VALÈNCIA. La Dana del 29 de octubre no solo ha dejado calles y viviendas afectadas en Paiporta, sino también ha impedido el acceso de cientos de alumnos a sus centros escolares. Tres semanas después de la tragedia, la comunidad educativa, encabezada por padres, madres y equipos directivos, ha decidido alzar la voz. Este miércoles, sobre las 16:00 horas, se concentrarán frente al ayuntamiento para exigir medidas claras y efectivas a la Conselleria de Educación. La protesta, que cuenta con el respaldo del Ayuntamiento de Paiporta, busca una respuesta inmediata ante una situación que califican de "insostenible".
Los manifestantes exigen la limpieza inmediata de los colegios y transporte seguro para los alumnos afectados. Estas demandas, según las familias, son mínimas para garantizar la educación y seguridad de los niños en un contexto que sigue siendo crítico tras el temporal. De hecho, cuatro colegios y dos institutos permanecen cerrados debido a los daños estructurales y las condiciones de insalubridad. Es más, el CEIP L'Horta nunca volverá a abrir sus puertas, ya que la virulencia del temporal dejó el centro prácticamente inoperativo.
Como respuesta a esta problemática, el Ayuntamiento de Paiporta habilitará unas aulas prefabricadas en los terrenos del CEIP Jaume I, tal y como avanzó este diario. Aunque se trata de una medida temporal, otros centros educativos de Paiporta ni siquiera cuentan con una solución que permita a su alumnado retomar las clases en el corto plazo. Ejemplo de ello es el CEIP Rosa Serrano que, después de tres semanas, este martes se descubrió que el centro escondía un semisótano y que las intensas lluvias lo anegaron por completo de barro.
"No solo es un problema para la infraestructura del edificio, sino también un riesgo sanitario para los alumnos. Mientras se evalúa el nivel de toxicidad, nuestros hijos e hijas no pueden volver a clase", denuncia Raquel Dasí, miembro de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) de este colegio. En ese sentido, las familias temen que el retraso en las labores de limpieza y desinfección prolongue aún más el cierre de las instalaciones. Además, el plazo para retomar la actividad escolar en Paiporta, inicialmente fijado por la Conselleria de Educación para el próximo lunes 25 de noviembre, resulta inalcanzable, ya que los centros educativos todavía no se encuentran en condiciones de poder ser ocupados.
Uno de los puntos más críticos es la falta de transporte escolar para los alumnos afectados en localidades vecinas. Aunque la Conselleria de Educación propuso habilitar autobuses para facilitar los traslados, esta solución nunca llegó a implementarse por considerarse "inviable". Cabe recordar que los estudiantes no se reubican en un único centro, sino que se distribuyen en varios colegios, lo que dificulta la organización del transporte. "Nos dijeron que pondrían autobuses, pero al final no se ha hecho nada. Si no tienes coche, es imposible llevar a los niños a otro municipio", lamenta Dasí en declaraciones a Valencia Plaza.
Por otra parte, la Conselleria de Educación ha fijado el 22 de noviembre como fecha límite para el uso de los centros receptores de otros municipios valencianos. El vencimiento del plazo ha generado una gran inquietud entre las familias, que temen quedarse sin opciones si los colegios locales no están listos para reabrir. "El 22 de noviembre está a la vuelta de la esquina, y no tenemos garantías de qué pasará después", explica Gloria Fos, vicepresidenta del AMPA del CEIP Rosa Serrano.
Sin embargo, los centros receptores también enfrentan dificultades. Aunque algunos equipos directivos han mostrado disposición para seguir acogiendo a más alumnos afectados, han advertido que necesitan un refuerzo urgente de personal para garantizar una atención adecuada, sobre todo para estudiantes con necesidades educativas especiales. "Los centros que han acogido a nuestros hijos necesitan más personal para ofrecerles una buena calidad educativa, pero la Conselleria no ha enviado los refuerzos necesarios", critica Fos.
