Hoy es 7 de octubre
TORREVIEJA. La manera con la que se iba a integrar el personal del Hospital de Torrevieja era una incógnita desde que Sanidad anunciara, el pasado mes de octubre de 2020, el fin de la concesión que gestionaba el grupo Ribera Salud. En marzo, el PSPV, responsable de la Conselleria de Sanidad, lanzó la idea de crear una empresa pública de salud para asumir al personal del departamento de Torrevieja (1.400 personas) y, al mismo tiempo, integrar el servicio de las resonancias.
Sin embargo, conforme han pasado los días el proyecto de la empresa pública ha generado más rechazo que adhesiones, incluso dentro del Gobierno del Botànic, lo que ha llevado a la Conselleria de Sanidad a anunciar este jueves 24 de junio, festivo en toda la Comunidad Valenciana, que finalmente el personal de Torrevieja se integrará siguiendo la reversión que se hizo en el Hospital de Alzira; es decir, dentro del sistema público de salud. La soledad del PSPV en este asunto no le ha dejado margen de maniobra: el proyecto de la empresa pública no tenía apoyo, ni político, ni sindical.
La pérdida de apoyos a la idea del PSPV era evidente desde que Compromís y Unides Podemos venían anunciado su rechazo al modelo de la empresa pública. Lo habían hecho de forma pública, en Les Corts Valencianes y en reuniones con los propios representantes sindicales de los trabajadores. Incluso valencianistas y morados habían presentado alegaciones en su contra. El anteproyecto de la empresa había llegado tres veces al consellet del Gobierno valenciano -la reunión previa al pleno del Consell- y había quedado aparcado. De puertas hacia afuera siempre se objetaba que se estaba buscando la mejor solución o salida para este tema. Las discrepancias eran evidentes, y además, tangibles: Compromís y Unides Podem no compartían la fórmula elegida por el PSPV en esta materia.
La Conselleria de Sanidad defiende que nunca se cerró a ninguna opción. Es decir, que sobre la mesa estuvo la empresa pública, pero también la incorporación de todo el personal de manera directa. "Siempre hemos estado en la autopista de diálogo y continuamos en este proceso de diálogo y escucha", dijo el 16 de junio en València. En todo, ha insistido en que para el acceso a la función siempre es mejor seguir "el principio de igualdad, mérito y capacidad".
Paralelamente, también había otra cuestión que comenzaba a ser un problema: nadie de la cúpula de Sanidad se había reunido con el comité de empresa de Torrevieja, lo que llevó a los representantes de los trabajadores a manifestarse casi todos los viernes en las puertas del Palau de la Generalitat, a veces solos, a veces con otros colectivos. La presión, por tanto, se llevó a la vía política y a la movilización en la vía pública, mientras seguía el silencio del departamento que dirige Ana Barceló. También la plataforma 100x100 de la Vega Pública, que ha venido exigiendo y respaldando el fin de la reversión, también se había opuesto a la fórmula de la mercantil pública.
Las posiciones parecían intactas hasta que la vicepresidenta de la Consell, Mónica Oltra, mantuvo un encuentro este martes con los representantes de la Sindicatos de Mesa Sectorial de Sanidad, entre los que se encuentran los delegados del Hospital de Torrevieja. Allí, Oltra trasladó su postura de manera sincera: su rechazo al proyecto de la empresa pública ideado por el PSPV. En alguna comparecencia tras el pleno de Consell, la propia Oltra tuvo que contemporizar más su postura alegando que se estaban buscando una salida satisfactoria para todas las partes. Pero el martes fue directa y propuso aplicar el modelo de reversión que había desplegado en Alzira a Torrevieja; esto es, que el propio sistema público sanitario asumiera el personal, aunque con mejoras, que vendrían dadas por el convenio colectivo del departamento de salud más occidental de la Vega Baja.
Ante esta declaración de la vicepresidenta, el PSPV ya no tenía salida: el proyecto de la empresa pública estaba condenado a la muerte, o a forzar las cosas con los socios y, por tanto, una crisis en el Consell, algo que podría derribar el mito que vienen vendiendo en el Botànic de que sus relaciones son un oasis y el Gobierno de la Generalitat es una referencia para el resto de España. Pero ni siquiera el propio president Puig tampoco se había empecinado en ello: también habló de buscar la mejor salida posible.
Sólo el síndic socialista, Manolo Mata, ha defendido con mucha vehemencia el proyecto de la empresa pública y había marcado ciertas distancias a la hora de seguir la senda de Alzira. La oposición en Les Corts, PP, Cs y Vox, rechazaba la empresa pública y la propia reversión.
Así que ante este callejón sin salida en el que estaba el PSPV, ante la pinza de sus socios, la conselleria de Sanidad convocó el jueves al comité de empresa de Torrevieja, primero en el Hospital, después en el auditorio de la ciudad. Y allí, Ana Barceló, anunció este jueves -día festivo- que la propia Generalitat Valenciana asumiría el personal, como se hizo en Alzira.
Barceló justificó la decisión en que esta era el resultado del diálogo. Un proceso en el que se ha escuchado y tenido en cuenta las opiniones y aportaciones realizadas por todas las partes. "El objetivo primordial es el de prestar una asistencia de calidad a la población del departamento, ya que para la conselleria lo más importante es que los ciudadanos estén perfectamente atendidos a través de una cartera de servicios de calidad", destacó la titular de Sanidad en un comunicado. No hubo más explicaciones en público.
Pocos detalles trascendieron. Según ha podido saber Valencia Plaza, Barceló les transmitió a los representantes de los trabajadores de Torrevieja que se seguiría el modelo de integración aplicado en el Hospital de Alzira. Es decir, que los trabajadores pasarán a ser personal laboral fijo a extinguir y posterior estaturización de la plaza a largo plazo a medida que vayan quedando vacantes. Es decir, los sanitarios ocuparán esa plaza fija en la plantilla de Sanidad, mientras no la abandonen o se jubilen. Una vez ocurra eso, las plazas saldrían a concurso.
Por otra parte, Barceló no despejó la duda de si la fórmula de la empresa pública de salud se aplicará o no para las resonancias, tal y como se pretendía y que había despertado el rechazo de los radiólogos. Los sindicatos del comité de empresa quieren que Barceló abandone ese proyecto de manera definitiva, independientemente de que para Torrevieja se haya optado la fórmula de la gestión directa.
Las reacciones de los políticos no se hicieron esperar por parte de los principales actores políticos. Compromís y Unides Podem expresaron su satisfacción porque finalmente Sanidad dejase atrás el modelo de la empresa pública y optase por asumir a todo el personal de manera directa. El portavoz de Compromís en asuntos de Sanidad, Carles Esteve, auguró que esta decisión marcaría las próximas reversiones, como la de Elche y Dénia, que son las próximas en caducar.
El PSPV siguió defendiendo el modelo de la empresa pública a través de Manolo Mata. "Que la reversión del departamento de salud de Torrevieja se llevara a cabo a través de una empresa pública era una buena opción" pero "si al final pasa por la integración en la Conselleria, genera algún que otro problema que iremos resolviendo, como hemos hecho con (el departamento de salud de) la Ribera", apuntó.
El PP, sin embargo, fue más contundente contra la decisión de Ana Barceló. "Es inaudito e insostenible, ha jugado con la salud de miles de personas y con cientos de puestos de trabajo". "Con la desaparición de su empresa pública debe desaparecer la consellera que la ha defendido, porque la consellera, al igual que su modelo, dan error", señaló el diputado José Juan Zaplana, en un comunicado.