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Charla #EnModoAvión sobre la ‘Lógica humana para Smart cities’ 

'Smart Cities': ¿hacia dónde vamos?

5/12/2019 - 

VALÈNCIA. La nuevas tecnologías han irrumpido con fuerza en la sociedad. Las ciudades no han sido ajenas a esta transformación experimentando importantes cambios en la forma de relación entre sus ciudadanos, cada vez más conectados. Y es que las smart cities pueden convertirse en una oportunidad para conseguir ciudades más humanas y sostenibles en beneficio de una mejor calidad de vida de sus vecinos. "Tenemos que orquestar una tecnología humanizada", subrayó Bianca Dragomir, directora de la asociación líder en el sector de las tecnologías limpias en España, Avaesen.

Unas reflexiones sobre el futuro de las ciudades que se pusieron encima de la mesa en la charla 'Lógica Humana para 'smart cities', organizada por Cuatroochenta y Ciudadanos Digitales, que ahondaron en el concepto de ciudad inteligente, aquella en la que confluyen la administración, las empresas y, sobre todo, la ciudadanía. Un debate moderado por Mariola Cubells y en el que participaron  Ramón Ferri, jefe de proyectos TIC y de la Oficina Ciudad Inteligente en el Ayuntamiento de València; Antonio Rodríguez de las Heras, ex director del Laboratorio del Centro EducaRed de Formación Avanzada de la Fundación Telefónica; Joan Olmos, profesor de Urbanismo de la Universitat Politècnica de València y Bianca Dragomir.

Inteligencia, sostenibilidad e innovación son algunos de los factores que confluyen a la hora de generar estrategias de futuro en las urbes, aunque todavía queda mucho por hacer, sostuvo Ferri. "La tecnología no es para hacer una ciudad en la que el ser humano no existe, está para ayudar a resolver problemas públicos con una herramienta mucho más potente de las que teníamos hace años", resaltó.

Y es que como apuntó Rodríguez de las Heras, la sociedad vive en un espacio "sin lugares y en un tiempo sin demora". "Estamos en un espacio en el que vas de un lugar a otro lugar y otro que llevamos incrustado, una prótesis con la que estamos percibiendo y aceptando otro concepto de lugar y tiempo", sostuvo. Una gran máquina como son las ciudades que poco a poco "abduce" y con la que el ciudadano debe poder comunicarse para no acabar dominado.

"La tecnología nos puede ayudar a vivir mejor, pero la técnica no es neutral. La ciudad inteligente parte de la tecnología, pero, además de ser la mejor herramienta para ello, es una experiencia humana y eso lo tenemos que tener presente", enfatizó Dragomir, quien reivindicó el papel de la ciudad como instrumento de progreso y de bienestar. "En la Comunitat estamos viendo cómo estamos pasando de hablar del qué al para qué, de ciudades frías a ciudades con futuro en las que se están solucionando los grandes retos de la humanidad con tecnología más humanizada", señaló.

Sin embargo, Olmos puso el tono discordante afirmando que ciudad e inteligente son dos conceptos contrapuestos dado que "la ciudad no se gobierna con la tecnología". "Existe una gran brecha digital que tienen ver con la edad, con ser hombre o mujer y solo por eso debemos pararnos a pensar si tiene sentido proponer un foro digital", manifestó. A su juicio, la ciudad ha pasado de ser "democrática" a convertirse "en un espacio de experimentación de políticas neoliberales". "Estamos perdiendo el control. Ahora se habla de poner a las ciudades en el mapa y no se habla de los ciudadanos", reivindicó.

Pero, ¿es compatible una ciudad conectada e inteligente y, a la vez, cuidadora de sus ciudadanos? "Está en nuestras manos articular el cambio. La gente siente desconexión con este mundo porque lo ve distante ante la falta de habilidades digitales. Pero la ciudad es el escenario perfecto para conectar porque son como máquinas del tiempo porque estamos viendo y proyectamos el futuro. Queda mucho por hacer, pero este proceso es irreversible", resaltó. Pero, para ello, señaló que es necesario orquestar tecnología humanizada porque será entonces cuando cambie "la calidad de vida". 

Para Olmos, en el tamaño radica la diferencia porque su crecimiento descontrolado supone una ruptura con el confort y la habitabilidad. "Las tecnologías solucionan muchos problemas, pero no están para resolver problemas éticos y políticos. La brecha digital es profunda, y seguirá siéndolo y eso significa que mucha gente esta fuera de este debate", señaló. 

Distopía tecnológica

Las series se han convertido en una especie de ventana sobre cómo será ese futuro. Y en ese imaginario las ciudades se abren hueco en el imaginario. Al respecto, Rodríguez de las Heras se refirió al fenómeno de la distopía tecnológica que invade el panorama audiovisual que proponen metrópolis con un futuro catastrófico que llega a un nivel de congestión insoportable. "Proyectan una sensación insostenible que tiene una concentración humana más allá de los límites con un urbanismo brutal", admitió. Así, apuntó al uso de la tecnología para evitar que se cumplan esas proyecciones. "Esta tecnología que llamamos inteligente debemos conseguir que nos permita salvarnos de la concentración. Se clama por un nuevo humanismo porque lo que hay en el umbral es una revolución cultural", afirmó.

Desde el punto de vista más institucional, Ferri defendió el uso de los datos como una fórmula usada desde hace 200 años, aunque con distintas metodologías. "Podemos estar tranquilos porque a diferencia de China, la legislación española protege al ciudadano y obliga a la administración pública a cumplir la normativa. Además, avanzó algunos de los proyectos en los que trabaja el consistorio valenciano para hacer una ciudad más conectada, eficiente y sostenible. "Estamos introduciendo sensores en los contenedores de plástico en ciertas pedanías y también en la Almoina para ver temas de humedad, roturas, y se hará también en otros patrimonios".

 

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