VALÈNCIA. La consellera de Hacienda, Economía y Administración Pública, Ruth Merino, compareció este miércoles en Les Corts Valencianes para explicar su hoja de ruta que desarrollará al frente de la citada cartera durante los próximos cuatro años. Un mandato en el que, tal y como expuso, su departamento no realizará "presupuestos ficticios" como en su momento diseñó el Botànic, en referencia a la inclusión en las cuentas de la partida reivindicativa de los 1.336 millones de euros para compensar la infrafinanciación.
"Haremos presupuestos reales, no ficticios. Otros gobiernos han utilizado el presupuesto para copar titulares en prensa hablando de presupuestos expansivos con fines propagandísticos, pero nosotros no vamos a disparar con pólvora de rey como si los recursos fueran infinitos", expuso la consellera de Hacienda en la tribuna del Parlamento valenciano. Un espacio en el que ha intervenido en numerosas ocasiones pero en el que por primera vez lo hizo en calidad de consellera del nuevo gobierno autonómico.
Durante su comparecencia afeó que otros, en referencia al tripartito conformado por PSPV, Compromís y Podemos, gastaran "por encima de las posibilidades" generando una situación "precaria" a la que ahora "el Gobierno de PP y Vox deberá hacer frente". "Han hecho una gestión ineficiente", espetó.
Tras un breve repaso por cómo se encuentran las arcas de la Generalitat, Merino se comprometió con el principal problema de la agenda valenciana: "Reclamar de forma contundente la reforma del sistema de financiación" que lleva caducado desde 2014: "No buscamos privilegios, pero tampoco permitiremos ser marginados. Es necesario para atender la Dependencia, la Sanidad y la Educación", explicó tras anunciar que desde su conselleria reivindicarán al Gobierno de España que aborde de inmediato este dilema.
"Es necesario reclamar una financiación justa para tener los derechos que nos corresponden. Y lo haremos gobierne quien gobierne. Se lo hemos trasladado ya al actual Gobierno en funciones y lo haremos con el gobierno entrante que se forme, sea del color que sea", prometió Merino.
Asimismo, la consellera también marcó distancias con el anterior ejecutivo liderado por Ximo Puig en cuanto a las políticas de modernización de la administración. Y en particular, respecto al programa informático que hasta ahora utilizaban los funcionarios para elaborar las cuentas autonómicas año tras año.
"Será el primer año en el que utilizaremos NEFIS. No queremos seguir aplazando la modernización de la administración y el presupuesto invertido en esta plataforma debe comenzar a amortizarse, no puede demorarse más. Ya lo ha dicho la Sindicatura de Comptes: su implantación es necesaria e inaplazable", expuso.
En este sentido, cabe apuntar que el llamado programa Nefis (New Economical Financial Information System) fue anunciado por el exconseller de Hacienda Vicent Soler (PSPV) en numerosas ocasiones como aquel que venía a solventar el atraso digital que padecía la administración. A través de él se iba a gestionar el sistema económico y financiero del Gobierno valenciano y sus organismos autónomos. Y se preveía incluir, por ejemplo, las aplicaciones para la gestión de cuestiones de tanta importancia como las nóminas de la Generalitat, los contratos públicos, las subvenciones o los impuestos.
Adjudicado en 2019 al grupo Inetum –que adquirió Informática El Corte Inglés–, el contrato fue de 16,5 millones de euros con IVA por un periodo de tres años, pero en junio de 2021, el plazo de ejecución se amplió a diciembre de 2023, con el consiguiente incremento del coste (en un 25%), que pasó a los 20,7 millones de euros (sin IVA) y en la actualidad la inversión realizada ya ha alcanzado los 24,5. Motivo por el que la Sindicatura de Comptes advirtió hace días que, a pesar de los múltiples fallos que da el sistema, debían implementarlo sin más demora. Y ahora, la Conselleria de Hacienda que dirige Merino la aplicará por primera vez.
Durante su comparecencia en Les Corts, la también responsable de Economía y Administración Pública sacó pecho de las medidas que ha puesto en marcha su gobierno: la supresión del impuesto de sucesiones y donaciones para acabar "con una gran injusticia e inmoralidad". "No estamos bajando impuestos a los ricos", subrayó adelantándose a las críticas que le harían más tarde tanto PSPV como Compromís en sus intervenciones.
Con todo, aseguró que el objetivo es que la Comunitat deje de ser una de las regiones con mayor carga impositiva para pasar a ser una de las regiones "fiscalmente más atractivas" porque, según dijo, "la insuficiente financiación" o "el derroche" no se compensan "exprimiendo al contribuyente".
A lo largo de la legislatura, avanzó, se tomarán medidas para que los tramos más bajos de renta "paguen menos impuestos en la Comunitat que en cualquier otra región", y acto seguido precisó, que estas políticas "no implican empobrecer las arcas públicas, ni socavar los servicios públicos, ni los derechos de los ciudadanos".
La lucha contra el fraude fiscal y la economía sumergida también formarán parte de la "gestión rigurosa" de los recursos públicos desde una triple perspectiva: prevención, control y cooperación, ha explicado. Tras recordar que la premisa del Consell es "no molestar" a la actividad económica, defendió el papel que entidades como el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) pueden ejercer, sin perder de vista "la necesaria sostenibilidad financiera de las operaciones en las que intervenga".
La racionalización de la inversión se concretará a través del uso "exquisito" de los recursos de los valencianos y de la eliminación de duplicidades y gastos "superfluos", y el Sector Público Instrumental será reordenado, previo análisis económico y financiero detallado, mediante fusiones y, en su caso, extinciones.
Al finalizar su intervención, el diputado socialista José Muñoz calificó el Gobierno actual como el "del cambiazo y la regresión" y le acusó de bajar los impuestos a los más ricos mientras hará pagar más al resto de la ciudadanía.
Desde Compromís, Isaura Navarro censuró que la consellera fuera a Les Corts como una Robin Hood, "cuando se parece más a la ministra británica Liv Truss, quien dimitió a los 45 días de asumir de cargo, tras un plan fiscal que incluía una masiva bajada de impuestos que sembró el caos en los mercados y desconfianza en la economía".
"A Robin Hood no me parezco porque no voy a robar a nadie, voy a ayudar a todos a vivir mejor, empezando por los que más lo necesitan", le espetó Merino, quien insistió en que no van a bajar los impuestos a los ricos ni a hacer recortes y defendió que hay "margen de mejora para usar cada euro de una forma más eficiente".