VALÈNCIA. Rafael Gisbert, secretario comarcal del PSPV y concejal en Favara, se ha convertido finalmente este lunes por la tarde en el nuevo presidente de la Mancomunitat de la Ribera Baixa, tras renovar el acuerdo alcanzado hace un año entre las fuerzas de izquierdas y el grupo independiente de Benicull. El socialista ha asumido la responsabilidad al frente del ente comarcal contra todo pronóstico, puesto que ese mismo día, el Ayuntamiento de Favara había convocado un pleno extraordinario y urgente con el objetivo de revocar la designación de Gisbert y, de esta manera, frenar su elección.
En este pleno, celebrado a tan solo ocho horas de la sesión extraordinaria que hizo presidente de la Mancomunitat a Gisbert, el consistorio que dirige la popular Pilar Sala aprobó incoar un expediente para revisar de oficio el nombramiento del socialista como representante de Favara en el ente comarcal. Los motivos, según expuso el Partido Popular de esta localidad, vienen determinados porque "en este proceso se ha producido un defecto de forma y, por tanto, la designación incurre en causa de nulidad".
Con este acuerdo, los populares instaron este lunes a la Mancomunitat de la Ribera Baixa a decidir si paralizaba o no la elección del socialista como nuevo responsable de la entidad. Sin embargo, Gisbert, en declaraciones a Valencia Plaza, se ha mostrado en desacuerdo con las razones del PP y ha recordado que se ha convertido en presidente "por mayoría absoluta, con 19 votos a favor". En ese sentido, ha lamentado el movimiento del consistorio por evitar que asumiese el cargo al frente del ente comarcal; algo que, según ha reconocido a este diario, "me ha pillado por sorpresa. Teníamos buena sintonía con el PP de Favara".
Pese a que el Ayuntamiento tiene la potestad para convocar un pleno extraordinario y urgente, el socialista ha insistido que "siempre se debe acreditar el motivo por el que el asunto solo puede ser tratado en ese momento y no en otro". En esa línea, Gisbert ha asegurado no entender la justificación de dicha convocatoria, tras considerar que el Partido Popular de Favara no ha demostrado la urgencia del pleno: "Creo que están mal asesorados".
Además, a todo ello se suman "las prisas", según el socialista, con las que se celebró la reunión, ya que provocaron la ausencia de tres concejales que, como consecuencia, no pudieron manifestarse a favor ni en contra de la propuesta. "Si su intención era paralizar el pleno para elegir nuevo presidente, no les ha salido bien", ha añadido Gisbert.
La moción de censura en Sueca, presentada el pasado mes de agosto por los grupos municipales Sueca per Davant (SxD), Compromís y PP, prometía ser el punto de inflexión para arrebatar al PSPV la presidencia de la Mancomunitat de la Ribera Baixa, que en esos momentos recaía sobre la edil Manuela Egea. Así, el candidato de los independientes SxD (integrados en la plataforma municipalista que lidera Ens Uneix), Julián Sáez, tomó la vara de mando en el ayuntamiento de esta ciudad y echó de la alcaldía al socialista Dimas Vázquez, con el que había formado un gobierno de coalición tras ganar las elecciones de 2023.
El cambio en el gobierno suecano se tradujo en la Mancomunitat de la Ribera Baixa, ya que la entidad también experimentó una ligera modificación: el PSPV contaba con nueve representantes; Esquerra Unida, con cuatro; Compromís, con tres, ya que a los dos anteriores se sumó el nuevo representante de Sueca, Sergi Tomás. Por su parte, el PP también contaba con tres, mientras que el grupo independiente tenía dos miembros en el ente comarcal.
Pero, a pesar de esta situación de incerteza en el PSPV, Rafael Gisbert ha aclarado que el partido nunca ha corrido el riesgo de perder la presidencia de la Mancomunitat. Es más, el socialista ha asegurado que el procedimiento para elegir un nuevo responsable al frente de la entidad "ha seguido su curso natural", por lo que ha restado importancia a la moción de censura: "Lo de Sueca fue un caso excepcional". En ese sentido, Gisbert ha recordado que, si se ha convertido en presidente de la Mancomunitat, ha sido gracias al acuerdo alcanzado hace un año con Compromís, Esquerra Unida y el grupo independiente de Benicull.
Más allá de la maniobra del PP de Favara por evitar que Gisbert fuera presidente de la Mancomunitat, el socialista tiene claro que ahora debe centrarse en gobernar la entidad comarcal. Así pues, ha manifestado su intención de "trabajar por los pueblos de la Ribera Baixa" y conocer de primera mano "las carencias o necesidades" de los municipios mancomunados.
De hecho, según ha confirmado a este diario, su próximo paso será iniciar una ronda de entrevistas con los diferentes alcaldes de la comarca, a fin de prestar "el servicio más óptimo" a los ayuntamientos y, en consecuencia, también a la ciudadanía. Por ejemplo, Gisbert estudia aplicar medidas como la creación de un servicio para gestionar la tasa de basuras: "En otras comarcas, los municipios han cedido a la Mancomunidad la tramitación del tributo".
El socialista se ha referido así a las fórmulas adoptadas por la Ribera Alta, donde once ayuntamientos comenzarán a cobrar el impuesto a través de su Mancomunidad; así como en la entidad homóloga en l'Horta Nord, que también gestionará la tasa de basuras en diez municipios.