VALÈNCIA. "Para comprar un bote de tomate, lo tienes que hacer nueve meses antes". Palabra de Pere Fuset cuando se le pregunta por la falta de celeridad en la administración. Reconoce que al llegar al Gobierno no era consciente de lo farragosa que es la administración municipal y dice que el funcionamiento del consistorio es del siglo XIX. Precisamente este se antoja como uno de los retos del Govern de la Nau: agilizar el funcionamiento mastodóntico del consistorio y convertirlo en una administración del siglo XXI.
Pero para ello, una de las medidas imprescindibles a acometer era la salida del Plan de Ajuste, convertido en un auténtico corsé para las cuentas del Ayuntamiento de València. Aplicado desde 2012 por el elevado endeudamiento del consistorio, el Plan dificultaba el aumento del gasto e impedía la creación de nuevos organismos participados por el consistorio. El Govern de la Nau ha conseguido deshacerse de él cuatro años antes de lo previsto (2022). Un logro que la izquierda no ha parado de reivindicar desde hace un mes, cuando el alcalde, Joan Ribó, y el edil de Hacienda, Ramón Vilar, anunciaron la salida del Plan.
Con ese objetivo cumplido, se abre un nuevo y amplio abanico para el gobierno municipal, que ya está autorizado para crear nuevos organismos públicos y entes dependientes del Ayuntamiento. De hecho, Ribó ya avanzó el primero durante el Debate sobre el Estado de la Ciudad del pasado miércoles. Fue uno de los pocos anuncios de envergadura que hizo el primer edil, si bien no dio ningún plazo. Se tratará de un consorcio compuesto por los consistorios de València y de Torrent para dar solución de forma conjunta y a largo plazo "al problema de los animales abandonados".
Allí, en Torrent, València quiere construir unas instalaciones de entre 16.000 y 25.000 metros cuadrados aproximadamente. Conocidas son las importantes deficiencias del refugio de animales de Benimàmet, donde centenares de animales abandonados viven hacinados. Y la edil responasble, Gloria Tello, ha sido duramente criticada por la oposición en numerosas ocasiones debido a la inacción de su área para solucionar el problema. Incluso Ciudadanos propuso reprobar a la edil por esta cuestión.
Así que el tripartito ha aprovechado la salida del Plan de Ajuste para dar celeridad a este asunto. Pero más allá de su objeto, lo reseñable es que será el primer organismo que el Ayuntamiento prevé crear tras abandonar el Plan de Ajuste y 'abre la veda' para crear nuevos entes públicos dependientes del consistorio.
Hasta el momento, el sector público local de València estaba conformado por empresas municipales como Aumsa, la EMT, Mercavalència, o Plan Cabanyal-Canyamelar; fundaciones como Las Naves, o la Fundación del Observatorio Climático, y organismos autónomos como el Palau de la Música y la Universitat Popular.
Precisamente una de las ventajas que avalan a los entes externos es su mayor agilidad respecto al funcionamiento habitual de cualquier servicio municipal. Los proyectos se evitan así una gran cantidad de trámites y los plazos se reducen considerablemente. Es una de las vías que el equipo de gobierno pretende explorar para desatascar algunos servicios.