VALÈNCIA. A los propietarios de Urbem cabe reprocharles que son tal vez el peor ejemplo de convivencia accionarial de la Comunitat Valenciana, pero no se les puede negar un agudo sentido del espectáculo. Tras más de una década de guerra sin cuartel entre José Pastor y Carlos Turró por el control de la promotora, los contendientes siguen encontrando el modo de sorprender a propios y extraños. En esta ocasión lo sucedido ha sido un auténtico disparate mercantil: la celebración de dos juntas consecutivas para elegir al administrador único de la sociedad, cada una convocada por una de las partes.
Ocurrió los días 3 y 4 de septiembre, según trasladan a este periódico fuentes empresariales. La primera convocatoria fue de carácter extraordinario y se produjo a instancias de Carlos Turró, cuyas últimas ofensivas se producen tras lograr el pasado mes de octubre que el Tribunal Supremo tumbara las ampliaciones de capital realizadas en su día por su rival. Su baza es este pronunciamiento de la justicia, en función del que se arroga el control de un 55,2% de la mercantil.
Con este argumento el empresario logró forzar la junta del día 3 -al parecer por vía judicial- en la que habría logrado desbancar a José Pastor como administrador único de Urbem. La cita tuvo lugar en la notaría de Don José Alicarte y había sido convocada el 1 de julio, según reza en la convocatoria. El empresario, que solo tres meses antes -el pasado mes de junio junio- había perdido en un primer intento por lograr el control tras la sentencia, rehusó este lunes a explicar con qué criterio se fijó la representación de cada accionista para resultar vencedor en el segundo intento, el del 3 de septiembre.
En la mencionada primera junta de junio Pastor conservó la mayoría con el siguiente argumento: si las ampliaciones de capital de 2006 y 2011 quedaban anuladas por la sentencia también lo estaba la suscrita entonces por Inversiones Mebru, la sociedad de Turró. En consecuencia, todas las ampliaciones se consideran actualmente 'por suscribir', según argumentan, motivo por el que se atribuyen el 64% de la mercantil -el porcentaje que tenían antes de la primera ampliación-.
Con esta arma, y en respuesta a la junta convocada por Turró, el mismo 1 de julio Pastor convocó la junta general de Urbem, prevista en el número 50 de la Avenida de Francia, para el día 4 de septiembre, el siguiente al fijado por Turró. Y fue así, en base a los porcentajes que constan en el Registro Mercantil, como José Pastor se atribuyó la mayoría del capital la empresa para ser elegido administrador único en la última junta. El empresario también rechaza ofrecer los detalles de este tira y afloja por el control de la propiedad.
Ahora, como cabía esperar, el escenario es de rechazo de ambas partes al resultado de la junta convocada por el contrario. Turró, de hecho, ha recurrido la segunda junta, circunstancia que suma un nudo más al enredo judicial en el que se haya inmersa la promotora.
Cabe apuntar que los problemas de Turró para acceder al control de Urbem pese a contar con una sentencia a favor son de carácter económico. Su empresa, Inversiones Mebru, se encuentra en concurso, de modo que difícilmente podrá suscribir las millonaras ampliaciones de capital anuladas.
Además, como en cualquier concursada, quien toma las decisiones en la firma no es el propietario (Turró), sino su administrador concursal. Para colmo, los principales acreedores de Mebru son Vicenta y Maribel, las hijas de José Pastor, que adquirieron los créditos de su rival en una astuta maniobra para lograr una postura de fuerza por el control de la empresa.