VALÈNCIA. Santiago Ballester (València, 1966) tiene un largo recorrido en el mundo de las Fallas. Pertenece a la falla Convento Jerusalén-Matemático Marzal desde niño, su padre es uno de los más antiguos del censo de esta comisión y él es el único caso en la historia de esta falla que ha sido presidente infantil en 1980 y presidente entre 2015 y 2018. Un recorrido que propició que en en 2019 el Partido Popular le presentara como candidato a la concejalía de Cultura Festiva a pesar de tratarse entonces de un independiente, pues no militaba en el partido.
Después de cuatro años en la oposición, en 2023 formó de nuevo parte de las listas municipales y desde que el PP ganara las elecciones el pasado mes de mayo, se convirtió en concejal de Fiestas, ahora en manos Vox después de haber entrado en el gobierno en octubre. Sin embargo, Ballester sigue siendo el responsable de Fallas. A pesar de ser una área con mucho peso en el Ayuntamiento de València, también gestiona Comercio y Mercados, dos delegaciones que han tomado especial relevancia en los últimos años y en las que, ahora, asegura centrar muchos esfuerzos para lograr revitalizarlos.
Valencia Plaza se reúne con él para conocer qué resultados están teniendo las últimas subastas de paradas vacantes de los mercados municipales, qué planes de futuro tiene para ellos, cuáles son los principales problemas que acumulan y los que tienen mayor problema para hallar inquilinos, pero también en qué soluciones trabaja el consistorio para evitar el cierre de comercios históricos en la ciudad o cómo ha afectado la apertura de Colón a los comerciantes del centro, entre otras muchas cuestiones.
-El pasado 12 de diciembre se realizó la última subasta de puestos y de las 299 se adjudicaron 5. ¿En qué mercados?
-Se han adjudicado 5 lotes. Uno de ellos eran 4 paradas, por ejemplo. Estoy contento porque además tres de ellos eran puestos de pescadería, que es lo más complicado de adjudicar. Estoy estudiando cómo darle solución porque ha caído mucho la demanda de estos puestos en los mercados municipales. De hecho, es de lo que más paradas vacantes hay.
MI INTENCIÓN ES EN DOS AÑOS TENER TODOS LOS MERCADOS REFORMADOS
-La anterior subasta que se hizo fue en septiembre. De las 467 paradas vacías, se ofertaron 200 porque el resto estaban pendientes de obras de acondicionamiento. En total se adjudicaron 25, por lo que 175 puestos quedaron sin dueño. ¿Cuál es el principal problema que está encontrando el Ayuntamiento de València para encontrar "inquilinos" y hacer atractivos los puestos?
-Para entender un poco todo hay que explicar de dónde venimos. Los mercados nos los hemos encontrado totalmente abandonados. De hecho, tuve que pedir una ampliación presupuestaria para cometer una serie de obras en el mercado de Rojas Clemente, por ejemplo, que estaba totalmente apuntalado y las obras terminaron el jueves. En el Mercado del Cabanyal también tenemos que acometer rápido actuaciones, en el de Algirós debemos resolver el tema de la climatización porque están sin aire acondicionado. No solamente las infraestructuras estaban totalmente abandonadas, sino que no se había hecho ninguna promoción, ni campaña interna, ni se habían puesto facilidades para ayudar a los comerciantes a instalarse en ellos. Mi intención es en dos años tener todos los mercados reformados y empezar ya con la promoción interna. Hemos empezado ya de la mano de ConfeMercats, que es la que agrupa todos los mercados municipales en campañas promocionales no solo productos de cercanía, temporada y frescos, sino también para que la gente quiera instalarse en los puestos. También estamos trabajando en otro tipo de ayudas, como el Bono Comercio, en el que también se incluyen los puestos de los mercados municipales. Además, ya estamos con la nueva ordenanza, en la que incluiremos modificaciones para adaptarnos a lo que hoy en día es el cliente. Es un proceso largo que puede tardar cinco o seis meses entre alegaciones y demás, pero ya nos hemos puesto a trabajar en ello.
-¿Qué principales cambios va a traer esa nueva ordenanza y qué es lo que piden los mercados municipales que incluya?
