VALÈNCIA. El Plan Reviure no tuvo el efecto esperado y finalmente fueron un número limitado de propietarios los que se sumaron a la iniciativa. Sin embargo, y a pesar del estrecho margen de maniobra, el programa ha culminado su objetivo: ocho de los inmuebles que fueron reformados con la ayuda del Ayuntamiento de València ya se han incorporado al parque público de la ciudad. De hecho, esta misma semana se aprobará su adjudicación a ocho familias inscritas en el registro de demandantes de vivienda social.
El Plan Reviure fue puesto en marcha por la concejalía de Vivienda que dirige Isa Lozano en el año 2019, y sus bases eran simples: el consistorio cubriría con hasta 20.000 euros las reformas de pisos vacíos con la única condición de que luego sus propietarios los sacaran al mercado del alquiler asequible durante un periodo mínimo de cuatro años. De este modo, sería la administración local quien elegiría a los inquilinos de entre sus listas de espera y también quien tasaría el precio máximo de la transacción, que en ningún caso podría superar los 600 euros al mes.
Sin embargo, la iniciativa no tuvo el efecto esperado en ninguna de sus dos convocatorias, ni la de 2020 ni la de 2021: en la primera, tan solo se aprobaron 9 viviendas, lo que finalmente supuso la amortización de 180.000 de los 500.000 euros que se habían previsto para el plan. En 2021, las cifras fueron incluso más modestas: 6 inmuebles por valor de 120.000 euros. Ni siquiera las mejoras que se introdujeron en las bases logaron tener el impacto esperado, puesto que el consistorio intentó dar más seguridad a los propietarios al pagar por adelantado el importe de las reformas.
Sin embargo, y a pesar de que las cifras no fueron en ningún momento las que habría cabido desear, el plan empieza a dar los frutos para los que fue inicialmente impulsado: introducir nuevos inmuebles al parque público de la ciudad de València. Así, ocho nuevas viviendas han entrado a la rueda de adjudicaciones para las familias que se encuentran en las listas de espera de un alquiler social.
En este sentido, la edil aceptaba que la idea no había sido lo suficientemente atractiva para los propietarios de pisos vacíos, aunque más bien atribuía estas reticencias al miedo que durante los últimos años se ha ido generando alrededor de los alquileres para pequeños tenedores. Principalmente, la desconfianza a que los pagos no lleguen a tiempo. De este modo, adelantaba a Valencia Plaza que la tercera -y puede que última- ronda del Plan Reviure irá encaminada en esta línea: se elimina su característica más significativa, que era la reforma de los pisos, y en su lugar será ahora el Ayuntamiento quien alquile directamente.
Es decir, que el consistorio funcionará como una suerte de intermediario para los interesados: la administración local pagará directamente el alquiler a los dueños de los pisos, y luego cobrará por separado la cantidad a las familias que entren a vivir en ellos. Todo con el objetivo de incrementar la confianza de las personas interesadas y, a fin de cuentas, cumplir con el objetivo del plan, que no es otro que el de seguir ampliando el limitado parque público de la ciudad. Así con todo, esta última convocatoria experimental contará con un presupuesto más reducido, de 300.000 euros.
Dentro de la misma adjudicación de viviendas sociales también se encuentran otros cuatro inmuebles rehabilitados en el barrio del Cabanyal. Aunque, en este caso, son todos propiedad directa del Ayuntamiento, y han sido reformados dentro de programas como ARRU o el Plan Confiança. Según han explicado desde la concejalía de Lozano, algunos de ellos son pisos dentro de edificios, y otros casas individuales.
No es insignificante, sin embargo, el reto al que se enfrenta el Ayuntamiento de València en el barrio del Cabanyal. Y es que, al cierre de 2021 se habían contabilizado 151 inmuebles en la zona que son propiedad del consistorio y que no pueden salir al mercado del alquiler por su grave estado de deterioro. Poco a poco, los planes de recuperación han ido solventando el problema: según explican, y por el momento, ya se han habilitado 33 viviendas. Aun así, todavía queda una importante bolsa por abordar.
Tampoco es pequeño el problema de la vivienda en general: durante los años de pandemia, las listas de espera para un alquiler social no han hecho más subir. Y es que, a finales de año los demandantes se habían incrementado en un 25%, hasta superar los 2.100. Sin embargo, por el momento, el parque público del consistorio tan solo puede atender en este régimen a alrededor de 150 familias.
"Desde la concejalía de Vivienda del Ayuntamiento de València tenemos el objetivo de ir incrementando paulatinamente el parque de vivienda pública municipal. La reforma de las viviendas que el consistorio tiene en el Cabanyal o el Plan Reviure son dos ejemplos de ese trabajo, que ahora se concretan con la adjudicación de 12 nuevas viviendas en condición de alquiler asequible", aludía al respecto Lozano.
"Además, la posibilidad del traspaso de las viviendas de la SAREB a las administraciones públicas aumentará de manera importante la oferta pública en nuestra ciudad, teniendo en cuenta que la SAREB cuenta con más de 300 pisos en València. Este aumento de la oferta de vivienda en alquiler social o asequible también incidirá en el control de los precios del mercado", añadía, con respecto a la petición que el conselleria Héctor Illueca remitió al gobierno central la semana pasada, y a la que se sumó también el alcalde de la ciudad este jueves, Joan Ribó.