Más allá de las cuestiones logísticas, los efectos emocionales de esta crisis son cada vez más evidentes. Los niños, privados de la rutina escolar y del contacto con sus compañeros, están experimentando ansiedad y estrés. Los padres y madres, a su vez, enfrentan la presión de equilibrar sus responsabilidades laborales con el cuidado de sus hijos, mientras intentan lidiar con los estragos del desastre en sus propios hogares. "No se trata solo de educación; es también una cuestión de estabilidad emocional para nuestros hijos", subraya Dasí.
Por otra parte, el Ayuntamiento de Paiporta denuncia que la Conselleria de Educación todavía no ha enviado a las empresas de limpieza Vaersa y Tragsa para realizar las labores de desinfección en los centros educativos afectados por la Dana. "Su actuación es esencial para comenzar las clases y poder realizar una entrada segura del alumnado", apuntan fuentes municipales a este diario. En ese sentido, explican que, en la actualidad, los servicios técnicos eléctricos, de fontanería y de limpieza requeridos "apenas han comenzado con un centro de los seis que hay en Paiporta".
La falta de entendimiento entre la Conselleria de Educación y la de Sanidad ha sido otro obstáculo significativo para resolver la crisis. Mientras el departamento que dirige José Antonio Rovira insiste en reabrir los centros lo antes posible, Sanidad ha advertido que no permitirá la vuelta a las aulas hasta que las condiciones higiénicas y de seguridad sean óptimas.
Esta falta de coordinación ha generado frustración entre las familias, que sienten que los intereses de sus hijos quedan atrapados en una pugna burocrática. "Si las dos consellerias no se ponen de acuerdo, los niños seguirán siendo los más perjudicados. Es inaceptable que pertenezcan al mismo Consell y no puedan trabajar juntos para resolver el problema", denuncia Fos. Mientras las instituciones se enfrentan, las familias viven una realidad cada vez más complicada.
Muchas de ellas aún no han podido recuperar la normalidad en sus hogares tras los daños causados por la Dana. Además, las clases telemáticas propuestas como solución temporal han resultado insuficientes. La falta de recursos tecnológicos en muchos hogares y la necesidad de supervisión constante para los niños pequeños han hecho que esta medida sea inviable para muchas familias.
"Estamos lidiando con todo al mismo tiempo: las reparaciones de nuestras casas, el papeleo de los seguros, y ahora, la educación de nuestros hijos. Es demasiado", afirma Dasí a este diario, quien también señala que algunas viviendas todavía carecen de servicios básicos como agua y electricidad.
A todas estas críticas ha respondido la Conselleria de Educación. Cabe recordar que el secretario autonómico de Educación, Daniel McEvoy, se reunió este lunes con los directores de los centros afectados para informar sobre las reparaciones y labores de higienización, además de abordar en conjunto las condiciones para la reapertura de los colegios. Durante la semana pasada, según fuentes de este departamento, la empresa pública Vaersa inició las primeras actuaciones en los centros educativos, mientras que en estos días Tragsa está llevando a cabo tareas de mantenimiento e higienización.
Además, según afirman fuentes de la Conselleria de Educación a Valencia Plaza, se reforzará el personal encargado de estos trabajos para cumplir con los plazos establecidos. Aunque la reapertura general está prevista para el 25 de noviembre, Educación ha manifestado que no dudará en retrasar esta fecha para aquellos centros que aún no estén en condiciones óptimas.
Desde la Conselleria, afirman que "por decisión del municipio, no se ha contemplado trasladar de forma generalizada a los estudiantes a centros en localidades vecinas". Sin embargo, "algunas familias han optado por acogerse a esta posibilidad a título personal, gestionando el traslado de sus hijos con total normalidad".
Por otra parte, estas mismas fuentes recuerdan que el IES Andreu Alfaro de Paiporta reanudó este lunes las clases para el alumnado que debe prepararse para los exámenes de Selectividad. El centro también acoge, de manera escalonada, a los estudiantes del IES La Sénia, cuyas instalaciones permanecen temporalmente cerradas debido a las inclemencias del temporal. Sin embargo, desde la comunidad educativa de Paiporta, insisten que "de los 4.000 alumnos que hay en el municipio, solo 160 están escolarizados".