VALÈNCIA (EFE/Concha Tejerina). Los efectos de esta pandemia habrían sido "muy diferentes" si la sociedad española tuviera una "cultura preventiva" y se hubiera contado en cada área sanitaria con "buenos equipos" de medicina preventiva y salud pública para evitar la transmisión del virus.
Así lo asegura en una entrevista con la Agencia EFE Rafael Ortí, presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH), quien considera que "solo cuando se llenan los hospitales nos preocupamos de hacer confinamientos, y no antes", pero señala que si en el futuro hay otra pandemia "actuaremos mejor, seguro".
"No aprendemos", afirma Ortí, quien subraya la importancia de la medicina preventiva y la salud pública porque son "el antes de que ocurran las cosas, de evitar las muertes, los ingresos hospitalarios y en las UCI, y de ahorrar muchísimo dinero".
A su juicio, con la covid-19 se ha visto la importancia que habría tenido "actuar antes con buenos equipos de salud pública, personal especializado que evitara la transmisión y que no pasara lo que está ocurriendo".
"Construir hospitales o grandes servicios de UCI es como reconocer el fracaso. Estamos aceptando que no hemos hecho una buena prevención ni un buen cribado en atención primaria, y que la gente va a ir al hospital y va a morir por una enfermedad que es evitable", explica.
Según Ortí, "no dotamos de los recursos necesarios a la atención primaria ni a la medicina preventiva y salud pública para ir a una estrategia más de erradicación y agresiva. Solo cuando se llenan los hospitales nos preocupamos de hacer confinamientos, y no antes".
El también jefe del servicio de medicina preventiva y calidad asistencial del Hospital Clínico de València considera que la situación de la pandemia "habría sido muy diferente" si hubiera habido en la gente una "educación sanitaria para la cultura sanitaria".
"Cultura es lo que queda después de haber estudiado durante muchos años y si de pequeño, en los colegios, se explicara que hay que lavarse las manos, no se puede acudir a clase con fiebre o mocos o que se tienen que cuidar determinadas circunstancias, por supuesto esto habría sido muy diferente", recalca.
A su juicio, esto habría sido así si la Administración dispusiera de servicios "potentes" de medicina preventiva y salud pública en cada una de las áreas sanitarias y cada uno de ellos con una veintena de profesionales, equivalentes a los servicios de medicina interna de un hospital.
"Se habrían hecho rastreos y estudios de contactos, analizado los factores de riesgo, verificado que la gente cumple con los confinamientos, gestionado la vacunación o mejorado los sistemas de información", explica.
Según Ortí, "el sistema habría estado preparado de alguna manera para atender una situación pandémica como la actual, de la misma forma que lo han estado los países asiáticos, que tienen más experiencia en ello".
Recuerda que desde la Sociedad que preside han reclamado desde el primer momento que se dotaran los recursos de preventiva y salud pública, y lamenta que el virus "ha ido por delante" de todas las decisiones de la Administración.
Sobre las medidas restrictivas adoptada durante la pandemia, Rafael Ortí considera que se ha apostado por una "estrategia de mitigación: vamos a dejar que el virus crezca y solo cuando afecte mucho lo vamos a controlar".
A su juicio, las medidas que se están tomando "son las que se pueden dentro de un estado de alarma que te limita", pero afirma que "nos está limitando el no haber hecho un confinamiento domiciliario de diez días antes de Navidad, que habría sido clave para que la tercera o cuarta ola no se hubiera producido".
Ahora, señala, "hay una pelea para ver quién desescala antes para ver si así la hostelería se recupera, lo cual es un gran error porque como haya una nueva ola, la hostelería se va a pique", y opina que "hace falta una mano directriz que marque las pautas" y que se de debería haber sido "un poco más estricto".
A su juicio, salvar la Semana Santa "no es la solución. Lo que hay que salvar es la vida de las personas y la capacidad de los hospitales para atender a los que no podamos evitar en enfermen. Esa es la mejor manera de salvar la Semana Santa y la economía en general".
Ortí recuerda que la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene no ha sido consultada ni ha sido invitada a la ponencia de vacunas, aunque ha pedido su inclusión para ofrecer su trabajo y experiencia.
Respecto a la planificación de la vacunación, considera que tenían que haber empezado seis meses antes del 27 de diciembre, día en el que empezaron a ponerse las primeras dosis de la vacuna contra la covid-19, "a preparar las listas de personas que se iban a vacunar. Tenerlo todo informatizado y gestionado y no todo deprisa y corriendo, como se ha hecho".
A su juicio, si España tuviera todas las vacunas, los sistemas estuvieran preparados para hacer la vacunación y se mantuvieran los niveles de incidencia bajos, "después del verano y hasta final de año habría una situación bastante estable, con brotes aislados pero sin olas pandémicas como ahora".
Ortí considera que tras esta pandemia el sistema sanitario "tiene que acabar reforzado" y apunta: "Se ha aprendido mucho, la gente va a cambiar sus formas de trabajar, vamos a ser más pragmáticos y creo que en ese sentido se va a mejorar. Quiero pensar que de las crisis se sale siempre aprendiendo y ganando".
"Otra cosa es que quede dañada la economía de tal manera que sea difícil mantener o mejorar las dotaciones de recursos suficientes", indica para añadir que están viendo "fatiga pandémica" en muchos profesionales y que enfermedades no covid que no han sido atendidas adecuadamente durante la pandemia pueden generar una "gran problemática".
Según explica, China ha respondido mejor que Occidente "por la experiencia previa" en otras epidemias y por la cultura que transmite el confucianismo de seguir a la Administración cuando dice cosas que son coherentes, lo que les hace "más cumplidores" con las recomendaciones.
Y también por un tercer factor: han pasado cien años desde la pandemia de gripe española "y no hemos sabido aplicar las nuevas tecnologías" y el "prepotente mundo occidental" cuestiona y le "parece escandaloso" que países como China hagan un seguimiento con código QR para saber dónde están los contactos cuando Facebook o Twitter "controlan dónde vivimos o dónde estamos".