VALÈNCIA. El sector turístico ha experimentado una revolución sin precedentes gracias a los avances en tecnología, especialmente en Big Data y la Inteligencia Artificial (IA), que han transformado la forma en que las empresas turísticas recopilan, procesan y utilizan la información, abriendo nuevas oportunidades y mejorando la experiencia del cliente en el proceso. También anticipándose a esa evolución del mercado. De ahí que surgiera la necesidad de que el sector hotelero dispusiera de una herramienta propia e independiente que permitiera el análisis de datos reales: Biontrend, un proyecto liderado por la Asociación Empresarial Hotelera y Turística de la Comunidad Valenciana (HOSBEC) en colaboración con Turisme Comunitat Valenciana.
Un proyecto “complejo” que nace en 2019 a raíz de la necesidad de un grupo de hoteles de disponer de una herramienta especializada que les permita analizar tanto su información propia como la externa. El resultado fue Biontrend, una herramienta que se conecta directamente a los sistemas de gestión de reserva de los hoteles para recabar toda la información de sus reservas en una base de datos compartida y realizar diferentes análisis, como ocupación, rentabilidades…: “Los hoteles, en un ejercicio de confianza, aportan toda su información a una base de datos compartida, de modo que se pueden ver las tendencias de todo el mercado y no solo las tendencias de su propio hotel, apartamento o cadena”, explica Jorge Ferrándiz, director del proyecto Biontrend en HOSBEC. Lo hace enfatizando la posibilidad de recabar los denominados benchmarking, de difícil acceso.
El experto comenta que Biontrend es una herramienta creada para los hoteleros, de ahí que sea el propio sector quien decide qué análisis se van a hacer o qué nuevos desarrollos quieren implantar dentro de la herramienta. Entre dichos análisis, el experto señala que se han llevado a cabo análisis para analizar el mercado por nacionalidad, por tipo de habitación, por tipo de régimen alimenticio, por canal de venta o agencia que vende tus habitaciones… Todo ello permite “ver cómo se está comportando cada uno de estos segmentos y ver cuáles son realmente los rentables y donde el hotel tiene que focalizar sus esfuerzos". Datos, además, de calidad pues: “la posibilidad de pasar del Big Data, que es el dato masivo, al Smart Data, que es el dato útil, permite a las empresas tomar decisiones más rápidas y acertadas ya que se toman basadas en hechos reales y no en sensaciones”.
Decisiones tomadas según ese Smart Data a las que ahora se suma la inteligencia artificial, que ya se estaba aplicando en programas de revenue management para la predicción de los resultados o la recomendación de precios para estos establecimientos, pero a las que ahora hay más aplicaciones, como la generación de contenido o la personalización de ofertas. “Gracias a la inteligencia artificial, ahora no tiene que haber un comercial estudiando a cada uno de sus clientes que ha venido anteriormente para ver qué pidieron cuando visitaron su establecimiento antes, qué gustos tienen… porque todo esto está en el CRM, lo que permite ofrecer al cliente las expectativas creadas y que, en definitiva, disponga de un mejor servicio”, comenta Jorge Ferrándiz.
Una combinación del uso del Big Data y la inteligencia artificial que ya tiene algunos casos de éxito. Jorge Ferrándiz pone de ejemplo la planificación de campañas de marketing especializadas en un tipo de turista o el análisis de los resultados por parte de las empresas para intentar optimizar el precio lo máximo posible. Pero también explica que es beneficioso para la Administración pues, gracias a la información de la previsión de reservas que se muestra en una herramienta como Bioentrend —o cualquier cuadro de mando de destino—, la administración ha podido prever con hasta doce meses de antelación picos de ocupación en sus destinos, de modo que hayan podido ajustar servicios de transporte, de seguridad, de limpieza...
Una tecnología que también comporta sus desafíos, como la formación, la falta de fuentes y los costes a corto plazo. En cuanto al primero de ellos, la formación, el experto explica que “a medida que se incrementa el stack tecnológico también aumentan las necesidades formativas para aprender a utilizarlo y aprender a analizar toda esa nueva información”. Además, al emplear estas herramientas con información propia puede hacer que los resultados no sean los óptimos, de ahí que sea importante “disponer de fuentes externas fiables y actualizadas”. Y en cuanto a la última, los costes, Jorge Ferrándiz comenta que la problemática reside en que “hace falta encontrar ese valor a la tecnología antes de implantarla para poder luego utilizarla a pleno rendimiento”.
Para quienes deciden dar el salto a la tecnología, Jorge Ferrándiz les recomienda que se implanten tecnologías de desarrollo propio o realizadas por una empresa de software a medida para “recibir exactamente lo que estaban buscando y que se ajusta a sus objetivos”. Además, les recomienda como primer paso medir: “Primero hay que recopilar la información propia, analizarla y a partir de ahí incorporar fuentes de otros lados que enriquezcan esa información y los análisis”.