MADRID (EP). Mantis, la apuesta de Indra en el campo de los drones ligeros, es una de las aeronaves no tripuladas (UAV) que participa en el programa puesto en marcha por el Ministerio de Defensa para conocer los sistemas disponibles en el mercado, una competencia en la que está demostrando ser uno de los dispositivos "más robustos, eficaces y fiables" al superar con éxito todas las pruebas realizadas hasta ahora.
Mantis es un drone de desarrollo "totalmente español" que pesa seis kilogramos y cuenta con una autonomía de vuelo de unas cuatro horas y capacidad de despegue y aterrizaje autónoma. Además, está pensado para ser transportado de forma sencilla en una maleta, desplegarse de forma rápida y aportar capacidad para ver lo que ocurre de día o de noche en unos 25 kilómetros a la redonda.
Gracias a estas características, el drone de Indra ha superado con éxito las diferentes pruebas de vuelo reales realizadas por la Dirección General de Armamento y Material del Ministerio de Defensa en el denominado 'Proyecto Rapaz', con el que se pretende identificar los sistemas disponibles en el mercado y escoger el que mejores prestaciones ofrezca en futuras adquisiciones que pueda realizar la Administración.
La última de las pruebas, celebrada recientemente en localidad malagueña de Ronda durante el transcurso de una prueba deportiva de 101 kilómetros, durante la cual la aeronave no tripulada de ala fija de Indra tomó imágenes del desarrollo de la carrera en el sector que tenía asignado con una cámara visible de diez aumentos ópticos desde una altura de unos 150 metros.
Extremadamente silencioso y con una envergadura de 2,10 metros, este sistema es "perfecto" para cumplir la misión de 'ver más allá de la colina', tal y como comúnmente se denomina la función de estas aeronaves.
El Mantis transmitió en tiempo real a la estación de misión de Indra las imágenes de vídeo que recogía y que, de forma simultánea, se enviaban a un segundo centro de control desde el que se monitorizaba la posición del UAV y se recibía el vídeo capturado.
Indra, que destaca el "realismo de la demostración", remarca que el sistema demostró durante la prueba su capacidad para cubrir el ejercicio "con una precisión total y cumpliendo con todas las expectativas fijadas".
Otro de los "exámenes" a los que se ha sometido el Mantis dentro del proyecto Rapaz tuvo lugar el pasado mes de noviembre en León, donde se enfrentó a otros 17 modelos de distintos fabricantes en un ejercicio que sirvió para descartar a 12 de ellos y dejar "en la carrera" sólo a cinco finalistas.
En aquella ocasión, el Mantis completó una prueba operativa que consistía en seguir un plan de vuelo prefijado hasta alcanzar una instalación sobre la que debía mantenerse volando en círculos para tomar imágenes y enviarlas a la estación de control.
Este ejercicio también sirvió para probar el denominado sistema de 'vuelta a casa', que permite a la aeronave regresar de forma autónoma al lugar desde el que despegó siguiendo un plan de vuelo preestablecido. "Esta capacidad es necesaria en caso de que el enlace de comunicaciones con la estación de tierra se interrumpa por cualquier razón" explica Indra.
Tras superar estas dos pruebas, el Ministerio de Defensa, que con el proyecto Rapaz muestra claramente su apoyo a las empresas españolas en el marco del desarrollo de conceptos y experimentación, llevará a cabo un nuevo ejercicio próximamente en la que el Mantis operará con unidades del Ejército de forma integrada.
Además de su aplicación en el campo de las actividades de Defensa, el Mantis tiene también un claro potencial de desarrollo en el ámbito civil. "Cualquier tarea de vigilancia o recogida de información puede ser cubierta por este sistema", resalta Indra.
Este potencial dual parece claro si se tiene en cuenta que la directora general de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), Isabel Maestre, señaló recientemente que en diez años el 10% del mercado de la aviación estará copado por sistemas remotamente pilotados.