VALÈNCIA (EFE). El expresidente del Gobierno José María Aznar ha asegurado este lunes, preguntado por las leyes de Concordia impulsadas por varias autonomías donde gobiernan PP y Vox, que “todo lo que suene a concordia” le “suena bien”.
Aznar, que ha pronunciado una conferencia durante las jornadas 'Memoria y Legado de la Transición' organizadas por la universidad CEU Cardenal Herrera de València, ha incidido en que “reescribir la historia es lo más absurdo que se puede hacer” y ha resaltado que lo debe hacerse es “interpretarla correctamente y no manipularla”.
Así, ha reconocido que el asunto de la memoria democrática le “cansa un poco” y ha recordado que el 21 de noviembre de 2002 el PP impulsó una moción por la que “se condenaba el alzamiento militar de 1936, se reparaba a las víctimas del franquismo y se impulsaban ayudas para recuperar a personas desaparecidas”.
“Mi gobierno aprobó normas sobre reparación de víctimas sin distinción”, ha explicado el expresidente, quien ha criticado que haya "una parte de la izquierda que padece una indigencia intelectual muy grande y cada quince días tiene que escarbar entre los restos de Franco porque si no, no pueden vivir”.
También ha preguntado si hay algún dirigente de la izquierda que haya “condenado el golpe socialista sobre la II República en 1934” y ha reivindicado que el PP ha “demostrado en el diario de sesiones, no en un bulo”, lo que ha hecho.
“Si hablan de memoria, la tengo estupendamente en forma y la Transición se hizo exactamente para mirar al futuro, eso es lo que debemos volver a conseguir”, ha señalado Aznar, que ha concluido que durante sus ocho años de gobierno mantuvo “el espíritu de la Transición”.
Aznar ha defendido igualmente, y ante “los deseos” del jefe del Ejecutivo español, Pedro Sánchez, de reconocer Palestina, que el Estado palestino "no existe” y, por tanto, “no se puede reconocer”.
“Y si se crease ahora, ¿quién lo iba a gobernar, Hamás? Si a Hamás Palestina le importa un churro y lo único que quiere es organizar un califato, expulsar a Israel y por tanto a Estados Unidos y al mundo occidental”, ha criticado.
Así, ha incidido en que “una cosa son los deseos y otra, la política”. De hecho, ha reflexionado que si a él le preguntan si desea que haya dos estados y que haya dos pueblos que vivan en convivencia, su respuesta es que sí, la misma respuesta a si le parecería bien que Israel y Palestina se reconocieran mutuamente.
“¿Pero es eso posible? La respuesta es no. Es muy complicado, salvo que alguien esté en otra farsa -en referencia a Sánchez-, la de cómo me intento convertir en el líder de esa facción internacional que defiende lo que no puede ser. Es lo que algunos llaman 'ser el puto amo'. En ese nivel estamos”, ha criticado Aznar.
Para el expresidente del Gobierno, si Israel “no terminase su operación terrestre en Gaza, con las menos víctimas posibles, y fuese derrotada, los problemas del sur de Europa serían mucho más importantes de los que existen ahora”.
“Me gusta distinguir la realidad del deseo, como diría el gran Luis Cernuda”, ha subrayado Aznar, que ha concluido que Palestina “no va a reconocer a Israel y eso no se puede permitir”.
Aznar ha acusado además a Sánchez de ser “un farsante” y ha lamentado la “declinante influencia” política española en estos últimos años, máxime tras el “bochorno internacional” de su “reflexión” sobre si dimitía o no.
“Yo no renuncié ningún día a ser presidente del Gobierno”, ha reivindicado Aznar, quien ha criticado que los cinco días de reflexión de Sánchez “han sido una gran farsa” que “solo pueden estar organizadas por un farsante”. “Me cuesta decirlo, pero es la verdad. Hace falta ser un gran farsante para mentir de la manera que lo ha hecho”, ha enfatizado.
Por ello, el exdirigente del PP ha resaltado que Sánchez “ha cruzado una línea” y quien lo hace “se convierte en una especie de caudillo populista, más alejado de un jefe de Gobierno y más cerca de un autócrata populista”.
Asimismo, ha recalcado que ese “punto y aparte” anunciado por el socialista es “sobre todo un punto y aparte ante la libertad de los jueces, los medios de comunicación, la oposición y todo aquel que no esté de acuerdo” con él.
Para Aznar este es “el momento más delicado (en España) desde la Transición” precisamente en un momento en el que “la influencia política es declinante, disminuida”, tras décadas en las que este país fue “ejemplo de transición para las repúblicas iberoamericanas, tuvo proyección en Oriente Medio y en el norte de África o confianza con Estados Unidos, pero hoy eso ya no está”.
“Es una de las cosas que más me duelen como expresidente, sobre todo a alguien que ha prestado mucha importancia a la proyección internacional”, ha comentado.
Aznar ha recalcado que “lo que ha pasado estas semanas -tras la carta de Sánchez- ha sido un bochorno internacional, una vergüenza recogida en todo el mundo”.