VALÈNCIA. El alcalde de València, Joan Ribó, tuvo que pronunciarse este jueves, de nuevo, sobre la Zona de Actuaciones Logísticas (ZAL) del Puerto tras las sonoras críticas de algunas plataformas sociales contrarias a la actuación e incluso manifestaciones de miembros de su propia formación, Compromís. El primer edil aseveró que, pese a no gustarle la actuación, tenía que reconocer que "ni los agricultores ni nadie en este momento plantean que pueda volver a ser huerta".
El alcalde respondía a las insistentes preguntas de la portavoz del PP, María José Català. "¿Qué quiere que le diga sobre la ZAL? ¿Que no me gustaba?", espetó el alcalde, para continuar diciendo que ostenta fotografías manifestándose en contra de la operación. "No me gustaba", subrayaba con tesón. "Es cierto, -proseguía- que incluso he presentado una moción aquí diciendo que se reconvirtiera en huerta", admitía, "pero he de reconocer que ni los agricultores ni nadie en este momento plantean que pueda volver a ser huerta, esa es una realidad".
En ese sentido, Ribó insistió en que su voluntad no es que "se pase 22 años más como se ha pasado parado con los planteamientos" del gobierno del PP. Así, dijo que "hay cosas del pasado que no se pueden rehacer y, por tanto, lo lamento muchísimo". Con todo, propuso recuperar la zona de huerta que se pueda: "Hay partes recuperables, pero lo que no se pueda recuperar, ¿qué le vamos a hacer?". Así finalizaba su intervención sobre esta cuestión en concreto.
La portavoz popular había sido especialmente incisiva en su interpelación previa, instando al alcalde a posicionarse sobre diversas cuestiones, entre las que estaba la ZAL, consciente del debate interno que ha generado en la coalición valencianista, a la que pertenece Ribó, la aprobación por parte del gobierno municipal del plan del Puerto para reacondicionar este espacio antes de que el consistorio recepcionase la obra. "Yo le he preguntado muy claramente cuál es su postura sobre el Puerto, cuál es su postura sobre la ZAL", repetía Català.
"¿Está con Marzà, con [Maria Josep] Amigó? ¿Está con el Partido Socialista -socio de Compromís en el gobierno municipal-? ¿Qué quiere hacer con la ZAL? ¿Va a permitir su desarrollo?". Desveló Català, de hecho, su intención de dejar al descubierto los desacuerdos internos de Compromís al hacer referencia a varios de sus líderes posicionados en contra de la ZAL de forma pública recientemente. Las preguntas no llegaban en un momento baladí.
Llegaban precisamente dos semanas después de que conocidos altos cargos de la coalición, entre los que estaban el conseller de Educación, Vicent Marzà, la secretaria autonómica de Política Territorial, Imma Orozco, la vicepresidenta de la diputación, Maria Josep Amigó, o el síndic en Les Corts Fran Ferri, suscribieran un manifiesto donde se cargaba contra la deriva urbanística del Ayuntamiento de València y en especial contra el proyecto de la ZAL al considerarlo "del siglo anterior" y aseverar que "no tiene razón de ser a día de hoy".
Es más, los firmantes, entre los que no había nadie del grupo municipal de València, ni tampoco del sector oficialista de Iniciativa -una de las tres patas de la coalición-, aseguraban no estar "del todo de acuerdo" con estas iniciativas urbanísticas y que no las llevarían adelante "gobernando en solitario". Por otro lado, el colectivo de Pobles del Sud de Compromís también se ha manifestado públicamente en contra de la ZAL y a favor de convertirla en un corredor verde.
Además, diversas asociaciones vecinales y ecologistas habían emprendido una campaña bajo el hastag #NoALaZal, muchos de cuyos mensajes iban dirigidos a desvelar la incoherencia de la coalición valencianista, que antes de entrar en los ejecutivos reclamaba reconvertir la zona. Pasado el tiempo desde 2015, el alcalde ha ido cambiando de discurso, al admitir que la mayoría del espacio no se podía reconvertir en huerta, si bien no ha cesado en señalar el "error" que supuso la actuación en su momento.