VALÈNCIA (EFE). El Banco Sabadell se plantea seguir adelante en solitario, después de dar por rotas las negociaciones con el BBVA para una posible fusión, y se propone desarrollar un nuevo plan de negocio que priorizará el mercado doméstico, con lo que podría estudiar desprenderse de TSB, su filial británica.
Después de que el consejo de administración del Sabadell haya decidido, por unanimidad, dar por finalizada la negociación con el BBVA al no haber alcanzado las partes un acuerdo sobre la eventual ecuación de canje de las acciones de ambas entidades, el banco que preside Josep Oliu ha anunciado que durante el primer trimestre de 2021 presentará su nuevo plan de negocio, con el foco puesto en el mercado doméstico.
Con ello, quiere "incrementar la eficiencia en el uso del capital y los recursos del grupo, aumentando así la rentabilidad y la creación de valor para los accionistas", según destaca en una nota de prensa.
El Sabadell avanza que este nuevo plan contemplará, entre otras medidas, la ampliación del programa de eficiencia y transformación en el mercado retail en España, a la vez que analizará con sus asesores "alternativas estratégicas de creación de valor respecto a los activos internacionales del grupo, incluyendo TSB".
Es la primera vez que el Sabadell reconoce públicamente que valora la posibilidad de vender TSB, una franquicia que compró en 2015 a Lloyds por unos 1.700 millones de libras, equivalentes a unos 2.340 millones de euros al cambio de entonces.
El banco de origen catalán negocia actualmente con los sindicatos un plan de ajuste para reducir la plantilla en 1.800 personas mediante prejubilaciones y bajas incentivadas.
En paralelo a la salida de empleados en España, la filial británica anunció hace unas semanas que planea cerrar otras 164 sucursales en Reino Unido este próximo 2021 para ganar rentabilidad, lo que afectará a unos 900 empleos.
La fusión BBVA-Sabadell hubiera generado un grupo financiero con más de 950.000 millones de euros en activos y un tamaño en España muy similar al que tendría la unión de CaixaBank y Bankia.
Las conversaciones de fusión entre ambas entidades se hicieron públicas el pasado 16 de noviembre y en los últimos días se habían filtrado diversas informaciones que apuntaban a que el acuerdo estaba cerca.
Ambas entidades habían decidido que, de llegar a buen puerto las negociaciones de su fusión, la presidencia ejecutiva del futuro grupo quedaría en manos de Carlos Torres, que ya ocupa ese puesto en el BBVA, y la vicepresidencia no ejecutiva sería para Josep Oliu, el presidente del Sabadell.