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el incendio se vuelve a extender en la formación morada

Podem, a lo bonzo: dimisiones, amenaza de ruptura de EUPV y una dirección que lo niega todo

Pilar Lima asegura que "disfruta" con la vida interna del partido y su 'número dos' llama "gentuza" a los miembros que se marchan de la ejecutiva

8/09/2021 - 

VALÈNCIA. Podem se encuentra en total descomposición. La formación morada atraviesa su peor momento en la Comunitat Valenciana desde que obtuviera representación en Les Corts en 2015 y pese a que esta legislatura alcanzó el objetivo de entrar a la Generalitat a gobernar. La sucesión de los últimos acontecimientos ha acabado por dejar una imagen, difícilmente reparable, de un partido a la deriva, como personas que han ocupado cargos en la ejecutiva admiten. Aunque a lo largo de estos meses ha habido jornadas complicadas, la de ayer martes tuvo un cóctel explosivo de consecuencias que todavía no son posibles de calcular. Entre dimisiones, amenazas de ruptura de sus compañeros de coalición y una dirección que se ha decantado por negar la evidencia se mueve su vida interna con una pregunta: "¿y qué será lo próximo?".

La caída paulatina en apoyos del partido morado en el territorio fue ya en 2019 uno de los motivos por los que Ximo Puig decidió adelantar las elecciones autonómicas ante el temor a que no superaran la barrera del 5% para entrar en el Parlamento autonómico. Finalmente, perdió 5 diputados, pasando de 13 a 8, y las izquierdas consiguieron reeditar el Botànic. Su apuesta como cabeza de lista para esos comicios fue Rubén Martínez Dalmau, hasta hace poco vicepresidente segundo del Consell. Pero el liderazgo del partido quedó en manos de una gestora durante varios meses tras la marcha de Antonio Estañ y debido a la imposibilidad de celebrar un cónclave debido al coronavirus. 

La situación daba entonces un vuelco. En la primavera de 2020, se celebraron las primarias en las que venció Pilar Lima por 38 votos de diferencia respecto a Naiara Davó, en ese momento portavoz en Les Corts Valencianes después de que Dalmau se marchara al Consell. Davó recogía a gran parte de la corriente de Estañ y contaba con el respaldo del vicepresidente segundo de la Generalitat y de varios diputados autonómicos. Pero tuvo que competir con Lima, perteneciente al sector de Pablo Iglesias y con el apoyo de sus cargos afines y con poder institucional en Madrid, como el entonces director general de Inspección de Trabajo y Seguridad Social, Héctor Illueca –quien será desde el viernes el nuevo vicepresidente segundo de la Generalitat–, o la directora del Instituto de la Juventud, María Teresa Pérez

La corriente de Iglesias lograba entonces por primera vez algo que le había costado seis años: una dirección valenciana totalmente en consonancia con sus tesis en la figura de Lima. La toma de control por parte de esta última a partir de ese momento fue progresiva. A nivel interno, aplicó el rodillo en la ejecutiva reducida (el llamado Consejo de Dirección dentro del Consejo Ciudadano Valenciano) y colocó a todos los de su candidatura ante la desconfianza que le producía el sector de Davó. Pocos meses después, ya a comienzos de 2021, sustituyó a esta última como portavoz en Les Corts, puesto que pasó a ocupar ella.

 Diputadas de Podem, en Les Corts. Foto: EP

   

Y en una situación de mando absoluto llegaba el pasado agosto, cuando Dalmau comunicaba que se marchaba después de constantes pulsos con Lima. El último, a cuenta del nombramiento de la persona que debía ostentar la secretaría autonómica de Justicia. Una muestra más de lo rotas que se encuentran las relaciones en el seno de la formación morada y que volvía a desencadenar un profundo descontento interno por el modo de gestionar la situación por parte de su líder.

Aunque la resolución de esta situación parecía que llegaba con Héctor Illueca como relevo –tomará posesión el próximo viernes–, la herida es sangrante. Ayer martes, un total de siete miembros de los 43 que conforman el Consejo Ciudadano Valenciano (CCV), el máximo órgano de dirección de Podem, decidían dimitir entre críticas al autoritarismo de Lima en una duro comunicado. Los cargos salientes pertenecían a la candidatura de Davó: Cristian Santiago, María García Sandoval, Rafael Mercader, Anabel Mateu, Moisés García, Ainhoa Alberola y Noelia Olivares. 

