VALÈNCIA. La tercera ola de la covid-19 se ha desbocado hasta el punto de convertirse en un tsunami en la Comunitat Valenciana. La semana pasada, de hecho, se batieron récords día tras día en fallecimientos, contagios, ingresos hospitalarios, ocupación de camas UCI o residencias con casos positivos. Cifras que culminaron con la incidencia más alta desde que estalló la crisis sanitaria.
Una circunstancia que reconoció este lunes la consellera de Sanidad, Ana Barceló, en su comparecencia en la Diputación Permanente de Les Corts Valencianes. La responsable del ramo, que intervino para exponer la situación del coronavirus y el plan de vacunación, admitió que la transmisión comunitaria del virus está actualmente "sin control" de manera "generalizada" y crece diariamente en prácticamente todos los departamentos de salud valencianos. "El número de casos positivos, las hospitalizaciones y el número de fallecidos superan ya las cifras de la primera ola", sostuvo.
"La situación que están viviendo nuestros hospitales comporta una sobrecarga asistencial que requiere de la participación de personal que voluntariamente desee fuera de su jornada ordinaria habitual seguir prestando servicio", añadió Barceló tras actualizar las cifras diarias de la pandemia y admitir, además, que la Comunitat se encuentra en estos momentos "por encima de la media nacional" en cuanto a incidencia acumulada.
Un ejercicio de sinceridad ante el cual el portavoz de Sanidad del PPCV en Les Corts, José Juan Zaplana, le recriminó que no hubiera pedido perdón en toda su intervención y tampoco reconociera que las medidas antinavideñas aprobadas por el Consell llegaban tarde. "Han adoptado medidas que no han controlado la evolución del virus y encima destrozan la economía; medidas en Navidad que, según ustedes eran las más duras de toda España. ¿Se han planteado que igual no las han aplicado bien? ¿Se han planteado que no eran las correctas? Los profesionales advertían que eran insuficientes, pero sea una cosa o sea la otra, 1.156 muertos en 24 días, señora consellera", censuró el diputado popular.
Dos preguntas que Barceló, sin embargo, no llegó a responder. En este punto, conviene recordar que las restricciones más duras aprobadas por el Gobierno valenciano entraron en vigor después del día de Reyes, cuando el Ejecutivo de Ximo Puig decidió cerrar la hostelería a las 17:00 horas, adelantar el toque de queda a las 22:00 y confinar 26 municipios de la autonomía. Medidas postnavideñas a las que siguieron una semana más tarde otras más severas que Compromís había venido reclamando -el cierre de la hostelería y la reducción de horarios de comercio durante la próxima quincena- y que al final llegaron con un mes de retraso.
Así pues, en su lugar, Barceló sí advirtió que no todas las medidas que se impulsan desde el Consell "tienen su plenitud", en referencia a la efectividad que espera el Gobierno valenciano que tengan cuando las adopta. "Podemos poner muchas medidas restrictivas, pero necesitamos colaboración y remar todos en la misma dirección", expuso. Por lo que reclamó "unidad" a los grupos de la oposición en un momento "tan crítico": "Si a lo largo de la vida pública es importante la unidad, en los momentos críticos como los que vivimos la unidad se convierte en una exigencia moral".
Una unidad que le había reclamado minutos antes el diputado de Ciudadanos Fernando Llopis, pero "unidad de criterio" del Botànic para que no existieran tres voces en el Gobierno valenciano, tal y como pidió días atrás su síndic Toni Cantó al president de la Generalitat y un mando único en sanidad. Llopis, además, exigió a Barceló investigar la vacunación improcedente de cargos públicos en la Comunitat Valenciana. Una cuestión sobre la que también Zaplana advirtió minutos después que había presentado una petición de comisión de investigación con la intención de que el Consell explique "por qué han se administraron vacunas a personas que no les correspondía" y, a su vez, se averigüe "quién es el responsable político".
Ambos, junto al diputado de Vox José María Llanos, que le acusó de mentir y haber abandonado a los sanitarios, le pidieron su dimisión. Llopis, además, le instó a renovar su equipo al cuestionar que la secretaria autonómica de Salud Pública, Isaura Navarro, siguiera "en su puesto", si bien no lo justificó tal petición en ningún dato concreto. Navarro, cabe apuntar, es el único cargo de Compromís de la Conselleria de Sanidad.
Mientras los partidos de la oposición volvían a fiscalizar al Consell este lunes, las aguas en el Botànic, por su parte, volvieron a su cauce. A pesar de que en las últimas semanas Podem había reclamado por tierra, mar y aire medidas más restrictivas y más valentía para impulsar limitaciones pese a las consecuencias económicas que ello pudiera tener, la portavoz de Sanidad del grupo, Pilar Lima, le dio la "enhorabuena por el proceso de vacunación" a la consellera e hizo responsable "al bloque de las derechas por su silencio atronador y no haber hecho ninguna propuesta".
Una aseveración que despertó cierto malestar en PP y Ciudadanos, dado que la semana anterior tanto Isabel Bonig como Cantó mantuvieron con Puig un encuentro para tenderle la mano y trasladarle iniciativas ideadas por sus respectivos grupos parlamentarios. La única crítica que hizo Lima fue preguntarse "por qué no se endurecieron las medidas antes de navidades" y pedir la dimisión de aquellos cargos que se "anticiparon" para recibir la vacuna.
El tono de los morados, por tanto, distó al de hace una semana y, de hecho, la propia Barceló agradeció tanto a Lima como a Carles Esteve, diputado de Compromís, "todo el trabajo y todo el apoyo" que habían dado a la Conselleria de Sanidad.