VALÈNCIA. La dirección de Ford Europa ha trasladado a UGT, sindicato mayoritario en la fábrica de Amussafes, que "todavía necesita tiempo" para concretar los volúmenes de fabricación, la fecha de lanzamiento del nuevo modelo que asignó hace unas semanas a la planta, así como la plantilla que se requerirá. Una decisión que aboca a la negociación de un nuevo ERTE en la factoría a la espera de que se concrete la inversión y que ha llevado al sindicato a poner encima de la mesa la necesidad de prolongar este tipo de ajuste temporal a largo plazo.
Así lo ha explicado el sindicato tras reunirse este miércoles en Colonia con la dirección europea, un encuentro para abordar la llegada del nuevo coche que la multinacional asignó a la factoría el pasado 28 de marzo y del que no ha trascendido más información. Lo único que desveló la firma del óvalo es que será un coche de "pasajeros multienergía" y, según puso saber este diario, todo apunta a que será el Bronco Sport, aunque no hay confirmación oficial.
De hecho, se esperaba que en el encuentro de este miércoles en Alemania se conocieran detalles para que la planta adecúe sus instalaciones al nuevo encargo, pero Ford ha pedido más tiempo. La previsión es que sea a lo largo de los próximos dos meses cuando se dilucide esta cuestión para poder iniciar los trabajos en la fábrica aunque, según fuentes del sector, la producción no llegará antes de 2026.
Ante ese horizonte, UGT cree que "será del todo necesario implicar a las diferentes administraciones y gobiernos con el fin de activar el Mecanismo RED llegado el momento". Este instrumento permite a las empresas solicitar medidas especiales de flexibilidad y estabilización del empleo. Para el caso de Almussafes, el presidente del comité de empresa, Carlos Faubel, explica que la idea es prolongar el futuro ERTE sine die hasta que se produzca el lanzamiento del nuevo coche como medida para estabilizar el trabajo en la planta.
Eso sí, lo primero de todo quieren conocer los planes de Ford para poder activar este mecanismo y cumplir con los requisitos y compromisos que exige. Por ello, será necesario sentar a Administraciones, a la empresa y a los sindicatos para negociar las condiciones. "Ahora la solución en el corto plazo pasa por un nuevo ERTE en la planta, pero una vez haya concreción, necesitamos un respaldo para asegurar el empleo. Ya hemos dejado claro desde UGT que no vamos a negociar ningún ERE si no hay claridad por parte de la empresa", subraya Faubel.
Actualmente, está vigente un ajuste temporal que comenzó el pasado 13 de febrero y que se prolongará hasta el día 19 de abril, dos días después de que Almussafes se despida de la producción de la furgoneta Transit. Un ERTE que tendrá que prolongarse durante dos meses más, como mínimo, el plazo que se ha dado Ford para anunciar su decisión. Durante ese tiempo, se continuará con contactos tanto con el comité de empresa de Ford, así como con la propia dirección europea y local.
Además, el sindicato mayoritario interpelará a la dirección de la planta con el objetivo de que relance los Planes de Desarrollo de Carrera lo antes posible, recuperando así la normalidad en el día a día de la fábrica independientemente de que haya en vigor algún ERTE.
Fue el pasado 28 de marzo cuando Ford adjudicó a Almussafes un "vehículo de pasajeros multienergía completamente nuevo a su gama de productos en Europa", que garantizaba carga de trabajo. Se trata de una medida compensatoria y temporal a la espera de la llegada de los prometidos coches eléctricos que se asignaron a la factoría en el verano de 2022. Y es que las malas ventas de los eléctricos en el mercado han llevado a la multinacional a reconsiderar sus planes. De ahí que la electrificación de la factoría esté parada y se haya buscado una medida provisional que, en cualquier caso, supone cierta tranquilidad para Almussafes.
Y más teniendo en cuenta que el próximo 17 de abril, dejará de fabricar la furgoneta Transit, dejando solo la producción de un único modelo: el Kuga. Solo en los últimos dos años ha perdido tres modelos: el Mondeo, S-MAX y Galaxy. De hecho, la propia multinacional reconocía hace unos meses estar buscando "alternativas" ante la decisión de frenar la llegada de eléctricos a la planta valenciana para reconsiderar sus planes en Europa.
Por tanto, la factoría necesita nueva carga de trabajo para mantener no solo a la plantilla, sino garantizar su supervivencia y la de la industria auxiliar valenciana, dado que muchas empresas siguen dependiendo de Ford. Una actividad que, en parte, se asegura con este nuevo coche, pero que no evita nuevos ajustes en la planta. Conscientes de esta situación, desde UGT buscan que sea lo menos traumática posible y por ello apelan a la activación del Mecanismo Red como fórmula para mantener el máximo empleo y transformar la fábrica de forma más suave.