VALÈNCIA. Grupo Lobe es la única empresa que ha optado al concurso que lanzó el Ayuntamiento de València hace unas semanas para adquirir vivienda a través de permutas sobre solares públicos, según ha podido saber este diario de fuentes del sector inmobiliario. Una fórmula por la cual la empresa entrega viviendas terminadas a cambio de suelo. De esta forma, la compañía aragonesa ha ofrecido al consistorio valenciano un inmueble de 86 viviendas de protección pública, que actualmente está construyendo, por los cuatro suelos que incluía la licitación y que permitirán levantar 400 nuevos inmuebles en la ciudad, una ve se desarrollen.
Esta iniciativa forma parte del 'Plan + Vivienda', impulsado por el consistorio valenciano para levantar cerca de 1.000 nuevas viviendas en el 'Cap i Casal'. El mecanismo de las permutas es uno de los cinco pilares sobre los que se sustenta esta iniciativa. Este modelo implica que la Administración municipal entrega suelos a promotores y como pago recibe vivienda terminada. Eso sí, previo acuerdo y tasación por valores similares.
Hace unas semanas cuando se publicó la convocatoria en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) de Valencia. Con ello, lo que pretende el gobierno de María José Catalá, es, por un lado, conseguir vivienda terminada para atender la demanda en la ciudad y, por otro, fomentar la actividad constructora.
Concretamente, el inmueble que construye la firma está en Malilla, en el sector "Fuente San Luis", ubicado entre el Hospital La Fe de València, la V-30 y la V-31, y que es conocido como el nuevo barrio de Turianova. Está compuesto por 86 viviendas VPO certificadas Passivhaus de 2 y 3 dormitorios. El suelo fue adquirido por la compañía a AQ Acentor en verano de 2022 y, en este momento, se encuentra en plenas obras de construcción.
Por su parte, los cuatro suelos que el consistorio intercambiará por este complejo residencial también están en este enclave, un hecho que habría despertado el interés de la compañía, según ha podido saber este diario. Pero, no solo eso, sino que, además, Grupo Lobe está especializada en vivienda VPO, por lo que conoce muy bien este segmento.
Las cuatro parcelas municipales suman 2.813 metros cuadrados de suelo y 42.199 metros cuadrados de techo y tienen un valor de 15,6 millones de euros, de acuerdo con el documento publicado en el BOP. Según las estimaciones del consistorio valenciano, en esas superficies se podrán levantar 400 viviendas de protección pública de promoción privada.
"Desde el Ayuntamiento valoramos esta oferta que ahora deberá ser analizada por los técnicos, pero que, de entrada, supone un claro respaldo a una de las vías que, dentro del Plan + Vivienda, hemos abierto para incrementar el número de viviendas de protección pública que dispone la ciudad de València", destaca el concejal de Urbanismo, Juan Giner, en un comunicado. Su previsión es que en el segundo trimestre de 2026 el consistorio ya será el propietario de esas 86 unidades, que se destinarán a alquiler asequible.
Con esta operación, la promotora zaragozana Grupo Lobe ganará músculo en València, tras más de 30 años de experiencia y cerca de 1.500 viviendas entregadas tanto en la provincia como en Zaragoza y Madrid y Valencia, gran parte de ellas en régimen de protección pública. La firma se caracteriza por la eficiencia energética de sus viviendas y unos altos estándares de calidad siempre con certificados Passivhaus. De hecho, certificó el primer edificio multifamiliar de VPO con la calificación Passivhaus PLUS en España.
Una iniciativa que movilizará también parte de la gran bolsa de suelo municipal destinada a uso residencial que durante muchos años ha estado paralizada. Pero, a su vez, se impulsa la colaboración público-privada con el objetivo de aumentar la oferta de vivienda asequible en la ciudad, dado que la venta de vivienda por suelos, permitirá seguir generando actividad promotora en el 'Cap i Casal' en un momento en el que el suelo escasea y cada vez sale menos obra nueva al mercado.
Una vez se analice y resuelva la adjudicación, Grupo Lobe tendrá que culminar las obras para poder hacer entrega al consistorio del inmueble y recibir, como pago, esas cuatro pastillas en Malilla. Y es que precisamente una de las condiciones del pliego era que los ofertantes tuvieran "proyectos inmobiliarios en un estado de tramitación más avanzado". Con ello, se buscaba agilizar todo el proceso para que el Ayuntamiento disponga lo antes posible de los activos.
"Nuestra idea, como ya dijo la alcaldesa María José Catalá desde el principio, era poner en marcha diferentes vías para luchar contra todos los problemas derivados en el ámbito de la vivienda. Y con la permuta de viviendas por suelo movilizamos esa gran bolsa de suelo municipal destinada a uso residencial que durante muchos años, inexplicablemente, ha estado paralizada", concluye Giner.