El dueño del restaurante Garnacha Tinta reabre la mítica cervecería Don Pablo 

VALÈNCIA. La mítica cervecería Don Pablo, un clásico del almuerzo en el centro de València, reabrirá próximamente sus puertas. Y lo hará gracias al empresarios hostelero Juan Martínez, propietario y gerente del restaurante Garnacha Tinta, quien 'resucitará 'el clásico local, cerrado desde hace más de un año como consecuencia de la pandemia. Su idea es mantener el nombre y su antigua esencia, pero con una imagen "más renovada". 

El establecimiento, situado en la calle Emperador, perpendicular a Don Juan de Austria, era conocido por sus tapas y bocadillos. No obstante, el cierre de la hostelería decretado por las Administraciones por la crisis sanitaria llevó a sus propietarios a tener que cerrar sus puertas y buscar el traspaso tras 47 años de actividad.

Ahora inicia una nueva etapa de la mano de Martínez, quien durante años fue cliente del local. "Vamos a hacer una pequeña reforma para darle un lavado de imagen, pero manteniendo su oferta gastronómica, aunque introduciendo otras propuestas", explica Martínez. Entre las novedades que se van a introducir están el tomate con ventresca, una cazuela de alcachofa y jamón, pulpo ahumado o steak tartar, grandes éxitos de Garnacha Tinta, ubicado en la calle Doctor Romagosa.

"Queremos que los platos sigan siendo los mismos y que no se pierda su esencia, pero con algunos de nuestros clásicos", comenta Martínez. Eso sí, en el nuevo Don Pablo se seguirá la tradición del menú de medio día y los viernes se ofrecerá el bocata de calamares, como se solía hacer en su anterior etapa, además de clásicas tapas mediterráneas como puntillas o bravas.

Renovación para una nueva etapa

Una nueva etapa para un restaurante que llevaba desde febrero de 2021 cerrado y con el cartel de 'disponible' enmarcando sus grandes ventanales. Sin embargo, más de un año después reabrirá al público para volver a erigirse como punto de reunión de los trabajadores de la city valenciana. La operación ha sido intermediada por Olivares Consultores, que tenía la exclusividad del traspaso. 

"Es una apuesta potente, pero que afrontamos con mucha ilusión. Yo era asiduo a Don Pablo y me supo muy mal que cerrara. Por eso, queremos recuperar este emblemático local porque sabemos que va a funcionar", señala el empresario que, además, aprovechará todo su conocimiento en el sector de la hostelería para dar inicio a esta nueva aventura empresarial. 

La reforma consistirá en la adecuación del establecimiento con nueva iluminación, la eliminación del acolchado en las paredes y lijado del suelo para ofrecer un toque más moderno. El aforo se mantendrá en el interior para unos 50 comensales y unas 30 personas en su terraza. Dado que se trata de una pequeña actuación, el calendario que maneja Martínez es comenzar en breve las obras para que pueda reabrir al público a mediados de julio aprovechando el tirón del verano. En este momento, ya se han contratado a unas cuatro personas con la idea de llegar hasta los 8 trabajadores para la reapertura.