VALÈNCIA. El fomento de la colaboración público-privada, la mejora de la calidad de las infraestructuras y una planificación ordenada del crecimiento serán los tres pilares fundamentales sobre los que se sustentará el desarrollo industrial estratégico de la Comunitat Valenciana en los próximos años. Estas fueron las principales conclusiones del desayuno que organizó el pasado viernes Valencia Plaza junto con la Asociación Eje A3 de Cheste, Loriguilla y Riba-roja. Un encuentro en el que estuvo presente el presidente de la entidad y alcalde de Loriguilla, Sergio Alfaro, y los alcaldes de Riba-roja y Cheste: Robert Raga y José Morell, respectivamente.
También asistieron la secretaria autonómica de Economía Sostenible, Sectores Productivos, Comercio y Consumo, Rebeca Torró, el presidente de la Asociación Empresarial Polígonos Riba-roja A-3, Andrés Morata, el gerente de la Asociación de Empresarios de la Reva (Asocreva), Carlos Peinado, el gerente de la Federación de Polígonos Industriales de la Comunitat Valenciana (Fepeval), Diego Romà, el gerente de TFP Consulting, Jesús Fajardo, el presidente de la Comisión de Industria de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP), Juan Antonio Sagredo, y el catedrático de la Universitat Politècnica de València y doctor en ingeniería industrial Juan Jaime Cano.
El presidente de la Asociación Eje A3, Sergio Alfaro, inició el debate con una valoración muy positiva de lo que ha supuesto la alianza entre los tres municipios para poder hacer frente a los retos industriales del futuro. En esta misma línea, resaltó la voluntad de trabajar en una estrategia de desarrollo conjunta que les permitirá ser más fuertes y competitivos dentro del mercado tanto nacional como internacional. Aunque, según él, nada de esto será posible si no se produce un importante empuje en la mejora de las infraestructuras de movilidad, la gran asignatura pendiente de las administraciones públicas con los polígonos.
Y es que, tal y como apunta Alfaro, una de las principales carencias del sector industrial ha sido la falta de planificación de las áreas industriales, que nacieron y crecieron sin conexiones básicas para poder ejercer su labor: "No se entiende que el desarrollo urbanístico de las áreas empresariales no vaya ligado a un desarrollo de las infraestructuras de movilidad", lamentaba, y ponía como ejemplo las propias carencias del eje Riba-roja, Cheste y Loriguilla, que lleva años reivindicando una variante de la A3 para poder descongestionar el tráfico de camiones que día a día obstruye esta vía: "Todo esto nos hace menos competitivos y eficientes".
En esta misma línea de pronunciaba también Diego Romà, gerente de Fepeval: "Hubo una época en la que todos los municipios querían tener su polígono industrial, y los parques eran puestos sin ton ni son en el mapa sin que hubiera ningún tipo de planificación. Hoy estamos intentando poner parches a esa situación, con nuevas obras e infraestructuras, pero tenemos que ponernos las pilas con un instrumento de gestión de calidad de las áreas empresariales o al final nos ganarán otras zonas". Este instrumento de gestión conjunta y de calidad es la Ley de Polígonos Industriales que puso impulsó la Generalitat en el año 2018, y que ha permitido trabajar en la línea de la planificación a gran escala: "Soy muy positivo, creo que el Consell ha hecho un buen trabajo y que estamos en el camino adecuado. Los polígonos son barrios muy complejos que no pueden depender solo de las empresas o de los ayuntamientos. Tiene que haber unidad entre administraciones", declaraba.
El catedrático Juan Jaime Cano también apuntaba en esta misma línea, con la reivindicación de una estrategia intercomarcal que permita tener un horizonte claro sobre el desarrollo del suelo y la capacidad industrial para toda la Comunitat. "Es preciso que esta estrategia cuente con el máximo apoyo político y social, y que no dependa de los gobiernos de turno o de los presupuestos de cada año. Tiene que ser un compromiso vinculado al consenso más grande posible, para que todo el sector pueda trabajar sobre unas mismas líneas e ideas fijas, con un objetivo común".
En este aspecto, Cano destacaba líneas como la apuesta por una movilidad y un transporte sostenibles, que garanticen el cumplimiento de las necesidades logísticas de los polígonos. Además, añadía otros aspectos como la regeneración de las áreas o la aceleración de las ordenanzas para que los polígonos puedan adaptarse rápidamente a las necesidades del mercado, sin tener que pasar por trámites administrativos demasiado farragosos. Todas ellas acciones que deberían coordinarse desde instituciones más allá de lo local y de lo privado.
