VALÈNCIA. En nuestra última entrega de 'El inversor está desnudo', abordamos el proceso a seguir si tenemos objetivos financieros y cuál es el proceso a seguir para alcanzarlo. Con el escenario de tipos negativos, el ahorrador se está convirtiendo en inversor para lograr una rentabilidad que ya no es posible conseguir mediante depósitos u otros productos de ahorro tradicionalmente utilizados. Invertir correctamente, conlleva una disciplina y una planificación, por ello puntualizamos la necesidad de identificar correctamente los objetivos financieros, de establecer un criterio para priorizar estos objetivos, calcular las aportaciones periódicas necesarias y establecer un calendario de revisiones periódicas con su asesor financiero para la correcta toma de decisiones. Consiguiendo así una alta probabilidad de éxito.
Como los objetivos se fijan para una fecha posterior, normalmente en el largo plazo, van a ocurrir muchos eventos en el mundo tales como tensiones geopolíticas, endurecimiento de las barreras comerciales, estimaciones de crecimiento por debajo de lo esperado o simplemente noticias dirigidas a desestabilizar los mercados para aventajar una zona económica frente a otras. La amplificación o la dramatización por parte de los medios de comunicación provocarán incertidumbre en los mercados, y estos suelen generar un efecto negativo en los inversores.
El inversor que no tenga una estrategia de inversión definida se va a preocupar en exceso y le entrará miedo, que en muchas ocasiones le llevará a desinvertir (liquidar sus posiciones), parcialmente o totalmente, con el fin de reducir su exposición al riesgo. Todo ello en el momento menos adecuado, ocasionándole pérdidas y, peor aún, que cuando quiera volver a invertir será a un nivel de precios más alto. Otras veces, aún a pesar de tener una estrategia de inversión, se hace caso omiso y el inversor busca alternativas a la desesperada que no siempre se ajustarán a sus necesidades reales y las consecuencias también harán mella en su patrimonio. En ambos casos, el resultado que se obtiene es poco deseable.
Sabiendo que los mercados siempre se recuperan antes o después, solamente resta saber capear la retrocesión de los mismos y esperar pacientemente que la cartera de inversión vuelva a los niveles anteriores a la corrección. Si el cliente está debidamente asesorado e informado, entenderá que en el largo plazo sus inversiones cumplirán las expectativas y que el bache solo es temporal.
Para evitar esta situación es esencial dentro del proceso de planificación, definir y seguir la estrategia de inversión óptima, a la que nos ceñiremos a lo largo del tiempo, ajustándola tácticamente a cambios de mercados o a las necesidades del inversor, solo cuando sean determinantes para el éxito de cumplir con el objetivo financiero.
Por ello insistimos en la importancia para el inversor de tener la estrategia de inversión que le posibilitará cumplir con sus objetivos financieros, y en segundo lugar, mantener la confianza en esa estrategia que ya contempla los posibles altibajos de mercados financieros.
Asimismo hay que tener en cuenta que habrá momentos en que el inversor se aleje temporalmente en el corto plazo de sus objetivos; sin embargo en el largo plazo se cumplirá con una alta probabilidad de éxito. Logrando los objetivos financieros deseados.
Como ejemplo, y para un plan de inversión con el objetivo de ahorrar para la jubilación, recomendamos desde gCapital construir una cartera de la siguiente manera:
El asesor, en función de la capacidad y deseo de asumir riesgo y el tiempo restante hasta alcanzar la edad de jubilación del cliente, ponderará en mayor o menor grado las dos posiciones satélite. Hasta alcanzar el objetivo deseado el cliente tiene que estar periódicamente informado por su asesor que también se encargará de:
Por último, el aspecto fiscal es muy interesante porque los productos financieros que se utilizan en la construcción de las carteras no tienen un impacto fiscal inmediato sino que la obligación tributaria se difiere hasta el reembolso de los mismos. La figura del traspaso fiscal también beneficia al cliente por cuanto no conlleva coste fiscal cambiar los componentes o los pesos que se realizan dentro de la cartera para bien ajustarla a nuevas circunstancias del cliente o bien por rebalanceos.
Sin duda, invertir por objetivos permite al cliente tener un mayor control y conocimiento de su posición patrimonial, ya que le obligará a conocerse aún mejor y saber hacia dónde debe dirigirse y qué logros desea conseguir.
René Bauch es asesor financiero de la EAF alicantina gCapital Wealth Management. Puede contactar con el autor para solventar cualquier duda en [email protected].