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Este lunes 4 de mayo arrancaba la fase 0 de la desescalada

Vuelta a medias del comercio y la restauración: mucha persiana bajada y máxima protección

5/05/2020 - 

VALÈNCIA. Y llegó el día que muchos negocios esperaban desde que empezara el estado de alarma: abrir sus puertas. Este lunes 4 de mayo arrancaba la fase 0 del plan de desescalada del Gobierno, un periodo que para muchos suponía un balón de oxígeno para su economía. Desde primera hora de la mañana, muchos propietarios llegaban a sus locales para levantar la persiana y preparar la vuelta al trabajo. Un regreso distinto, escalonado y extremando las medidas de seguridad. Otros, en cambio, optaban por permanecer cerrados ante la imposibilidad de dar servicios con los límites fijados. Los números no les salen y mantenían colgado el cartel de 'cerrado' una semana más. 

Pese al contenido optimismo, también había muchas dudas sobre cómo retomar la vuelta. Faltan protocolos y las pautas del Gobierno se publicaban tan solo 24 horas antes empezar con la actividad. El malestar y la crítica ha sido unánime entre el empresariado. Con un día de antelación ha sido imposible organizarse. Y es que, la publicación del marco normativo en el Boletín Oficial del Estado (BOE) se producía este pasado domingo, 24 horas antes de la apertura. Un límite temporal complicaba la planificación de muchos negocios que apenas tenían margen de maniobra. Incluso impedía el regreso de algunos. "Mucho caos y falta de previsión", se quejan desde el sector de la hostelería que, además, apremian al Ejecutivo a garantizar la seguridad jurídica sobre los Expedientes de Regulación de Empleo Temporal (ERTE).

De acuerdo con el plan del Gobierno, a partir de este lunes 4 de mayo España iniciaba la fase 0 del plan hacia la nueva normalidad. Una etapa que permite a la hostelería abrir pero únicamente para servir pedidos para llevar, mientras que los comercios de hasta 400 metros cuadrados pueden atender a sus clientes pero con cita previa para la atención individual (un empleado por cliente) y respetando la distancia mínima de dos metros. escenario similar al de las peluquerías que pueden prestar sus servicios pero siempre con citas previas. Alegría contenida para muchos, resignación para otros. Una vuelta a medias porque varios son los comercios con las persianas bajadas, pero que, sin embargo, ha despertado del letargo a muchos y ha devuelto vida y actividad a las calles de las ciudades. 

De acuerdo con los datos de ATA, solo un 20% de los comercios de proximidad abría sus puertas este lunes, un 50% de las peluquerías, mientras que únicamente el 3% de los establecimientos de hostelería volvía. "No compensa abrir en esas condiciones", señalan desde la Federación de Hostelería de Valencia (FEHV) para justificar las paupérrimas cifras de apertura de los negocios de restauración.

Foto: KIKE TABERNER

Y es que el presidente de la FEHV, Manuel Espinar, asegura que abrir para únicamente atender pedidos no es rentable. "Hay que abrir sin conocer ni siquiera la demanda que va a entrar. Es complicado", reconoce en declaraciones a este diario. De hecho, asegura que la mayoría de establecimientos han preferido no abrir hasta llegar a las siguientes fases del plan de desescalada. "Por lo que hemos testado muy pocos van a abrir estas semanas. Toda la comida no es susceptible de ser transportada ni está preparada para aguantar un determinado tiempo de espera", explica.

La incertidumbre sobre la reacción del público también ha frenado a la hora de dar el salto al take away. Los negocios han preferido adoptar decisiones de prudencia. "Hay que adaptar la comida al packaging, repensar las cartas a esta nueva vertiente y sacar del ERTE a algunos empleados. Todo ello en un escenario de incertidumbre sobre si funcionará o no. La mayoría de negocios de hostelería en València prefieren esperar y abrir con cierta normalidad más tarde. Siempre hemos dicho que el peor enemigo es el miedo. El poder adquisitivo se ha mermado y primero hay otras necesidades. Muchos quieren ver cómo responde la gente para volver a abrir", explica el empresario.