-Su principal preocupación es que haya oferta gastronómica, que se deje probar el producto cuando se acercan a una parada para poder comprar, que hoy en día es algo que está totalmente prohibido. Está claro que los mercados municipales son mercados de productos de proximidad: fruta, verdura, carne, pescado... Pero se puede combinar como ocurre en otras ciudades como Barcelona, Madrid o Sevilla, que lo llevan haciendo desde hace unos años y están teniendo un éxito brutal. No queremos que nos pase como con San Pere Nolasc o el mercado de Benimàmet, que uno nos lo encontramos cerrado y otro hemos tenido que cerrarlo porque han quedado totalmente abandonados.
-La ordenanza, como dice, es un proceso largo, pero ¿contempla entonces introducir que haya oferta gastronómica en los mercados?
-Sí. Trabajado, obviamente con ConfeMercarts, haremos las modificaciones que se consideren. Pero que nunca desvirtúen la idea de lo que es un mercado municipal. Lo importante es que la ordenanza sea lo suficientemente abierta, que no esté tan restringida, para permitirnos tomar decisiones y no acudir de nuevo a una modificación legal.
La gente joven nos está pidiendo abrir los mercados por las tardes. Es algo que puede contemplar la nueva ordenanza
-¿Y algún cambio en el que estén trabajando más dentro de esa ordenanza?
-Ahora tenemos un primer borrador y veremos aquellos cambios que se pueden acometer y los que no. La gente joven, por ejemplo, que se está quedando los puestos en las subastas es partidaria de abrir por las tardes y nos lo están pidiendo. Y la cultura de la compra hay también que cambiarla. Si se abre por las tardes, los propietarios de paradas actuales, además, van a poder descansar más. El 51% de la compras se realizan por la tarde y se está dejando ahí una importante cifra de negocio... La gente joven esto lo tiene mucho más claro. Todo eso trabajando con Confemercats, por supuesto.
-¿Entonces esto es una cosa que estudian que contemple la ordenanza?
-Claro. Dentro de todo el articulado estamos trabajándolo todo.
-Se dijo que se haría una auditoría de las infraestructuras, de los edificios. ¿Cómo va esa auditoría? ¿Qué peso creen que tienen a la hora de adjudicar los puestos?
-Tenemos las necesidades de todo lo que necesita cada mercado. Es un importe muy elevado que queremos acometer en dos años y ejecutarlo. Es un proceso largo porque lo primero es la dotación, después el proyecto, la ejecución...
Algirós, Castilla y Convento son los mercados que más nos preocupan
-¿En qué mercados de la ciudad están encontrando más problemas para ocupar paradas?
-En Benimàmet, si se hubieran adoptado las medidas oportunas, creo que ese mercado lo podríamos haber salvado. Es cierto que un mercado, como cualquier negocio, una vez se cierra volverlo a abrir es dificilísimo. El mercado de Mosén Sorell dentro de Ciutat Vella tomamos unas medidas y ahora ya está totalmente tremendo. El resto de mercados están bien, lo que pasa que son muy grandes; pero el Mercado del Grao funciona muy bien, o que el mercado del Cabanyal tenga 15 paradas vacías no es grave porque es un mercado muy grande. Y lo mismo ocurre con el Mercado Central o el de Ruzafa. Pero Algirós y Castilla... en esos sí que tenemos que tomar medidas muy rápido para evitar que se pierdan. El de Castilla no solo necesita una rehabilitación integral de todo, sino que es el que más paradas vacías tiene. Y el mercado de Convento también... Es muy pequeño y no están adjudicándose paradas, por lo que queremos centrar esfuerzos en él. Este mercado en particular, además, está afectado por grandes superficies de alimentación que los tiene cerca.
-Uno de los grandes hándicaps es el relevo generacional. ¿Ahí qué puede hacer el Ayuntamiento?
-Nosotros lo que estamos haciendo es facilitar todos los traspasos: bien sea generacional o para otro propietario que quiera instalarse... Hacerlo rápidamente y sin poner ningún problema. Y desde Mercavalencia estamos trabajando en un proyecto de formación conjunto con la Conselleria. Existe demanda de puestos de mercados de pescado y carne, pero no hay profesionales que sepan hacer los cortes, por ejemplo. Normalmente solo hay una persona en el puesto y si no tiene relevo generacional o no tiene a nadie que le vaya a relevar que sepa hacer ese corte... pues es complicado ocuparlos.
