VALÈNCIA. La gratuidad del servicio de Cercanías y Media Distancia ha disparado el uso del transporte público en la Comunitat Valenciana. Solo en el mes de enero, Renfe ha emitido casi 150.000 nuevos abonos de Cercanías y en 2022 el número de viajes realizados aumentó un 38,1% respecto al año anterior. A simple vista, son unos datos positivos que reflejan el impulso de la accesibilidad, pero que esconden una lista de deficiencias que los usuarios sufren cada día; la cara B del tren gratis.
Miles de personas que no utilizaban el tren empezaron a hacer uso del servicio solamente porque era gratuito, provocando un incremento significativo de las cifras de pasajeros. "No se ha aumentado el número de máquinas ni el personal, con lo cual hay más usuarios con los mismos recursos", explica Joana Oliver, portavoz de la plataforma Indignats Amb Renfe.
¿El resultado? Esperas interminables y aglomeraciones continuas en las líneas que recorren los pueblos valencianos. Pepe Costa, presidente de la Asociación Vecinal de Aldaia, relata que le han trasladado quejas por un sistema "precario". "Me dicen que el servicio no se corresponde a la demanda, sobre todo en las líneas de Xàtiva, Gandia y Castellón hay retrasos continuos; la plantilla y los trenes son los mismos que antes", afirma.
Ante esto, la ciudadanía debe comenzar a adquirir responsabilidades si quiere llegar puntual a su destino, cambiando su rutina y amoldándose a las condiciones actuales. "En hora punta es difícil encontrar un asiento a no ser que llegues 15 minutos antes de la salida. Si llegas a última hora, puede que tengas problemas incluso para subir al tren. Es una situación que genera mucha ansiedad y malestar porque para evitarlo lo que hacemos es coger el tren anterior. Eso significa que el deterioro del servicio lo estamos pagando los usuarios con nuestro tiempo y el tiempo es lo más valioso que tenemos en la vida", lamenta Oliver.
Un ejemplo de este conflicto es el caso denunciado por la Asociación La Ribera en Bici. Al desplazarse a València para acudir a una manifestación, observaron que los vagones ya venían casi llenos desde Alzira, por lo que a medida que avanzó el trayecto hubo gente que tuvo que quedarse en tierra porque el aforo estaba completo, con personas de pie abarrotadas "como sardinas en lata". Por ello, pusieron una hoja de reclamaciones y animan al resto a seguir el mismo procedimiento.
"Como es gratuito, hay muchas más personas que van en tren. A nosotros nos interesa que pase eso porque somos ecologistas y el transporte por carretera es de lo que más contamina. Por eso, estamos de acuerdo con la medida de que el billete sea gratuito y querríamos incluso que lo alargaran más tiempo, pero el problema es que si no adaptan la capacidad de los trenes a la cantidad de viajeros, la gente va demasiado apretada y no es bueno ni saludable. Tendrían que doblar las unidades en hora punta", sugiere Pedro Domínguez, portavoz de La Ribera en Bici Ecologistes en Acció.
Este exceso de pasajeros en los vagones llega a provocar mareos y desmayos habituales, según indica Joana Oliver. La portavoz de Indignats Amb Renfe explica que la subida de la demanda ha intensificado la magnitud de unas deficiencias ya existentes cuando se creó la plataforma, hace más de cuatro años.
"Desde hace muchos años la prioridad ha sido las inversiones en la alta velocidad y en este momento continúa siéndolo, cuando realmente el servicio que necesita más mejoras es el servicio del tren convencional de Cercanías y Media Distancia. Si no inviertes en un servicio, se deteriora y es lo que estamos sufriendo. Las máquinas que estamos utilizando en Cercanías y Media Distancia de València tienen una media de 40 años y las averías son constantes", manifiesta.
Asimismo, critica que las competencias para revertir la situación dependan del Ministerio de Transportes, ya que considera que no conocen la realidad de lo que ocurre en la provincia de València: "No hay proximidad entre lo que vivimos cada día los ciudadanos y la información que tienen las personas que gestionan las inversiones, el dinero público de los presupuestos; es lamentable", señala.