También Carlos Peinado, gerente de Asocreva, consideró que la poca capacidad de maniobra que tienen los polígonos para adaptarse de manera rápida a las exigencias del mercado es un problema de primer orden. Una reivindicación a la que, finalmente, se unió Andrés Morata, presidente de la Asociación de Empresarios Riba3. Así, Morata pidió durante su intervención a la administración autonómica que agilizase los procesos de tramitación para intervenir y desarrollar el suelo industrial, lo que permitirá atender con mayor celeridad los requisitos de los nuevos y potenciales inversores. Asimismo, el presidente de la Asociación Riba3 también se mostró de acuerdo con la necesidad de ejercer una mejor planificación del suelo industrial, por lo que propuso la elaboración de estudios de movilidad que arrojen luz sobre este aspecto y sirvan para las futuras adecuaciones o ampliaciones de los polígonos.
Por último, Jesús Fajardo, gerente de TPF Consulting, fue un paso más allá en la petición de un desarrollo integrado en todo el territorio valenciano y reivindicó la necesidad de tener una visión global tanto de las infraestructuras como de la actividad. De este modo, puso como ejemplo la ampliación del Puerto de Valencia, que requerirá mejoras tanto de la red férrea como del tráfico rodado, culminando con el macroproyecto del Corredor Mediterráneo. Así, estas redes deberán llegar a todos los puntos industriales estratégicos de la Comunitat, no solo para el transporte logístico sino para la transformación de los materiales en bienes.
Además, el alcalde de Cheste, José Morell, presentó el polígono de su municipio como uno de los principales casos de éxito de la planificación industrial. Esta zona se desarrolló después de que Lidl pidiera unos terrenos en los que poder operar, y en tan solo dos años ha alcanzado el 70% de ocupación. Un proyecto que se programó de manera novedosa para compatibilizar el desarrollo de las naves industriales con el de la urbanización del polígono. De esta manera, consiguieron ganar tiempo y ponerlo en funcionamiento un año antes que si se hubiera procedido primero a una intervención y luego a la otra.
Otro de los puntos clave del debate fue la importancia de la colaboración: entre municipios industriales, entre diferentes administraciones territoriales, e incluso entre el sector público y el privado. Así, Robert Raga, alcalde de Riba-roja, hacía un balance muy positivo de su unión con Cheste y Loriguilla en el plano empresarial, y animaba también a otras zonas industriales a alcanzar acuerdos estratégicos para fortalecer su papel en el mapa general. "No se trata de competir entre pueblos, sino de ir juntos a ganar terreno a otras comunidades", declaraba.
Así, ponía como ejemplo el caso de la variante de la A3, una salida hacia Barcelona que los tres municipios llevan años pidiendo para sus polígonos: "No es una reivindicación de cada uno, es una reivindicación estratégica que tenemos que hacer todos juntos. Mientras no se haga estamos perdiendo mercado y estamos perdiendo competitividad. Por asuntos como este necesitamos generar cooperación, relaciones y alianzas", concluía.
La secretaria autonómica Rebeca Torró coincidía con esta visión y felicitó al Eje A3 por su ejemplo de colaboración: "Estas sinergias son muy importantes en el mercado industrial, y encajan perfectamente las políticas que estamos poniendo en marcha desde la Generalitat Valenciana. La colaboración entre municipios y entre la administración y las empresas será esencial para el futuro, y precisamente eso es lo que hemos querido potenciar con la Ley de Polígonos Industriales". Esta ley pone intensamente en valor iniciativas como las Entidades de Gestión y de Modernización, unas figuras que no solo servirán para planificar mejor el desarrollo industrial, sino para facilitar las relaciones entre el sector público y el privado.
"Una determinada competición entre áreas es sana para fomentar el desarrollo, pero también es importante la unidad", concluía al respecto. Además, Torró también destacó el interés de la sostenibilidad como un valor añadido al crecimiento industrial valenciano: "La sostenibilidad no es una opción sino una obligación. Es un valor añadido que nos hará ser más competitivos, pensar en global y al mismo tiempo también en local. Tenemos que basarnos en todas las cuestiones de eficiencia energética y movilidad sostenible de cara al futuro".
En la línea del valor añadido también se pronunció el presidente de la comisión de industria de la FVMP, Juan Antonio Sagredo, que reivindicó la necesidad de impulsar la digitalización y a la globalización de la red, dando pequeños pero importantes pasos como la traducción al inglés de todas las páginas web que ofrecen información sobre polígonos. Asimismo, también hizo hincapié en la relevancia de la colaboración público-privada: "Tenemos por delante importantes retos que no podemos abordar solos. En los últimos cinco años hemos podido apreciar un cambio para mejor en las relaciones, y es necesario continuar profundizando en eso. Nuestra asociación ya no se sustenta únicamente en dar o recoger impuestos, sino que va mucho más allá", finalizaba.