Los mercados agrícolas ejercen una clara competencia desleal. venden lo mismo, pero sin pagar las mismas tasas y no pasan las mismas medidas fitosanitarias
-Respecto a los mercados agrícolas y la tira de contar. Un informe de competencia de la Generalitat señalaba que los mercadillos agrícolas no infringían ninguna norma. ¿Se van a mantener?
-Nuestra postura en ese sentido es clara: es una competencia en toda regla. Venden los mismos productos que se están vendiendo en el interior de los mercados municipales, pero con una tremenda diferencia: no tienen las mismas medidas fitosanitarias, no pagan las mismas tasas y encima a precio más barato. No solamente es una competencia desleal para los mercados, sino también para muchos de los negocios que se instalan alrededor de los mercados y que están relacionados directamente con la alimentación, sobre todo productos de la huerta. Existe una tira de contar y existe en un solo sitio que es en Mercavalencia. Yo animo a todos esos agricultores a vender sus productos en la tira de contar; tenemos sitio y funciona de maravilla. En el Mercado de Colón, que sabes que no depende de mí porque es Aumsa, pagan tasas altísimas cuando los puestos que se estaban montando a la salida del parking pagan 1,65 euros cuando montan... La diferencia es brutal y además venden mucho más barato que los que están escondidos en la parte de abajo. Eso es competencia desleal.
-Competencia sí apuntaba a deficiencias en la selección en la tira de contar de Mercavalencia, ¿van a realizar algún cambio?
-La gente que accede a los puestos de la tira de contar está recogido en la ordenanza. Ellos pusieron qué personas podían acceder a estos puestos...
Se nota una gran afluencia en los mercados a raíz de recuperar el acceso al centro, los comerciantes de ciutat vella lo estaban reclamando
-Hace apenas un par de semanas se volvió a abrir el tráfico en Colón y volvieron más líneas de autobús a la plaza del Ayuntamiento. ¿Cree que medidas de ese tipo beneficiarán al comercio?
-Por supuesto, sin duda alguna. Los comerciantes de Ciutat Vella lo estaban reclamando. Estaban muriendo todos los negocios. Un estudio elaborado por Comercio Centro Histórico confirmaba que se estaban cerrando locales de forma constante, tanto por la APR como por la restricción de acceso al centro. Se habían quitado muchas líneas de acceso al centro y cuando tu vas al centro al mercado, por ejemplo, vas con el carrito... Ahora están contentísimos los comerciantes y los mercados y se nota una gran afluencia estos primeros días precisamente por los accesos nuevos que se han creado. Han vuelto clientes que habían dejado de venir, sobre todo gente mayor.
-En los últimos ocho años cerca de una veintena de comercios emblemáticos del centro de València han bajado la persiana. La Asociación de Comerciantes explicaba que el turismo tiene un importante impacto en el consumo de esas tiendas tradicionales, pero a pesar de que las cifras del turismo no son malas, los comercios siguen cerrando. ¿Qué problema hay detrás de esto?
-Nosotros hemos encargado un estudio que espero tenerlo pronto, en febrero, que va a estudiar precisamente eso: por qué se está cerrando, cuáles son las preferencias de los clientes, los horarios, va a ser muy completo. Pero yo he hablado con Confecomerç y el principal problema es el relevo generacional y eso va unido al precio del alquiler de los locales del centro. Porque cuando llegan a una edad de jubilarse, si no tienen relevo generacional... optan por alquilar su local, que además les permite complementar su jubilación.
-¿Y en qué medidas piensa el Ayuntamiento para que esto no suceda?
-Nosotros trabajamos con líneas para modernizar su visibilidad en redes sociales, en que implementen formas diferentes de distribución, el bono comercio... Nosotros podemos ayudar no solo en líneas directas de subvención, sino también apoyando a la gente que quiere explorar estas nuevas medidas que ayudan a mantener los negocios y que permiten que exista un relevo generacional.