VALÈNCIA. "Una moción de censura necesaria, justa y absolutamente legítima". El diputado en les Corts por Compromís Joan Baldoví definía así la primera moción de censura que vive su ciudad natal, Sueca, de la que un día fue alcalde.
Con los siete votos a favor de Compromís, los tres de Sueca per Davant y uno de la concejala popular Carolina Torres, prosperaba una moción agitada contra el hasta ahora alcalde socialista Dimas Vázquez. En su sustitución, y al finalizar el acto, era nombrado alcalde Julián Sáez, del partido municipalista.
No sin poca expectación, el Salón de Plenos del municipio de la Ribera Baixa se iba abarrotando conforme se acercaban las doce del mediodía, hora en la que daría comienzo el debate y la votación. Tras cruzar un control policial de acceso al Ayuntamiento, periodistas, representantes políticos y habitantes se entremezclaban en una sala diáfana, sin sillas, a la espera de que comenzara el pleno extraordinario en la víspera de San Roque.
Con todos los grupos políticos ya dispuestos en las bancadas, a excepción del PSPV, se empezaban a ver rostros conocidos de la política provincial y regional como Joan Baldoví, de los primeros en entrar en el Salón, o Natàlia Enguix, vicepresidenta primera de la Diputació de València (Ens Uneix).
A diez minutos del inicio, cruzaban las puertas del Salón los ocho concejales socialistas, entre los que se encontraba Dimas Vázquez, con semblante sereno. Puntual, empezaba el pleno extraordinario en el que el único punto del día era la moción de censura, a la que acudieron los 21 miembros de la corporación municipal.
A las 12:08 de la mañana, la mesa ya había leído los motivos que desencadenaron la moción y daban comienzo los alegatos de los implicados. La razón de ser de la moción quedaba clara nada más empezar: "falta de transparencia y pésima gestión de recursos económicos" y "falta de comunicación y confianza en el gobierno".
El primero en intervenir fue Sáez, quien instó a "recuperar la credibilidad y la confianza de los suecanos y suecanas en su ayuntamiento", para los que aseguró que "la política económica será nuestra prioridad estos tres años".
Como respuesta, el alcalde saliente, Dimas Vázquez, calificaba de "bufa de pato" las palabras del candidato y lamentaba que se haya cedido a la manipulación de Ens Uneix, formación independiente con la que el PP gobierna en la Diputació de València.
Ante la verdad a voces sobre la formación del nuevo gobierno municipal, el nuevo alcalde confirmaría al verse victorioso que "los concejales del partido Sueca per Davant y de Compromís formarán parte de la Junta de Gobierno y contaremos con la concejala del Partido Popular, que estará, desde fuera, con un apoyo externo al gobierno con competencias".
Carolina Torres, edila y portavoz del PP en la localidad, fue la única de tres representantes populares que apoyó la moción en contra de los que habían sido sus compañeros de gobierno. A su parecer, "era un paso muy importante que había que dar y no podíamos mirar para otro lado que no fuera el futuro de nuestra ciudad", expresó. No obstante, Torres sentenció que "ruptura con mi partido, ninguna; fricciones, algunas".
Son precisamente algunas fricciones las que quedaron patentes cuando intervino Torres. Sus compañeros de partido en el consistorio, María Isabel Benet y Pío José Lledó, decidieron abandonar la sala ante la decisión de la mesa de darle voz a la concejala popular.
Al finalizar las intervenciones, se prosiguió con la votación, en la que 11 votos a favor frente a 10 en contra dieron la alcaldía a Julián Sáez.
Tanto Natàlia Enguix como Joan Baldoví coincidieron al finalizar que la "mala gestión" desde el consistorio había abocado a "una situación insostenible". Enguix, además, añadía que "no podemos permitir un ayuntamiento endeudado ni un ayuntamiento donde se priorizan intereses personalistas por encima de la gente".
No obstante, a diferencia de Baldoví, Dimas Vázquez tildaba a la moción de "injustificada, traicionera y maquiavélica".