VALÈNCIA. Nuevo movimiento en el mercado de oficinas de al ciudad. El empresario Jon Fatelevich ha comprado parte de un edificio en la zona de La Marina de València para destinarlo a oficinas dado el interés que acapara este enclave por parte del ecosistema emprendedor y de corporates para instalar sus operativas. Una zona que bien conoce Fatelevich porque hace unos años se hizo con uno de los edificios más emblemáticos de València, el conocido como Casa Calabuig, para dedicarlo a viviendas turísticas.
El inmueble, con planta baja y siete alturas, se ubica en la calle Doctor Lluch 2 y pertenecía a la Asociación Naviera Valenciana a quien el empresario, a través de su sociedad patrimonial, le ha comprado el bajo y las primeras cuatro alturas. De esta forma, está situado frente al edificio de la Escuela de Empresarios EDEM.
El edificio albergaba oficinas de compañías navieras, aunque en el momento de la compra no había inquilinos. Cada planta consta de aproximadamente 250 metros cuadrados y todas ofrecen vistas a La Marina. "Las plantas habían sido oficinas de navieras, pero en el momento de la entrega de llaves estaban ya vacías", señala el empresario. Por tanto, el espacio adquirido está para ocupar.
A priori, el empresario le dará un uso exclusivo de oficinas porque cada vez son más las empresas que quieren instalarse en esa zona de la ciudad. De hecho, ya cuenta con ofertas encima de la mesa. No obstante, también baraja una zona de coworking para el bajo del edificio, aunque sigue analizando posibilidades.
"Hay poco producto de oficinas en La Marina, que es una de las que más crece de València. Hay muy poca oferta y, en cambio, mucha demanda. Por tanto, en principio el uso más claro es destinarlo a oficinas de corporates que buscan un espacio para abrir sus departamento de innovación, pero también para startups que quieren instalarse en esa zona para captar talento", explica Fatelevich, que en los últimos meses ha reforzado su negocio inmobiliario con la entrada en la promoción inmobiliaria.
No obstante, todavía no tiene nada cerrado y se encuentra en negociaciones con varios interesados que quieren asentarse no solo en una planta sino, incluso. quedarse "más pisos", explica. Unas negociaciones que prevé cerrar en los próximos 30 días para tener todos los alquileres cerrados con los nuevos inquilinos.
Y es que Fatelevich destaca la ubicación del inmueble en el entorno innovador de La Marina con escuelas como EDEM, y firmas como Insomnia o Lanzadera. "Cada vez hay más interés por instalarse en La Marina y era necesario aumentar la oferta", destaca. Pero, además, también pone en valor el atractivo del inmueble, no solo por sus conexiones con el resto de la ciudad, sino por el amplio espacio de los pisos y la zona terraza que tiene en la azotea para poder celebrar eventos corporativos.
El empresario explica que, además, acometerá una reforma en las plantas para adecuar los pisos a las necesidades de las empresas y dejar las oficinas acordes con las nuevas formas de trabajo.
La zona de La Marina se ha erigido en los últimos años como uno de los puntos más demandados en el mercado de oficinas de la plaza valenciana. Tanto es así que, según un estudio de mercado de la consultora CBRE, en 2020 el 40% de la contratación se concentró en áreas más periféricas, con especial interés por el entorno de La Marina.
"La zona del puerto de València duplicó el pasado año el volumen de contratación. La demanda va ahora hacia allí y no hay ninguna empresa grande que no nos pregunte por este enclave", aseguraba en rueda de prensa Belén Patiño, directora de oficinas CBRE Valencia.
Según los datos de la consultora, la contratación en 2020 alcanzó los 38.000 metros cuadrados de superficie, un descenso del 19% frente a los 47.246 metros de 2019, según datos de CBRE. Unas transacciones que, pese al año marcado por la pandemia, supusieron una inversión de 51 millones de euros, una cifra muy similar a la alcanzada en 2019, que se situó en los 55 millones de euros.