Tras las disculpas de Instagram por haber censurado el cartel de la última película de Almodóvar, Madres paralelas, lejos de disminuir, ha aumentado la censura en la red. El cartel diseñado por el artista Javier Jaén muestra un pezón lactante recortado, simulando un ojo llorando. En su disculpa, Instagram dice hacer excepciones para permitir los desnudos en ciertas circunstancias, como es el contexto artístico, y añade: "Sentimos mucho cualquier confusión causada".
Las normas de la red social afirman que se permiten imágenes de desnudos en caso de tratarse de arte, sin embargo, su algoritmo demuestra un claro desconocimiento de qué es el arte, discriminando fuertemente el cuerpo femenino. Yo soy una artista que utiliza su propio cuerpo en sus obras -un cuerpo femenino- y por ello soy víctima de la censura de Instagram, que hace varios meses cerró mi cuenta profesional, sin darme la posibilidad de defender mi trabajo, ni de protestar de forma efectiva. Y desde luego, nunca he recibido ninguna disculpa, como tampoco la han recibido muchos otros artistas que intentan que sus voces sean escuchadas en la plataforma cada día.
Una cuenta en Instagram no es un pasatiempo para los artistas, sino un recurso inestimable en nuestra profesión, que nos permite conectar con otros artistas y nos abre una proyección que de otra manera no sería posible. Irónicamente, Instagram se enorgullece de apoyar a los creadores, afirmando en su declaración de intenciones que "garantiza que se valore la voz de todo el mundo... en particular la de las personas y comunidades que de otro modo podrían ser pasadas por alto o marginadas". Sin embargo, si leemos más a fondo su política, no sólo descubrimos que su idea del arte está mutilada cuando se trata del cuerpo desnudo, sino que en gran medida esta desnudez que se censura tiene que ver en concreto con el pezón femenino.
Según las normas de la plataforma, se permite la desnudez por razones de protesta, para concienciar sobre una causa, por razones educativas o médicas. Sostienen que permiten fotografías de pinturas, esculturas y otras obras de arte que muestren figuras desnudas, pero seguidamente alertan: "no publiques imágenes de pezones femeninos descubiertos, excepto en el contexto de la lactancia materna, el parto y los momentos posteriores al mismo, situaciones relacionadas con la salud o un acto de protesta". Y yo me pregunto, ¿dónde queda el arte en todo esto?
Instagram considera que un pezón femenino publicado en la red es un acto sexual por defecto, mientras que la publicación de un pezón masculino es simplemente "natural" y está permitido, por lo que el cuerpo femenino es doblemente censurado, en comparación con el cuerpo masculino. Esto se desprende de un artículo que publicó Facebook en 2018, en el que explicaba cómo gestiona la plataforma los controles de contenido. En él quedó patente que el algoritmo de estas redes sociales no tiene en cuenta la intención o el contexto de una imagen cuando ésta contiene desnudos. Esto significa que, aunque en su política Instagram afirme que existen ciertas excepciones para publicar imágenes del pezón femenino, siempre que el algoritmo detecte que el pezón publicado es femenino (y no masculino) será clasificado como contenido de tipo sexual y por defecto será censurado. Queda claro que la censura del cartel de la película de Almodóvar no se debió a un error, tal como Instagram quiere hacernos creer, sino que esta es la forma de proceder del algoritmo.
Facebook e Instagram sitúan el pezón femenino dentro de la sección de "Desnudez adulta y actividad sexual", enarbolando la idea de que los cuerpos de las mujeres existen para ser sexualizados.
Es reprochable que el cartel de Madres paralelas haya sido censurado injustamente, sin embargo, NOSOTROS los artistas menos conocidos que intentamos poner voz a nuestra obra a través de las redes sociales, también merecemos una disculpa y exigimos que cese la censura de nuestro trabajo.
Si es cierta a afirmación de Facebook, de que pretende "garantizar que se valore la voz de todos", ¿por qué hacen oídos sordos a nuestras peticiones de cambio?
Emma Shapiro. Artista americana afincada en València