Por tanto, la cascara de aperturas podría producirse en las siguientes fases. Aunque el Gobierno ya ha rectificado y ha ampliado del 30% al 50% el aforo máximo en las terrazas de los restaurantes y establecimientos a partir del 11 de mayo, Espinar no cree que sea hasta el 8 de junio, cuando muchos se lancen de nuevo a atender al público. "El grueso de los comercios abrirá a partir del 8 de junio porque es cuando también podrán servir dentro del local y tiene más sentido. Hay que tener en cuenta que no todos tienen terrazas. El problema es que en este plan solo se ha tenido en cuenta la viabilidad de los negocios a través de las terrazas sin tener en cuenta que son espacios que no todos tienen", sostiene. 

Tampoco está claro qué pasará con los ERTE. "No sabemos cómo van a funcionar ni cuáles serán las posibilidades de reincorporación de los trabajadores de forma paulatina. Necesitamos luz. Esto es vital para poder levantar la persiana", insiste el presidente de la FEHV que recrimina al Gobierno el "caos" que muchos empresarios padecieron este domingo cuando se publicó en el BOE la orden "solo unas horas antes de la apertura". 

Foto: KIKE TABERNER

Las aperturas tampoco han sido muy masivas en el comercio. Según las primeras estimaciones de Confecomerç, la gran mayoría de locales abrirá en la siguiente fase, es decir, a partir del 11 de mayo. "Esta semana les está sirviendo para prepararse adoptando todas las medidas necesarias para garantizar el servicio", señalan a Valencia Plaza. Una decisión consecuencia de la tardanza del Gobierno de publicar el decreto. "Es difícil que el comercio pueda aplicar todas las medidas con tan poco tiempo, teniendo en cuenta que el BOE se publicó este domingo", lamentan. 

Para Confecomerç, es "imprescindible" la ampliación del límite de 400 metros cuadrados para ciertas actividades como el mueble o electrodomésticos que precisa de mayor superficie para poder exponer sus productos. "Se debería fijar el criterio de hasta 10 trabajadores como máximo", defienden para reclamar que la apertura debe contar con medidas prioritarias como la flexibilización de los ERTE y moratorias en la Seguridad Social, ya que "es vital en materia de garantía laboral, con el fin de poder adaptar los recursos al proceso gradual de vuelta a la normalidad".

Más actividad ha habido en las peluquerías, especialmente en las pequeñas. Cerca del 80% de los salones de belleza reabrió este lunes con fuertes medidas de seguridad, según explica a este diario el presidente del gremio de peluqueros en Valencia, Paco Fortea. "Es verdad que los pequeños negocios estamos menos perjudicados por la restricciones que los grandes salones o franquicias, que cuentan con mucho personal y se han visto obligados a acometer inversiones para garantizar las distancias de seguridad. No obstante, el sistema de un peluquero, un cliente nos ha afectado también mucho", reconoce. 

De hecho, advierte de que esta pauta, contemplada en el plan de desescalada, conllevará pérdidas de entre el 60 y el 70% en los establecimientos de mujeres y de alrededor de un 30% en los de hombres. "Normalmente un profesional atiende a varias clientas a la vez mientras una está con las mechas puestas, otra pasa a corte y otra a lavado. Pero ahora no podrá coger a una nueva clienta hasta que no acabe con la que está, de modo que mientras se deja puestos productos como el tinte, mechas o tratamientos para el cabello, no podrá hacer otra cosa y eso puede suponer varias momentos de no poder hacer nada más", señala. 

Eso sí, las agendas están llenas y no paran de recibir llamadas pidiendo cita. "La gente se ha dado cuenta de lo importante que es este sector. Nunca antes habíamos estado casi dos meses sin peluqueros y ya hemos visto en la televisión a políticos y periodistas que necesitaban de nuestros servicios", bromea. Pese a la avalancha de solicitudes que están recibiendo y la "locura" de día, teme que el negocio se resienta. "A las pequeñas nos renta abrir, pero a las grandes cadenas con más plantilla, mayores costes de luz y agua y muchas de ellas con nuevas inversiones, esto les puede llegar a pasar factura", avisa para exigir la baja del IVA del 21% al 10% para poder hacer frente a la crisis y a la merma de ingresos de las familias.

Foto: KIKE TABERNER

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