Parcela M3: el otro rastro de la València megalómana
Parcela M3: el otro rastro de la València megalómana
VALÈNCIA. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, continúa con su sprint desaforado de anuncios antes de la convocatoria electoral de la próxima semana, que pondrá punto y final a este tipo de compromisos para dar paso a la etapa de precampaña. Este martes, el jefe del Consell fijo su mirada en la Ciudad de las Artes y las Ciencias para anunciar una ampliación del recinto de 20.000 metros cuadrados para el que impulsará un concurso de ideas.
Más allá de que pueda existir un debate sobre si es necesario que crezca el ya de por sí enorme complejo, el espacio asignado no es un espacio cualquiera. La parcela que albergará esta prometida ampliación del complejo es la denominada M3, conocida por ser la localización de los tres rascacielos diseñados por el arquitecto Santiago Calatrava que nunca llegaron a construirse. De esta manera, Puig se compromete a domar otro 'elefante blanco', una metáfora utilizada para referirse a grandes espacios o edificaciones que nunca llegaron a ser productivos o se convirtieron directamente en ruinosos.
Parcela M3: el otro rastro de la València megalómana
El proyecto fallido, presentado en noviembre de 2004 a bombo y platillo, por el entonces presidente Francisco Camps y la alcaldesa de València, Rita Barberá, terminó por no acometerse por la inseguridad creciente en el sector inmobiliario que culminó con la crisis financiera de 2007-2008.
Posteriormente, en la etapa del también popular Alberto Fabra se introdujo la venta de la parcela año tras año en los presupuestos con distintos valores. En 2011 era de 268 millones, en 2012 bajó a 251 millones, la misma cantidad que permaneció durante 2012 y 2013 y que terminó en 191 en 2014 y 2015.
No obstante, transacción nunca se hizo efectiva, tanto por el precio fijado como por la inseguridad jurídica que llevaba aparejada, puesto que el terreno fue expropiado para un fin que finalmente no se acometería.
De esta manera, el gobierno del PP se limitó a utilizar el otrora espectacular proyecto como una especie de comodín para cuadrar los especialmente complejos presupuestos de la Generalitat en aquella etapa de crisis.
Con la llegada del Botànic (PSPV y Compromís) a la Generalitat en 2015, se eliminó este ingreso ficticio de las cuentas, aunque se optó por otras fórmulas que también se incluían aunque posteriormente no fueran a concretarse, como la famosa partida de 1.300 millones de euros reivindicativos. Ahora, tras ocho años sin un plan para la parcela y a dos meses de elecciones, Puig se sacó de la chistera este martes la citada ampliación.
Así, el presidente de la Generalitat, en el acto celebrado ayer, puso en valor la gestión económica del complejo, el cual "en 2015 perdió 30,7 millones de euros en pérdidas de explotación" y este "ha ganado más de 3 millones de euros". En este sentido, agradeció al equipo gestor la "buena acción en el ámbito económico", algo "fundamental para los proyectos del futuro". Durante la celebración del acto se proyectó un vídeo conmemorativo, en el que se ha incluido la intervención del 'expresident' de la Generalitat, Joan Lerma, y del presidente actual de CACSA, Antonio Torres.