En el escrito, censuraban que la primera determinación de la líder morada fue "hacer una ejecutiva monocolor, contraria a la unidad y la integración que exigía la militancia". "Hemos intentado trabajar por esa unidad para estabilizar y  fortalecer el partido. Así, Naiara Davó, aún siendo síndica, incorporó a Pilar Lima como portavoz adjunta en Les Corts. A pesar de ello, la coordinadora general, renunciando al diálogo y al acuerdo, ha incumplido el proyecto que presentó a la militancia y su palabra de no expulsar a los otros dos dirigentes: a Naiara Davó, cesada hace 8 meses de la sindicatura de Les Corts, y ahora a Rubén Martínez Dalmau de la Vicepresidencia", explicaban.

La "inanidad"

En su opinión, todo ello ha generado "un daño irreparable para la unidad, la fortaleza y la reputación" de Podem. "La imposibilidad de debate, la falta de transparencia y el incumplimiento de los acuerdos están llevando al partido a la inanidad y provocando el desencanto de la militancia. La deriva ya se percibe imparable y, pese a que hemos intentado todo lo posible para revertirla, actualmente no hay ninguna opción real de detenerla", admitían. "Como consejeras y consejeros ciudadanos que asumimos nuestro compromiso con la transformación valenciana y los principios que levantaron este proyecto, no podemos ser cómplices del derrumbe interno, político y ético que se está llevando a cabo desde la actual dirección", añadían. 

Los miembros salientes del CCV remarcaban que, en lo orgánico, la expulsión se extendió a los equipos técnicos, trabajadores y trabajadoras de la formación morada y aprovechaban para censurar la "débil defensa política del feminismo" que se está realizando. 

 Lima y Dalmau durante la noche electoral del 28A, junto con Rosa Pérez de Esquerra Unida.Foto: EVA MAÑEZ   

El incendio se extendía una vez más, pero desde la dirección optaron por negarlo todo. Lima, en la rueda de prensa posterior a la Junta de Síndics en la que parecía una vez más que la cosa no iba con ella, afirmó que no tenía conocimiento de forma oficial de las dimisiones ni tampoco de que hubiera malestar en el seno de la formación porque existe "unidad y consenso". Con unas sorprendentes palabras que parecían salir de otra realidad, indicó que, de los siete años que lleva en la formación, es "la primera vez" que lo ve "cohesionado, fuerte, estable y estructurado" y que está "disfrutando de la vida de partido", pues cree que se puede "dialogar" y que "las diferencias se quedan dentro". Motivos todos ellos por los que se siente "orgullosa y arropada". 

"El relato de esta gentuza en medios"

Posteriormente, y mientras los grupos de Telegram de la formación daban cuenta del caldeado ambiente que se vive con conversaciones sobre las "purgas", el secretario de Organización de Podem, Carles Fons, envió un comunicado interno que no sirvió para atemperar los ánimos. En él, comentaba que la formación había sufrido otro golpe –en referencia a las dimisiones– de "quienes tienen voluntad de hacer daño político desde dentro y desde fuera".

"Siete consejeros y consejeras que han denunciado en juzgados al partido, que no asisten a las reuniones del CCV, que no participan en ningún área de trabajo como es su obligación, que no han aportado políticamente ni una propuesta, que han votado en contra de que Héctor asuma la vicepresidencia, y que cada oportunidad que tienen (inventándosela) salen a medios, lo han vuelto a hacer por enésima vez. No os descubro nada si os digo que hay periodistas rabiosos contra Podemos que sitúan el relato de esta gentuza en medios, sin contrastar con el partido", afirmó sobre sus, hasta hacía pocas horas, compañeros.

Esquerra Unida pasa a la advertencia

Lo ocurrido provocó hasta el pronunciamiento de Esquerra Unida, con la que Podem se presentó a las elecciones en coalición y forma grupo parlamentario. Su coordinadora general y consellera de Transparencia, Rosa Pérez, dio dos mensajes claros. De un lado, que lamentaba la "falta de comunicación" entre ambas formaciones, específicamente en lo que a la salida de Dalmau se refiere. Y, de otro, que EUPV es "una organización con muchísima trayectoria, con 170 concejales y doce alcaldías y con un trabajo desarrollado durante muchos años de sobra conocido por todos". Un recordatorio a Podem de su existencia previa a ellos, de los cargos con los que cuenta y, por lo tanto, una amenaza de ruptura si la cosa sigue así. Advertencia que hasta el momento no había tenido lugar en términos semejantes. 

Del tema hablaron hasta el PSPV y Compromís, a los que, aunque la crisis de los morados no afecta directamente, sí temen cómo puede interferir en la estabilidad del Consell y en los equilibrios en el seno del Gobierno autonómico. Públicamente, quitaron hierro al asunto. 

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