntamientos de Barcelona, Madrid, Málaga, Sevilla, San Sebastián y València apelan al Gobierno central a regular las viviendas de uso turístico, que han crecido en los últimos años de forma "descontrolada", y cuya aportación a la economía y el empleo es menor que la de los hoteles.
La alianza turística y estos seis ayuntamientos -de todos los colores políticos, según ha destacado el vicepresidente ejecutivo de Exceltur, José Luis Zoreda,- han colaborado en la iniciativa ReviTUR, un estudio que analiza este fenómeno en las 20 ciudades de mayor tamaño turístico con encuestas a 2.400 residentes.
El presidente de Exceltur, Gabriel Escarrer, ha apelado en la presentación del informe a "controlar el desmadre de los últimos años", ya que en una década las plazas en destinos urbanos se han doblado, desde 347.000 en 2010 a casi 790.000 en 2019.
Por ello, piden una regulación clara sobre este segmento por parte del Gobierno central -en el ámbito mercantil y no en el de la vivienda- que establezca un marco general, elimine la litigiosidad y establezca el campo de juego de operadores y consumidores.
La regulación debería centrarse en establecer con claridad la delimitación de la actividad turística en vivienda y el diseño de un contrato específico que delimite los derechos y deberes de los sujetos que intervienen.
Se deberían regular también las plataformas que comercializan estas viviendas y reforzar el papel de las comunidades de vecinos para que puedan pedir una permiso previo por mayoría cualificada.
Exceltur considera que la próxima presidencia española de la Unión Europea (UE) debería aprovecharse para impulsar esta regulación porque el fenómeno se está produciendo con la misma intensidad en toda el continente.
Entre los grandes países del mundo sólo Japón ha regulado de forma estricta estas plataformas, lo que sacó del mercado en torno al 70 % de este tipo de casas porque obligó a estas webs a que sólo acogieran viviendas perfectamente legalizadas.
Estas viviendas provocan un encarecimiento de la vida de los barrios, problemas de convivencia vecinal y la expulsión de los residentes, además de que aportan mucho menos que el sector hotelero en términos de actividad económica, empleo y contribución fiscal.
Así, se han encarecido los precios de la vivienda en los barrios céntricos y de mayor atractivo turístico en una media del 9,1 % en esas seis ciudades (contra un 0,5 % en los barrios no turísticos de esas mismas plazas).
Ello ha hecho que los residentes de esos barrios los hayan abandonado en mayor medida que en otros menos turísticos y que, además, constaten que su calidad de vida es peor, al tiempo que se ha deteriorado la habitabilidad en las comunidades de vecinos, que sufren más problemas de ruidos.
El estudio destaca que estas casas generan una menor contribución económica para los destinos urbanos que el resto de las tipologías de alojamientos regladas (hoteles, entre otros).
Además de un menor precio (en torno a 27,2 euros por persona y día), el gasto medio de los turistas alojados en estos establecimientos es más bajo (161 euros al día frente a 255 euros en el resto de alojamientos, sobre todo hoteles).
Generan también menor volumen de empleo (35,9 puestos por cada 100 plazas por los 96,1 de los hoteles) y menor aportación fiscal, porque los ingresos tributarios por cada plaza se sitúan en 1.626 euros, lejos de los 8.213 euros de un hotel medio de 3-4 estrellas.
En cifras globales, dice Exceltur, la aportación fiscal de las viviendas de uso turístico sumó 712 millones anuales (en 2019), casi cinco veces menos que los 3.416 millones de los hoteles en las 20 ciudades analizadas.
La pandemia del coronavirus hizo salir del circuito del alquiler de uso turístico 113.000 viviendas en las 20 principales ciudades turísticas españolas, aunque en 2022 está resurgiendo con fuerza este fenómeno y en los tres primeros trimestres del año se ha recuperado el 65 % de esta caída (unas 73.000 viviendas).
Esta pujanza del sector se explica, fundamentalmente, por la rentabilidad: una vivienda de uso turístico media (80 metros cuadrados) deja una ganancia media de 19.737 euros netos frente a los 10.138 euros del alquiler residencial.