José Marí y María José Catalá. Foto: PPCVVALÈNCIA. "Soy el señor Lobo, soluciono problemas". La mítica presentación del personaje representado por Harvey Keitel en Pulp Fiction fácilmente podría ser atribuible a José Marí Olano, el fichaje estrella de María José Catalá para su lista al Ayuntamiento de València. Pepe Marí, sin embargo, no quiere ser considerado ni estrella ni 'señor Lobo'. "Yo no puedo solucionar todos los problemas como en la película. Sobre todo porque algunos se hacen con dinero", comenta con chanza.
La idea de la líder popular en la ciudad, sin embargo, sí es similar. Dentro de la lista ha metido perfiles de gestión, entre los que se incluye Marí, que van dirigidos a concejalías estratégicas si gobernara el PP. En su caso no es así. La incorporación a la candidatura se produce bajo el paraguas de Grandes Proyectos. Un área que sería transversal en el consistorio y que, en resumidas cuentas, se centraría sobre todo en deshacer nudos de asuntos clave de la ciudad. Los ejemplos claros son el Valencia CF, la Marina, la ampliación del puerto o el soterramiento de las vías de Serrería, entre otros.
"Creo que puedo ser de ayuda en temas en los que se exija una colaboración muy intensa jurídica, financiera y administrativa, como las infraestructuras ejecutadas por los tres niveles de la administración (local, autonómica y estatal). Las conozco y sé de qué va todo eso. Me tendré que poner a estudiarlo bien de manera concreta, lógicamente. Pero al trabajar en estos lugares sé el funcionamiento", señala Marí.
Su trayectoria, efectivamente, ha sido dilatada. Abogado del Estado, ocupó el puesto de Abogado del Estado-Jefe de Tarragona, así como el de Abogado del Estado en las Abogacías del Estado de Alicante y Valencia. Además, ha dirigido los servicios jurídicos de la Generalitat. Militante del PP, ha ocupado altos cargos tanto en la Administración Autonómica como en la Administración General del Estado, donde fue director general de Política Autonómica con José María Aznar. También fue diputado en les Corts.
Marí dejó en diciembre de 2012 su escaño en el Parlamento autonómico. En aquel momento, Alberto Fabra era presidente de la Generalitat. La salida se produjo en una legislatura de cambios en el Grupo Parlamentario Popular, lo que no quitó que sus circunstancias fueran sonadas. El momento era complicado para el PP. La famosa 'línea roja' de Fabra en los casos de corrupción por la que los imputados dejaban sus cargos no era compartida por todos, y tampoco el discurso público.
Marí trata de evitar polemizar sobre el asunto a estas alturas, aunque reconoce que su marcha se debió a un "cúmulo de razones". "Salí desencantado. No es un secreto que no estaba de acuerdo con cosas que se estaban haciendo en mi partido. Veía falta de línea y parecía que íbamos a golpe de titular. Cargarte a unos sí y otros no... tampoco era lo mismo uno con unos indicios claros y graves que otro en temas menores. Fue una época muy difícil. Intentaba decirlo, pero no me hicieron mucho caso", reflexiona.
"Yo era diputado y en Les Corts el debate ya era muy bronco, de nivel bajo. Sentía que no estaba para eso e incluso veía que me contagiaba. Le dije a Alberto (Fabra), con el respeto que se merece un presidente de la Generalitat, que yo estaba para algo más que para apretar un botón y que me iba. Eso se unió a que era una época que me estaba suponiendo un sacrificio económico y profesional", detalla Marí. En aquel momento, él ejercía como abogado del Estado y tenía un despacho privado, algo que podía compatibilizar. Básicamente, y aunque no emite queja alguna sobre el sueldo de un diputado, perdía dinero y quería dedicarse completamente a la actividad privada.
Perteneciente al sector cristiano del PP, Marí estuvo en la quinielas para formar parte del Consell de Francisco Camps en 2007, aunque finalmente quedó fuera.
Pocos años después de su salida en 2011, se incorporó a KPMG Abogados, donde fue nombrado responsable del área legal de la firma en la Comunitat Valenciana. Desde su actividad privada, no ha dejado pasar la oportunidad de opinar con artículos en medios de comunicación, entre ellos Valencia Plaza.
Nunca se dio de baja de partido. "En alguna entrevista de entonces dije que no sabía si me iba o lo aparcaba. No tenía la intención de volver, pero tampoco fue un divorcio. De hecho, durante aquel momento el PP estaba en el Gobierno central. Tuve alguna propuesta y dije que no", señala.
Durante estos años ha permanecido en contacto con María José Catalá, a la que ha asesorado en temas jurídicos, y mantiene amistad con Esteban González Pons, vicesecretario de Asuntos Institucionales del PP. El gusanillo de volver a primera línea política parece que no desapareció y la oferta de ir en la lista al Ayuntamiento una década después le agrada.
"No he dejado de estar afiliado al PP, aunque sí apartado de todo. La verdad que no me esperaba que María José me hiciera la propuesta y todavía menos en un puesto destacado y en un rol importante. Me pilló fuera de juego y desprevenido. Me lo comunicó hace muy pocas semanas, lo hablé con mi familia y les pareció bien. A mí esto me gusta mucho, siempre lo tenía dentro. Pero sabemos que es un lío y un sacrificio", comenta.
Marí pactó con Catalá no tener dedicación exclusiva y que pudiera seguir ejerciendo su profesión, algo que la segunda "respetó". Todo ello, claro está, si gobiernan. "Me atrae mucho más la política municipal que la autonómica. Supone dedicarte a tus vecinos. Encima en un Ayuntamiento como el de València es una cosa muy seria. Además, se pueden hacer cosas porque financieramente está bien. No tanto por decisiones de gestión, sino por el saneamiento de haciendas locales que se hizo en la primera etapa de Rajoy. Tener recursos para hacer cosas es fundamental", indica. Una afirmación que parece un anticipo de las quinielas que nuevamente podrían aparecer si los populares ganaran la Generalitat y él resurgiera en ellas como conseller. Asegura que no se ve en el Gobierno autonómico.
Su primer objetivo, dice en tono de broma, es "no meter la pata". "Confío en María José, tenemos buena relación y me parece una persona con las ideas claras. Hay mucha gente de la lista a la que no conozco, pero he visto buen nivel y me he quedado muy satisfecho. También del buen ambiente interno que hay. La verdad es que estoy ilusionado", destaca.
Marí es reconocido por su perfil negociador. Algunos diputados de la oposición que coincidieron con él en Les Corts lo recuerdan. Los primeros que le dieron la enhorabuena cuando saltó la noticia de que iba en la lista municipal fueron socialistas. "La negociación va en mi naturaleza de abogado. No tengo muchas líneas rojas y creo que es muy difícil tenerlas en el ámbito municipal", comenta.
Por último, lanza una reflexión: "La administración local requiere de menos política y de más perfiles profesionales, más técnicos. El modelo de muchos sitios de Europa va en esa línea. Hay países en los que aparte del alcalde está el gerente de la ciudad. Eso creo que sería bueno".
