VALÈNCIA. Cuando hablamos de escultura acostumbramos a pensar en materiales robustos como el mármol o el acero, bloques que terminan desvelando formas a veces impensables. Nos vienen a la mente grandes obras como el Éxtasis de Santa Teresa de Bernini o el Peine del viento de Chillida. El material de base del arte, sin embargo, no siempre tiene por qué ser pesado. De hecho, puede ser tan ligero como la luz. Ese es, precisamente, el mármol, el acero o, incluso, la pintura con la que construye su universo creativo el estudio valenciano Radiante Light Art Studio, que en este 2024 cumple diez años desde que comenzara su andadura. Lo hacen, además, con un pan bajo el brazo, pues en apenas unos días recibirán el Premio de Creación PRECREA en la categoría ‘Diseño y Creatividad Tecnológica’, que otorgan cinco universidades públicas valencianas, un palmarés que comparte con creadores de otras disciplinas como Pilar Pedraza o la Federación de Coros de la Comunitat Valenciana.
Este premio destaca su labor como unos de los pioneros en el desarrollo de técnicas como el mapping, píxel mapping y láser mapping, técnicas que conectan arte y tecnología y con las que han iluminado pabellones y templos alrededor del mundo. “Nos especializamos en crear obras de luz que resuenan con la arquitectura y las personas, con el objetivo de transformar espacios y percepciones. Estamos encantados de recibir este premio, que hayan ido más allá de la esfera académica y hayan valorado nuestro trabajo vinculado con el diseño, el arte y la luz supone un orgullo para todo el estudio”, explica el director del estudio, Manuel Conde. Es precisamente la arquitectura de base una de las muchas claves con las que el estudio juega en un proceso de confección que acaba vistiendo cada inmueble, cada estructura sobre la que trabajan, con un traje lumínico hecho a medida.
Tanto la luz como el sonido han dado forma a proyectos que desde València han iluminado desde Estados Unidos a Europa. Algunos de los más reciente tienen mucho que ver con el ámbito musical, pues hace apenas unos meses crearon se aliaron con Sony Music Spain para la creación de la pieza artística Ultrabelleza, con la que la cantante María José Llergo presentó su nuevo álbum. En 2022 fueron los encargados de dar vida al Ágora del Diseño, el pabellón instalado en la plaza del Ayuntamiento durante la Capitalidad Mundial del Diseño, o el proyecto artístico Arquitecturas etéreas, que junto con Miguel Arráiz y en colaboración con el Consorci de Museus, desplegó una serie de esculturas lumínicas en las que la luz láser atraviesa una urna de metacrilato transparente con atmósferas de partículas en suspensión. El Centro Botín o el Teatre Principal, donde participaron en el montaje de Valenciana, la obra sobre la València de la época de la Ruta del Bakalao de Jordi Casanovas, han sido otros de los escenarios de Radiante, cuyos ‘tentáculos’ de luz han llegado hasta el desierto de Nevada.
Fue en el contexto del festival Burning Man donde firmaron uno de sus primeros y más icónicos proyectos, un trabajo de ida y vuelta que supuso la plantà de una falla en Estados Unidos. El proyecto Renaixement se dibujaba como un homenaje al edificio histórico de La Lonja de València, un espacio proyectado por el colectivo Pink Intruder que incluía en su decoración rostros que miraban a los ninots de falla o una base que homenajeaba a la cerámica de Nolla. En pleno desierto se levantó la estructura, que más adelante se ubicaría en el claustro del Centre del Carme, una construcción que cobró vida con las coreografías de luz diseñadas por Radiante.
Pero, ¿qué hace de un proyecto como el que diseñan un éxito?¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta la ‘escultura’ de luz? Es el propio estudio el que, con motivo de su décimo aniversario, desgrana para Culturplaza algunas de las claves de cinco de sus proyectos más reconocidos.
“¿Como se diseña el símbolo del diseño? Fue y sigue siendo una cuestión que va más allá de la estética para abordar cómo la luz afecta psicológica, social y biológicamente a la ciudadanía y a otros seres vivos. La tarea de diseñar la luz en nuestras ciudades, un símbolo de diseño en sí mismo, implica equilibrar estudios contradictorios que concluyen en la necesidad de oscuridad y colores similares al ocaso en favor del bienestar biológico, con otros estudios que señalan los beneficios psicológicos y sociales de mantener el espíritu ciudadano activo.
