VALÈNCIA. "El mercado venía barruntando una OPA sobre Natra (NAT) en los últimos tiempos y más a medida de que cada vez que subía por encima de la barrera del euro volvía a perderla. Era cuestión de tiempo". Así lo advertían ayer desde una mesa de contratación bursátil consultada por este diario después de conocer la OPA de exclusión lanzada por la familia Bonomi sobre la histórica chocolatera valenciana. Se trata de los propietarios de Investindustrial, bien conocidos entre algunas cotizadas españolas, que para esta operación han recurrido a uno de sus fondos como es el luxemburgués World Confectionery Group.
Una operación que tiene todo a su favor para salir adelante -y con ello la exclusión del parqué de la cotizada dirigida por Dominique Luna-, dado que la clave reside en las obligaciones convertibles dirigida a todos los accionistas de NAT y a determinados acreedores financieros que se comprometieron, cuya emisión tuvo en el marco de la reestructuración acometida en enero de 2016, a su suscripción mediante la compensación de créditos, de obligaciones no suscritas durante el periodo de suscripción preferente.
Conviene recordar que justo hace tres años, y dentro del proceso de reestructuración de su deuda financiera como contó Valencia Plaza entonces, lanzó una emisión de obligaciones convertibles en acciones de la compañía por un importe nominal máximo de 53,2 millones de euros. Eran tiempos donde NAT cotizaba en mínimos históricos en bolsa y la empresa ofreció por cada 118 derechos de suscripción preferente una obligación con un tipo de interés anual del 1%. El precio de conversión se fijó en 0,1332 euros por acción frente a los 0,90 euros por título del precio de la OPA.
La chocolatera presidida por Antonio Obieta cerró la suscripción preferente de obligaciones convertibles con un total de 110.836 obligaciones por un importe nominal conjunto de 14,76 millones de euros, con lo que la emisión no se suscribió de forma completa. La compañía se quedó muy por debajo de los 53,2 millones de euros que pretendía captar como máximo; mientras abrió ventanas temporales anuales para acometer el canje.
Todo ello enderezando el rumbo, tanto empresarial -volvió este año a beneficios- como bursátilmente hablando, por cuanto no hay que olvidar que NAT fue el tercer valor que mejor se comportó el pasado ejercicio -prácticamente duplicando su capitalización-, tal y como contó este diario el martes pasado. Bien es cierto que a primeros de 2007 las 'natras' llegaron a superar la barrera de los 10 euros.
Tres años después todo apunta a que van a ser precisamente los obligacionistas los que pongan fin a una historia de cuatro décadas cotizando en bolsa -Natra debutó en la Bolsa de Valencia en 1978 y en 1991 se incorporó al Mercado Continuo-, puesto que solo cuatro de ellos -todos institucionales- controlan el 57,58% de las obligaciones. Los mismos que firmaron en su día un contrato de compromiso irrevocable para convertirlas en acciones no más allá del próximo 27 de enero.
Se trata de Deutsche Bank AG London Branch, cuyo número de acciones tras la conversión alcanzará los 34,949 millones; Kington S.à.r.l. y Sherston S.à.r.l, dos sociedades controladas por fondos asesorados y gestionados por la firma de inversión británica Bybrook Capital LLP, con 42,583 millones de 'natras' en total tras la conversión; y Banco Sabadell, con 14,632 millones.
De este modo, la suma de los cuatro inversores institucionales alcanza el 57,58% del capital social totalmente diluido en Natra y, dado que firmaron dicho compromiso irrevocable de venta, por tanto, la OPA de exclusión tiene todo a su favor para salir adelante porque no hay que olvidar un 'pequeño detalle': el mercado recibirá un 'aluvión' de acciones de Natra, lo que apunta directamente a una considerable caída en bolsa desde los 0,897 euros a los que cerró ayer en bolsa.
Además, los grandes accionistas -al margen de esos cuatro- de la compañía tienen pensando acudir a la OPA, según ha podido saber este diario. Solo entre el expresidente Manuel Moreno y el canario Pedro Agustín del Castillo -presidente de la aerolínea Binter- controlan en torno al 15% del capital tras reducir éste último en octubre pasado su porcentaje desde el 6,132% que tenía en noviembre de 2014 hasta el 4,964% como avanzó Valencia Plaza.
Cierto es que el precio de la OPA de exclusión está asegurado en los 0,90 euros por cada acción -o 900 euros por cada obligación convertible-, pero no menos cierto es que se esperan jornadas movidas en la chocolatera valenciana... por no hablar de especulación pura y dura. Algo que en los últimos meses ha venido sucediendo sobre Natra y más tras la embestida de los bajistas, que hace tres meses llegaron a marcar máximos históricos con el 1,40% del capital. Actualmente se han reducido hasta el 0,69%, según la última actualización quincenal de la CNMV fechada el 21 de diciembre de 2018.
Pero mientras tanto, la multinacional dedicada a la producción y elaboración de productos de chocolate y derivados del cacao publicó ayer su nueva hoja de ruta. El nuevo plan estratégico de Natra pasa por alcanzar un beneficio neto de 21 millones de euros en 2023 frente a los 'números rojos' de 2017 y 2016. En 2018, la compañía planea retomar la senda positiva y mantenerla a lo largo de este periodo. Asimismo estima incrementar sus ventas en estos tres años, hasta alcanzar los 476 millones de euros de 2023, mientras que respecto al Ebitda prevé llegar a los 50 millones de euros en 2023 y confía en ir reduciendo progresivamente su deuda neta, que está estimada en 2018 en 134 millones de euros.
La cotizada valenciana presentó su plan estratégico 2019-2023 donde su división de consumo será la principal palanca de crecimiento con una previsión de Ebitda de más de 19 millones de euros en 2023, mientras que la industrial alcanzará los nueve millones de euros. La estrategia de crecimiento de Natra se ha diseñado para atender las nuevas tendencias de consumo y de las nuevas categorías en el sector, por lo que la innovación se convertirá en "un pilar para este crecimiento", donde se priorizará en los productos más premium.