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VALÈNCIA. Una mujer se queda paralizada cada mañana delante de su puerta antes de ir a trabajar. Cada día se detiene un poco más. Lo que no sabe es que alguien la está observando. Esta es la misteriosa sinopsis de ‘Ser ficción’, que se estrena dentro de las Sesiones Especiales de Mostra de València. Se trata del primer largo codirigido por Emilio Encabo y Àlex Andrés, un proyecto autogestionado e íntegramente rodado en Sagunt.
Encabo y Andrés habían sido hasta ahora tándem teatral, además trabajan juntos desde el año 2000 en el montaje final de los estudios escénicos del IES Clot del Moro de Sagunt. De ahí surgió la idea de hacer un corto y ahora han adaptado la trama al formato de largometraje con tres de sus ex-alumnas como protagonistas: Carla Pascual, Ainoa Alpuente y Olivia Charco.
El principal cuestionamiento del film es “por qué necesitamos las cosas irreales para poder mantenernos vivos y especialmente investigar esta cuestión entre los jóvenes; o lo que es lo mismo, cómo necesitamos la ficción y acabamos por integrarnos en ella, a veces con ensoñaciones y mentiras”. Y es un tema que sigue apasionándoles porque van a convertirlo en trilogía. La segunda parte casi está acabada y ya preparan la tercera.
No se trata de una película de cine independiente, según sus creadores aseguran: “Es una cinta de micropresupuesto, que es algo que en Estados Unidos se hace mucho, ya que ni siquiera podemos considerarnos dentro del cine alternativo, pues esos rodajes cuestan en torno al millón de euros". Su pulsión creativa les hace superar las dificultades, pues no han contado con ningún tipo de ayuda para poder llevarla a cabo: “Nosotros, que venimos del teatro y de la música, estamos acostumbrados a crear sea como sea e ir solventando dificultades. En un principio, no tener financiación es un problema, pero con ese espíritu teatral, hemos convertido esas limitaciones en posibilidades. Con ayudas, el camino sería mejor, pero tampoco seguimos los ritmos de la industria convencional”, declara Andrés.
Sienten como principales referencias el cine independiente de los 80 y los 90, de Jarmusch y Rohmer, por ejemplo, por eso han tratado de hacer una película, sobre todo amable: “Es una historia muy chiquitita y cálida, que es algo que no se ve últimamente, ya que todo es drama y personajes muy torturados. De eso va la película: de cómo las historias bonitas nos ayudan a reconectar en nuestra vida”, matiza Encabo.