Nuestro diseño nos llevó a desarrollar nuestro propio software de control de iluminación arquitectónica, presentando colores vibrantes que gradualmente cambiaban a tonos ocres dependiendo del horario hasta llegar a apagarse con la madrugada, uniendo así bienestar, estética y ahorro energético. Pero lo más impactante fue la pieza de light art del interior, cada noche había permanentemente decenas de personas jugando con ella y grabando sus coreografías para redes sociales. Estos espacios de juego son importantes en las ciudades, València debería contar con el arte lumínico de manera equilibrada y permanente en sus calles, cuesta lo mismo que poner una farola del modelo “Exposición” y genera más beneficios”
"En el fascinante y a veces extremo mundo del Burning Man, nos enfrentamos a un reto que podría parecer sacado de una película de ciencia ficción. Imagínate un lugar donde la naturaleza se muestra en su forma más salvaje: tormentas de arena y viento, lluvias inesperadas, y temperaturas que en un solo día pueden oscilar entre los abrasadores 40º y los gélidos 5º. En estas condiciones, cualquier escultura lumínica convencional, como las que habíamos creado hasta entonces, no habría sobrevivido ni 48 horas.
Nos pusimos creativos. Diseñamos un sistema espectacular, capaz de realizar coreografías lumínicas increíblemente detalladas dentro del templo creado por Miguel Arráiz y David Moreno. Pero aquí viene lo mejor: calculamos que el reflejo de nuestra luz en la arena sería suficiente para revelar lo más valioso de la falla cuando te acercaras - las caras de los ninots en su piel dorada.
Y aquí llega lo más curioso: en ese ambiente tan hostil, los únicos chips que resistían eran modelos antiguos de los años 90. Fue un poco como si pusiéramos a Raphael a bailar al estilo de Sol Picó. Así que, en medio de ese caos desértico y extremo, logramos combinar tecnología retro con innovación artística para crear algo verdaderamente único. Y eso, es la magia del Burning Man".
"Ensayo a ensayo Jordi Casanovas moldeaba un texto y dirigía una acción que ocupaban un espacio considerable en la percepción del público. Por lo tanto, era imperativo que la videoescena trabajara en armonía con estos elementos, en una posición espacial y emocional que fuera de lectura fácil y gran impacto.
Estamos orgullosos de aquel exhaustivo estudio de los escenarios reales en los que se desarrolla la obra, que culminó en la síntesis gráfica y en cierto modo lumínica mas absoluta"
"María José Llergo y su talentosa manager Laura Llamas quedaron encantadas con nuestro cierre de temporada en el Teatre el Musical, con el espectáculo Ruido Blanco que montamos junto a Luna y Panorama de los Insectos. Algo después, nos lanzaron un emocionante desafío: crear algo especial para la presentación de Ultrabelleza, el nuevo disco de María José.
El gran reto siempre es superar las expectativas creadas por tus éxitos anteriores. Para esta ocasión, optamos por un gran estudio fotográfico con un suelo de moqueta blanca, donde armamos una instalación inmersiva con láser y una atmósfera de niebla suave. Creamos un espacio donde uno pudiera acostarse, contemplar y, lo más importante, sumergirse en la experiencia de escuchar activamente el nuevo álbum de María José.
Fue una experiencia única, donde la música, el arte y las asistentes se fusionaron para crear un momento inolvidable. Es lo que buscamos siempre, experiencias que no solo se ven o se escuchan, sino que se viven y se sienten".
"En nuestra trayectoria, hay una obra que destaca por su tiempo en escena y su frecuencia de exposición. Nació, casi por casualidad, en un taller de investigación que compartimos con el diseñador y docente de la EASD, Dionisio Sánchez, y el artista y arquitecto Miguel Arráiz. Todo esto tuvo lugar en el Centre del Carme, bajo la dirección de Jose Luis Perez Pont. Pero fue en el Centro Botín de Santander, un lugar que para nosotros es el epítome de lo que debería ser un centro de arte privado, donde realmente echó raíces.
La inauguración fue algo especial. Incluso la directora del centro no pudo resistirse a interactuar con la obra, lo que dice mucho de su impacto y de como debe ser una directora de un centro de arte. Durante los aproximadamente 20 días que estuvo expuesta, la gente hizo cola para verla. Es esa clase de éxito que nos recuerda por qué hacemos lo que hacemos. Una obra que no solo captura la atención, sino que invita a la participación y al diálogo, eso es lo que buscamos siempre. Y vaya si lo conseguimos con esta pieza"