Y es que el alquiler cobra protagonismo en el nuevo decreto, que viene a simplificar y unificar las normativas existentes en esta materia, las de 2007, 2009 y 2013. "Va a suponer un impulso para la VPO en la Comunitat Valenciana. Sabemos que es una norma largamente esperada y trascendental a nivel económico, social y político y que ha requerido de un proceso complejo y de mucho diálogo con todos los agentes implicados", destaca Illueca. "Supone una síntesis de las inquietudes y preocupaciones del sector y, a su vez, recoge las necesidades de la Administración", subraya.
Así, como avanzara este diario, el texto incluye la revisión de los precios -la última actualización fue hace más de diez años- y la eliminación de las zonas geográficas, que diferenciaba el valor del módulo entre municipios. También, regula aspectos como el alquiler o la colaboración público-privada con los agentes privados, así como establece la calificación permanente de las viviendas de protección pública para "evitar la especulación".

En cuanto a los precios, se fija un único valor máximo de venta, creando una única zona para toda la Comunitat, sin distinciones, lo que permitirá homogeneizar todo el territorio valenciano. Ahora había diferencias en función del municipio. Por ejemplo, el módulo de VPO en València estaba en 1.819,2 euros el metro cuadrado útil, mientras que en municipios como Alboraya o Picanya era de 1.576,64 euros.
Por tanto, la nueva regulación fija que en el momento de la entrada en vigor de la norma el precio máximo de venta para una VPO de promoción privada será de 2.200 euros por metro cuadrado de superficie útil. En cambio, las que sean de promoción pública y las viviendas pertenecientes al patrimonio público se ha establecido en 1.530 euros por metro cuadrado útil.
No obstante, a lo largo de estos meses se añadió una nueva cláusula para fijar una segunda condición en el precio: que nunca su valor supere el precio de la obra nueva de renta libre en base a los indicadores del Colegio de Notarios. Un condicionante que se incluyó a la vista del alza de precios actual y para evitar que la VPO sea más cara que una vivienda sin esta calificación, como pasó en la pasada crisis inmobiliaria.
Alquiler
Pero, además, el decreto no solo pretende ordenar y simplificar, sino también impulsar el alquiler bajo este régimen tanto de promociones públicas como privadas. Así, la renta máxima anual de arrendamiento de las viviendas protegidas de promoción privada será en función de los ingresos de la unidad de convivencia tomando como referencia anual el Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (IPREM). En concreto, se ha fijado que para rentas inferiores a 2,5 veces el IPREM el alquiler máximo sea de 4,5 euros el metro cuadrado al mes, es decir, que aquellas familias con ingresos mensuales de 1.500 euros paguen cerca de 338 euros de alquiler.
En cambio, entre 2,5 y 3,5 el IPREM se ha establecido en 6 €/m2 al mes, esto es, por ejemplo, aquellos con ingresos mensuales de 2.100 euros pagarán 450 euros de alquiler-. Por otro lado, entre 3,5 y 4,5 veces el IPREM, el valor estará en 7,5 €/m2 al mes; mientras que entre 4,5 y 5,5 veces el IPREM, en 9 €/m2 al mes; y entre 5,5 y 6,5 de IPREM será de 10,5 €/m2 al mes.

En el caso de que la promoción sea pública, el alquiler máximo no superará el 3% del valor de la zona catastral de referencia. Además, el esfuerzo económico de la unidad de convivencia no superará el 25% de sus ingresos. De esta forma, para las rentas entre el 2,5 y 3,5 veces el IPREM el precio será el 3% del precio máximo de venta, mientras que si la vivienda va destinada a rentas de entre el 3,5 y el 4,5 veces el IPREM será el 5% del precio máximo de venta, según recoge la nueva normativa.
Asimismo, establece que para acceder a una VPO se exigirá como requisito estar inscrito en el registro de demandantes de vivienda de la Generalitat Valenciana. Además, todos los inmuebles que reciban la calificación de protección pública serán inventariados en el registro de oferta de vivienda de la Generalitat Valenciana para tenerlas registradas y ofrecerlas a los demandantes de vivienda pública, entre otras cuestiones.